“Es muy fácil ser tolerante hacia aquellos que están dispuestos a aceptar nuestros valores, nuestro entendimiento de los derechos humanos y nuestra interpretación de la democracia, pero muy difícil serlo con quienes no lo están.” Dr. Barak Medina, UHJ
Barak Medina, Doctor en Leyes invitado por el Grupo de Mujeres de la Asociación Mexicana de Amigos de la Universidad Hebrea de Jerusalem como parte del programa anual “Tres Expresiones”, inició sus conferencias el domingo 30 de enero hablando en el Auditorio del Museo Memoria y Tolerancia sobre ciertos aspectos del terrorismo en los cuales tal vez no muy frecuentemente nos ponemos a pensar.
En Israel, el problema de la lucha en contra del terrorismo es asunto de todos los días. La pregunta es: ¿cómo enfrentas estas actividades sin comprometer tus valores personales? El daño causado por los actos de terror hace que se vuelva difícil para el gobierno decidir cómo se justifica castigar a quienes los cometen. Esta problemática no es específica de Israel, sino que la viven todos los países democráticos del mundo.
Israel lucha contra todo tipo de amenazas. Por una parte hay una serie de amenazas, que son las menos, que son realizadas por judíos en contra de palestinos. La mayoría son actividades realizadas por palestinos en contra de ciudadanos israelíes.
Aunque todos esperamos que la paz llegue pronto, una facción palestina está activamente involucrada en actividades de terror que infringen un daño considerable (psicológico, físico, etc.) a todos los ciudadanos del país.
Por otro lado, las actividades que deben llevar a cabo las Fuerzas de Defensa Israelíes cuestan las vidas de palestinos, algunos de los cuales son gente inocente. Esto complica mucho la cuestión.
Se debe tomar en cuenta que ésta no es una guerra en contra de un ejército, de hombres identificados con un uniforme, ésta es una pelea en la cual es muy difícil identificar al enemigo y establecer cuál sería el momento adecuado para intentar reducir estas amenazas, por lo tanto, las Fuerzas de Defensa Israelíes deben realizar las siguientes acciones:
- Obtener información para saber por adelantado qué cosas se están planeando. Sin embrago surge la pregunta: ¿qué tan legítimo es hacer esto? ¿qué tan válidos son los métodos de interrogación? ¿qué tan relevante es la información que se obtiene?
- Establecer el status de los terroristas capturados y la forma como deben ser tratados. Pero, ¿cuál es el status de un terrorista? ¿Es un criminal o un prisionero de guerra? ¿Quién define esto? ¿Qué derechos tienen?
- Administración de los detenidos. ¿Cómo tratas a alguien que aún no ha hecho nada pero que tienes información de que está planeando hacer algo malo? ¿Cuánto tiempo lo puedes detener? ¿Qué información debes tener antes de detenerlo?
- ¿Es válido hacer matanzas dirigidas a terroristas sospechosos? No siempre es posible dirigir el ataque tan precisamente que no acaben perdiendo la vida civiles inocentes.
- Tomar medidas preventivas que tienen como objetivo evitar que grupos de gente entren a ciertas áreas: instalación de barreras físicas como el llamado muro.
En todo momento se debe cuestionar la legitimidad de tomar cualquiera de estas acciones ¿Sirven para salvar vidas? Aún si ése fuera el caso, esto no las vuelve legítimas.
Surgen entonces muchas más preguntas:
¿Es el Kneset quien debe generar legislación y normas de conducta sobre cómo lidiar con terroristas?
¿Qué deben incluir estas leyes? ¿Importa o no si con ellas se pone en riesgo la vida de ciertas personas? ¿Cuántas vidas está Israel dispuesto a arriesgar?
¿Debe el gobierno israelí respetar la vida de sus enemigos tanto como respeta la de sus propios ciudadanos?
Todos estos puntos están abiertos a discusión, ya que Israel es una democracia deliberativa que no está dispuesta a sacrificar sus valores sólo por las amenazas de quienes quieren hacerle daño.
* Hellen Soriano es Directora de la Asociación Mexicana de Amigos de la Universidad Hebrea de Jerusalem.
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