Nada hay que refresque mejor la sangre, como una buena acción.
No hay medio más eficaz para hacerse bueno, que hacer el bien.
No se puede ser bueno a medias.
No ser bueno más que para si, es no ser bueno para nada.
No todo lo grande es bueno, mas todo lo bueno es grande.
No todos los hombres pueden ser grandes, pero pueden ser buenos.
Si quieres algo bueno, búscalo en ti mismo.
Toda criatura, por insignificante que sea, es siempre reflejo de la bondad de Dios.
Un síntoma de gran bondad es: creer que los demás son buenos.
No debemos considerarnos dichosos cuando logramos alejar un mal, sino cuando logramos cumplir un bien.
No hay mayor seguridad que en hacer lo bueno.
Donde quiera que haya un ser humano, hay una oportunidad para la bondad.
Proponerse ser bueno, es serlo ya.
La benevolencia trae más amigos que la riqueza y más crédito que el poder.
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