Café de Dios, 1ra. parte

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Su mano estaba extendida pidiéndome una moneda. Saque de mi bolsillo del pantalón una moneda de Un Shekel, algo así como Veinte centavos de dólar, la coloque en su mano, y a partir de allí mi vida se ilumino.

Este sencillo acto de caridad no es por sí mismo un espectáculo poco común. Cualquier persona puede encontrar ancianos que parecen necesitar una moneda, pero el estaba parado como una estatua en la Plaza de la Independencia de la ciudad mediterránea de Natania donde yo vivía, uno de los sitios mas hermosos del mundo entero.

Este viejo extraño lo hacía durante el peor calor del verano, de acuerdo con la estación de noticias, ya había derribado el récord anterior con cuarenta grados centígrados.


Yo deambulaba perdido en mi mismo y sin ningún sentido, a algunas cuadras de un comedor para almas perdidas, cuando me percaté por primera vez de su presencia. Se encontraba de pie bajo el monstruoso fluir del calor sin prestar atención a los elementos, mientras sacaba de una bolsa de largo abrigo que casi le llegaba a los tobillos, un grupo de monedas insignificantes.

Lo observé por entre las mesas de los cafés, tratando de producir la suficiente fuerza de voluntad para comprender porque se había dirigido hacia mí. Me recordó aquellas estatuas del museo de cera de Londres. El sol ardiente casi cubría completamente su cabello, que le

Llegaba hasta los hombros y le había salpicado la barba. Algunos rayos se habían adherido a sus espesas cejas acentuando más sus pómulos salientes. Usaba zapatos de mocasín sin calcetines, mientras repetía sonriente algunas frases a los paseantes a los que les deseaba buen día.

Mientras observaba al viejo, su cara se iluminó con una sonrisa y empezó a platicar conmigo y decirme algo acerca de los pájaros. En silencio sacudí compasivamente la cabeza e intente seguir mi camino.

El recorrido de dos kilómetros de mi pequeño cuarto a la plaza había requerido un par de horas, pues yo no caminaba en línea recta, y mi caminar no tenia dirección. Solo pensaba en mi hija a quien debía recuperar.

Había sido una locura de mi parte hacer el intento de llegar a la plaza esa mañana, pues normalmente me quedaba dormido durante todo el día tratando de olvidar mi existencia. Yo era un fracaso viviente, pero al observar a este viejo limosnero, pensé que mi situación no era tan mala.

Lo realizado el año anterior y los miles de proyectos que habían cruzado por mi mente no habían servido de nada. Ahora solamente había un plan en mi cabeza que requería dar varios pasos, suicidarme, pero antes de ello asesinar a la trabajadora social, y a mi suegra.

La única razón por la cual salía de mi cuarto era porque estaba hambriento, y la pensión que me dejaba el seguro social solo alcanzaba para ir a un comedor público donde la mayoría de los hombres y mujeres eran jubilados y les faltaban dientes.

El viejo dejó de contar sus monedas durante un lapso suficiente como para voltear a verme y saludar. Incliné la cabeza hacia él e intenté una débil sonrisa. Mi “buenos días” sonó extraño y apagado por las interferentes olas de calor.

Su respuesta, en la voz más profunda que jamás haya oído.

-Tienes un marciano parado sobre tu hombro…

-¿Cómo?…

Sonreí y saque de mi pantalón una moneda, la extendí a su brazo largo que parecía nunca cansarse.

No tenía ni la fuerza ni el deseo de contradecir sus palabras. Decidí que seguiría adelante y me olvidaría de tal espectáculo humano.

-Permítame que te ayude.

Esa voz verdaderamente tenía algo y también un dejo de autoridad así como un ofrecimiento de auxilio en el tono firme. Se me había acercado y me encontré a mí mismo observando una cara sorprendente, de firmes facciones, demacrada, con grandes ojos marrón. Debía de medir poco menos de dos metros, ya que yo no soy un pigmeo.

Sonreí y me encogí de hombros ante este viejo que se asemejaba a Abraham Lincoln.

Me sacudió el hombro, como sacudiéndome el polvo de mi letargo.

-Este marciano se quería robar tus coronas.

-¡Buena broma! -dije-, pero no creo que haya mucho que podamos hacer.

Las profundas arrugas de sus ojos y boca se curvaron en la sonrisa más cálida y amable que jamás haya visto un ser humano.

“¿No será que esta loco?”.- pensé para mi mismo.

No estoy muy seguro de lo que pasó durante los siguientes minutos, aun cuando lo he pensado con frecuencia.

Posiblemente el no haber comido y el estar apresurado por el largo recorrido empezaban a hacer de las suyas.

Mi visión parecía mas clara que nunca… como si alguien me hubiera limpiado vaselina en los lentes. Todo parecía ser maravilloso, y por un momento me olvide de mi drama personal. El mundo parecía un lugar perfecto, y la vida un acontecer feliz.

Un extraño calor de alegría llenó mi cuerpo mientras trataba de aclarar la aparición.

-¿Tienes hambre?- lo cuestione. Después de todo era un limosnero.

-¿Qué me vas a invitar?

-Me dirijo al comedor público, podría traerte algo caliente para comer. Ven conmigo.

-No puedo, allá esta lleno de saturninos y jupitenses, tengo prohibida la entrada.

-Bien, esperare aquí, yo traeré la comida, y nos sentaremos en un café a comer.

Este viejo extrajo por un momento el valor mas profundo y humano de mi ser, y de pronto me sentí alegre porque podía hacer algo por el.

-Me llamo Abraham, Abraham Nissan.

-Lo se, todo mundo lo sabe, eres el Padre, el Padre Abraham. De ti dependen millones de almas.

-¿Si?, ¡pues no me da la sensación que alguien lo sepa!

-Mi nombre es Weisman- dijo el viejo sonriendo.

En seguida me empezó a hablar de su abuelo, su abuelo David Weisman siempre comía pescado, pan y mermelada, ¡ah… y te! Nada más que eso. Todos los días de su vida.

-¡Mi abuelo sabía donde estaban las coronas!

-¿Cuales coronas?

-¡Tu lo deberás de saber ya, tienes que salir en una misión y rescatar las coronas!

-¿Pero cuales coronas?

-Las coronas del Templo. Hay que rescatarlas, las brujas y los marcianos se las han llevado y las han ocultado.

Hablar con el viejo era como hablar con un cuento de hadas o un tablero de ajedrez lleno de enigmas, dilemas y paradojas.

Mientras sonreía extendía su brazo como una estatua, esperando a que un paseante depositara en la mano tierna una moneda.

-¡Hola papito, buenos días! Hola mamita, ¿cómo te va hoy?…

Y así saludaba a todos los transeúntes.

No lo comprendí en un principio, pero me conmovió su capacidad social y su narrativa, hablaba con todo mundo, y desarrollaba conversaciones realmente extrañas, y sin embargo, llenas de interés y pasión.

-¡Estoy escribiendo una novela!- dije con seguridad.- Es acerca del mar.

-Haces bien papito, en el mar vas a encontrar una corona que se perdió hace mil doscientos veintiséis años y ocho horas con cuarenta y seis minutos y veintitrés segundos en la Atlántida.

-Mi novela se basa en el personaje de Hemingway, El viejo y el mar.

-Lo que tienes que hacer es extraer la energía del mar y extenderla en una red que se manifieste y prospere en el medio social mediante la pendiente del espectro de las campanas que suenan entre los oídos superiores de la columna de la derecha.

¡Vaya! A primera vista, lo que este viejo decía no parecía tener ningún sentido, y sin embargo, lo decía lleno de emoción y como si fuera capaz de detectar una lógica mas elevada, superior a la de los sentidos, hablaba como si toda frase fuese la base del conocimiento científico.

-¿Qué opinas de los tiburones? – le pregunte curioso, tratando de recavar información fantástica para mi novela.

-Definitivamente son buenitos, siempre sonríen, es muy bueno comer tiburón, pues trae la energía del mar en su carne. Sobre todo cuando los encuentras en los estertores o en la sal adherida a su piel son moléculas o electrones que comunican en el medio de la energía la parábola de las carencias sociales que están en el medio del conocimiento en una etapa solar cíclica.

-¿Cuál medio del conocimiento?

-Yo papito.

-¿Tú?- dije riendo a carcajadas.

-Esta el conocimiento y esta el medio del conocimiento, y esta la media. Yo soy el conocimiento, y debes de ir a buscar el medio del conocimiento, es decir, la forma de llegar a mi.

-Carlos… ¡estas bien loco!

-La locura es mi apellido, y se encuentra en los rebotes de las olas que caen ahora mismo. Ahora, lo que tienes que hacer es ir a buscar el caroteno que se encuentra en las coronas que se encuentra en una latitud de trescientos grados en el mar a aproximadamente a dos kilómetros de la costa, cuando traigas las coronas vas a traer la línea que necesita que se te cayo en Jerusalén, entonces la traes, la jalas, la aplicas, la haces pules, la exprimes, la haces brillar, ¡y la integras al medio social mediante dos marometas en el aire!

-Vaya, ¡a ti si que te gustan las fantasías! Debiste ser escritor.

-Ya escribí un libro hace miles de años. La fantasía papi es el eje central del medio del conocimiento, me has descubierto, pero de todos modos tienes que ir al mar, y cuando encuentres un tiburón lo miras a los ojos, se los sacas, y le haces todas las preguntas que tienes que hacer.

Se acercaba el verano, y mientras que el viejo y yo nos encontrábamos diariamente, bebíamos café en uno de los cafecitos de la plaza y nos embebíamos en largas conversaciones sin sentido. El se sentaba en la mesa, actuando su papel de sabio científico del medio social que vive en una dimensión metafísica, y yo aprovechaba para hacer apuntes e inspirarme.

Definitivamente estar con el viejo en el cafecito era mejor que estar acostado amargado en mi cuartito en Moshe Shapira.

Lo de Moshe Shapira había sido un milagro, mi mujer me había expulsado del paraíso, es decir de la casa, y yo había deambulado por un año de casa en casa, de cuarto en cuarto, pensando en mi hija Primaverita -Avivit en hebreo- a todas horas y en todo momento. Hasta que caminando por la calle, una chica se me acerco y me informo que había un cuarto limpio disponible a un buen precio en la calle Moshe Shapira, la misma calle en donde se encontraba mi hija en las mañanas, en el Kinder Garden.

Tome el cuarto, por mil quinientos shekels al mes, y me sentí a salvo y en paz, el cuarto estaba a veinte metros del kinder de mi hija, de modo que me sentía bien cercano a ella, sentía que podía protegerla, y que ella era mi protección espiritual.

El viejo me dijo que había brujas que me querían matar y sacarme el caroteno del alma, por ello era necesario ir al mar y extraer la mayor cantidad de caroteno y encontrar las coronas. Y yo escuchaba atentamente con un gran sentido del humor mientras bebía sorbos del café, sin tener la mínima idea de lo que la palabra “caroteno” significaba. Solo entendí que era parte de la esencia de la energía del mar, mas tarde lo buscaría en algún diccionario, ya que el viejo me decía que me encontraba en la dirección correcta en mi vida, el viejo me dijo que tenía que ir hacia el mar.

Dijera lo que dijera, siempre me tranquilizaba, en su presencia sentía una profunda y hermosa tranquilidad, total y completa, en cambio, cuando me alejaba me llenaba de dudas y odio, en contra de mi mujer, mi suegra, la policía, la trabajadora social, quienes se habían encargado de amargar mi vida, y no permitirme hacer lo único que deseaba, estar con mi hija.

Me convertí en el mejor amigo del viejo, aunque todos en la plaza parecían girar a su alrededor. Yo era el ganador. Era el privilegiado que se sentaba con el viejo todos los días, varias horas diarias, bebíamos café, y discutíamos la filosofía del cangrejo.

Toda su filosofía, aunque cargada de varios kilogramos de fantasías e ideas exóticas, giraban alrededor de un solo concepto: el descanso, la tranquilidad y la paz. Todo lo demás era paja.

Sentado junto al viejo sentía una profunda paz y tranquilidad, sentía una energía vital que me llenaba y me conmovía, pues llenaba la vida de ideas graciosas que algunos racionalistas no soportarían.

Le pedía que me bendijera todas las mañanas, murmuraba unas palabras en un lenguaje inexistente y ponía sus manos sobre mi cabeza diciendo amen.

La imagen del viejo, de Carlos, era precaria, llevaba unos viejos mocasines desgastados sin calcetines, sus pies estaban llenos de hongos, llevaba siempre y a pesar del calor un abrigo negro decadente, podía estar parado como estatua con la mano extendida durante horas, sin hablar, inmerso y meditando, y luego, como si regresara a la realidad, le sonreía a todo mundo dándoles los buenos días, y llenándolos de historias sobre brujas, marcianos, duendes, extraterrestres de otras galaxias y enanos. Todo mundo lo amaba y le daban dinero para vivir el día a día.

Su frente estaba estructurada con pequeñas erupciones de grasa y pus, llevaba una kipa de color púrpura, vieja y desgastada, tenía unos ojos cafés que mostraban fuentes de compasión, cabello sedoso blanco como el profesor de Viaje al Futuro y una barba blanca cambiante según el día.

No paraba de hablarme de los tiempos de antaño, me cantaba melodías y baladas Mexicanas de la edad de oro, y me contaba sobre sus días cuando era millonario. Era un verdadero privilegio sentarme junto a el. El le decía a todos que yo era un millonario, a pesar de que apenas contaba con el dinero justo para sobrevivir, y los paseantes me observaban y se inclinaban sonrientes mostrando sus respetos.

Toda la situación era bastante graciosa, y sin embargo llena de una gracia espiritual, y un velo de amor y paz, aunque sus palabras a veces parecían ser tomadas de libros de fantasías y enciclopedias de misterios, no se el porque, yo le creía cada una de ellas como si fuesen sagradas, como si fuesen un código, y a través de sus palabras y presencia, amaba por completo al viejo.

Acerca de Abraham David Nissan

Abraham Nissan Contacto: [email protected] [email protected] '''Abraham Nissan''' (n. 1969, Distrito Federal, México) es un escritor, novelista, guionista de cine ganador del Premio Nacional de Literatura Sefaradí por su "Colección de cuentos de Internet" (2009). Abraham Nissan nació en Distrito Federal, México 1969. Curso sus estudios de literatura universal en la Sogem, Teoría de la Comunicación en la Universidad Nuevo Mundo y Dirección de cine en la Universidad de California en Los Ángeles. Escribió cuentos que le dieron el Premio de Literatura en el Festival de las Artes Monte Sinaí, el Premio de Literatura Cuento Sefaradí, y el Premio del Certamen Literario Cervantes. Así mismo, escribió y dirigió cortometrajes (Espejo de Azúcar,1991) que lo llevaron a ser galardonado como el mejor director de cine universitario de la Ciudad de México en el Festival Interuniversitario de cine de la Ciudad de México. Trabajó como editor y articulista de la revista cultural de universitarios "Todos Nosotros". Fungió como Presidente de la Sociedad de Alumnos de la Universidad. Estudió dirección dramática en el Núcleo de Estudios Teatrales con el director de teatro Ludwik Margolis. Estudio la Tora y la Cábala en las Instituciones Ohr Somayach y Bnei Baruj, así como en el Centro de Kabbalah del Rabino Berg. Fundo la empresa de cine "Holy City Films" que se centra en Jerusalén. Sintetizó su obra en la frase "En el Principio Dios creó el signo" basado en la semiótica de Umberto Eco y la Tora. Estudió la Cábala humanista con el Rab Michael Laitman en el canal 66 de la Cábala de Israel. 1973-1987 Estudió en una escuela hebrea judía en México. 1980-1985 Participó en los movimientos sionista Dor Hadash y Halutz en México. 1988-1992 Estudió comunicaciones, actuación teatral, escritura. 1991 Presidente de la Sociedad de Alumnos de la Universidad en México. 1992-1997 Estudió de la realización de películas y la dirección de la UCLA y NET en Los Ángeles. Trabajó como compositor de música de cine, escritor y guionista. 1992 Presidente de Comunicaciones de la FEMUJ (Federación Mexicana judía de Estudiantes Universitarios). 1988-1997 Escribió varios libros, artículos y columnas en varios periódicos y revistas. 1998 Hizo aliá a Israel. 1999 Estudió de hebreo en el Ulpán Akiva. 2000-2006 Trabajó en Jerusalem Post, Toys R Us, y algunas oficinas de Telemarketing. 2007 Miembro del consejo de administración en Kfar Hayam. 2000-2015 Produjo y escribió casi 40 libros, miles de artículos y columnas, 10 guiones de cine, 100 canciones, producidas pinturas digitales. Escritor de 7 novelas, uno de ellos el best seller "Polanco". Desde 2010 miembro de un movimiento israelí "Hamaagshim" para crear nuevas empresas. 2014- Productor de la película israelí "Anti-Virus" se proyectó en Cinemateq Tel Aviv. 2005-10 Trabajó en ups israelíes de inicio y películas: El nuevo JPost, 24 canales de televisión de música, película "El Secreto". Fue parte activa del movimiento de la cinematografía israelí. Propietario de 10 patentes de inicio. Escribió decenas de cuentos (Mi primera muerte, La calle rota, Furias y nostalgias ahogadas en un café, El director, Mi cocina esta en Jerusalem, La tela digital, El ministro Gold, Internet City, Quien es el asesino?, John Doe); Novelas (La piedra, El viejo, el mar y la mujer, El consejo de sabios de Internet, El amor de los Jasídicos, Polanco); Ensayos filosóficos (La Alef, La arqueología del lenguaje, El neandertal del lenguaje, Ser, hacer y tener, El signo); Guiones de cine (Ópera y Circo, Mashiaj, El balón es redondo, Oculto, Medusa, Crisis, 39 mujeres, El mejor pan del mundo, Camino al amor, Asesinato en la biblioteca, Amor perdido, El camino de la vida, Amor en la Oscuridad, El hombre www). Es bloggerista en Internet y trabaja como columnista en Diario Judío. Ha sido nombrado en el 2011 "Maestro del cuento" por la Comunidad Judía de México. '''Obras''' “Diario de un Viajero en Israel” (Diario escrito) 1987 "Mi primera muerte" (cuento)1988 "El juego de póker" (guión cortometraje) 1988 "La cayada de Abraham" (poesía) 1989 "Los gatos" (guión cortometraje) 1989 "El lago" (cuento) 1989 "Un pueblo llamado Esencia" (Novela poética) 1990 "Un hombre solo" (poema)1990 "La rosa roja" (guión y película cortometraje) 1990 "La calle rota" (cuento) 1991 "Furias y nostalgias ahogadas en un café" (cuento) 1992 "La sombra de una flor" (cuento)1992 "El director" (cuento)1992 "Las cuatro estaciones" (guión para la televisión)1992 “Isotopía de enredos” (guión de cine cortometraje/comedia) 1992 "El espejo de azúcar" (cuento y película cortometraje)1992 "Máscaras" (cuento)1993 "Ser, hacer y tener" (ejercicio psicológico)1993 "Diario de viajero a la India" (poesía) 1994 "Cartas de amor" (colección)1994-95 "Crisis" (guion de cine) 1994 "El camino más seguro del alma" (guión de cine) 1996 "La Alef" (ensayo filosófico)1997 "La piedra" (novela)1999 "La arqueología del lenguaje" (ensayo semiótico) 2000 "Mashiaj" (guion de cine) 2001 "Mi propia plegaria" (poesía) 2002 "Oculto" (guion de cine) 2003 "El balón es redondo" (guión de cine) 2003 "Tierra" (cuento) 2004 "Medusa" (guion de cine) 2004 "El pequeño Mesías" (guión de cine) 2004 "Mi cocina esta en Jerusalem" (cuento) 2005 "La tela digital" (cuento) 2005 "El viejo, el mar y la mujer" (novela) 2006 "El maestro y la luz" (cuento) 2006 "39 mujeres" (guion de cine) 2007 "El mejor pan del mundo" (guión de cine) 2007 "El día 28" (guion de cine) 2008 "Rushes" (guion de cine) 2009 "Camino al amor" (guión de cine) 2009 "El consejo de sabios de Internet" (novela) 2009 "Asesinato en la biblioteca" (guión de cine) 2009 "Quien es el asesino?" (cuento) 2009 "Internet City" (cuento) 2010 "John Doe" (cuento) 2011 "The Net" (cuento) 2010 "Amor perdido" (guión de cine) 2009 "El camino de la vida" (guión de cine) 2009 "The www man" (guion de cine) 2010 "Actores vs. Fantasmas" (cuento) 2011 "Brandy Coffee Cup" (cuento) 2011 "Un día en Twitter" (cuento) 2011 "The W" (guion de cine) 2011 "El amor de los Jasídicos" (novela) 2011 "Viaje en el tiempo en Wikipedia" (cuento) 2012 "Polanco" (novela) 2012 “El concierto de los árboles” (novela) 2012 "El gobierno de Internet" (novela) 2013 (...En proceso...)  

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