Mucha gente ruega que Irán no se salga con la suya y sea capaz de crear una conflagración mundial que definitivamente afectaría a todo el planeta, además de que se termine de una buena vez con la absoluta falta de respeto por parte de Irán, al afirmar que el Estado de Israel debería de desaparecer, además de negar el holocausto donde tantos millones de personas perdieron sus vidas y tantas otras afirmaciones sin pies ni cabeza que afectan definitivamente a quienes vivimos en este universo de guerras y comentarios.
Entonces aparece Ahmadinejad, un presidente dictatorial, ridículo, anticuado en sus ideas, deseoso de poder y muy ambicioso.
Canadá parece ser el país que actuando con mayor transparencia, en contraste con otros países, ha tomado la sabia decisión de suspender las relaciones con Irán.
Y es que no es la primera vez que Irán ha dado al mundo un fuerte dolor de cabeza.
Irán se ha convertido en el perfil de un país problemático que no ha logrado, ni ha querido apegarse a las resoluciones de la ONU (Organización de las Naciones Unidas) en lo referente a los programas nucleares.
A pesar de los esfuerzos por parte de los miembros de una coalición, incluyendo los Estados Unidos, Japón, países de la Unión Europea, Corea, Cánada, Noruega, Suiza y Australia, todos ellos por una no proliferación nuclear, los resultados no han sido como muchos esperaban.
Irán comportándose como un niño berrinchudo, ha seguido haciendo de las suyas, abusando del poder, sus propósitos antisemitas siguen en boga y son definitivamente un ejemplo peligroso para todos aquellos que mantienen un pensamiento equivocado, inclinado al genocidio, y a las violaciones de los derechos humanos.
No cabe duda que en la actualidad Irán representa un peligro mundial y definitivamente amenaza la paz y la seguridad mundial que con tanto esfuerzo se ha logrado mantener.
Irán es asimismo el ejemplo de todo aquello que un país no quiere llegar a alcanzar: tiene serios problemas con la comunidad mundial por sus métodos beligerantes y los comentarios tan salidos de tono y fuera de contexto que su presidente Mahmud Ahmadineyad insiste en refregar en el rostro de todos quienes siguen de cerca lo que acontece en Irán.
Irán se ha caracterizado en repetir constantemente comentarios y juicios que no son verdad, pero que insisten en declarar como ciertos y factibles.
Debido a la ayuda que le han brindado, así como el apoyo que le han dado al rey sirio, Bashar Al Asad, entre otras cosas, Canadá suspendió sus relaciones con Irán, ha cerrado las embajadas y les ha pedido a sus diplomáticos que abandonen Canadá en un plazo de cinco días.
El racismo que Irán ha demostrado cubre de vergüenza a su gente por limitarse a aplicar medidas que dañan severamente la libertad de todos y cada uno de los seres humanos quienes habitamos en este planeta.
El negar la existencia de Israel, así como las constantes amenazas de que Israel debería de ser borrado de la geografía mundial resulta enfermizo, a sabiendas que Ahmadinejad y sus secuaces son enfermizamente maníacos, desquiciados, en pleno desasosiego mental, envueltos en un fatídico amor por la guerra, por destruir, por sentirse ilimitadamente poderosos.
Debería surgir un movimiento global en contra de este país que asegura que lo único que desean en seguir trabajando naturalmente con su energía eléctrica. Mentiras y más mentiras que el planeta entero no debería de tolerar.
Israel ha afirmado que utilizará cualquier método con tal de salvaguardar al país y a toda su gente y en su derecho están siempre a la espera.
Estando en plenas elecciones para presidente en los Estados Unidos, y faltando unas cuantas semanas para que se lleve a cabo una nueva elección, los habitantes están muy divididos.
Por un lado, los republicanos, apoyan ilimitadamente a Israel, aunque el presidente Obama insiste que su actuación en los últimos cuatro
años ha sido de pleno apoyo a Israel.
Lo importante aquí es que alguien ha dado el primer paso: Canadá ha puesto un hasta aquí y se ha negado a seguir lidiando con un grupo que no deja de mostrar lo peor de nuestra humanidad.
Y tal como lo dijo John Baird, ministro de Relaciones Exteriores de Canadá Irán es un Estado que respalda el terrorismo y por lo mismo Canadá ha cortado amarras.
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