Estimados niños:
No tienen idea lo triste que estoy porque mientras casi todos los niños del país van a la escuela ustedes, dos millones de alumnos, no van.
Es una desgracia muy grande que por culpa de unos maestros, ustedes se queden como el Chinito: “nomás milando”
Les platico el porqué:
Había una vez un sindicato de maestros que se hartó de una señora que era su líder y creó su propio sindicato; éste sindicato se fundó sin libertades ni democracia y, hasta la fecha, sus líderes son escogidos por el clásico dedazo.
Sigo: éste sindicato que se llama coordinadora nacional de trabajadores de la educación (así, en minúsculas), se dio cuenta que dar clases era muy redituable.
Bastaba con hacer marchas y bloqueos en las ciudades capitales para que los gobiernos estatales (también en minúsculas), cedieran a sus peticiones y les den la lana que querían.
Pero déjenme decirles niños, que no era una lanita, era ¡una lanota!, ¡millones de pesos!
Y cuando un gobernador no les aceptaba sus peticiones, cerraban y bloqueaban las calles, y los comerciantes y empleados como sus papás, no podían salir a trabajar, y así ni sus papás recibían su sueldo, ni ustedes iban a la escuela.
Pero eso sí, a estos tipejos si les pagan a tiempo su quincena; Toda una desgracia.
También estos maestros cobraban su sueldo aunque no fueran a trabajar; como también estos tipejos, heredaban su plaza de maestros a sus familiares o amigos mediante una venta o de un apoyo económico para “la causa”. Así de ratas eran.
Y así fue pasando el tiempo, hasta que un día el Presidente de México mandó una iniciativa de Ley para reformar la educación, una iniciativa que tenía como objetivo mejorar la educación, volverla de calidad mundial y sacar a patadas a los maestros ignorantes.
Dentro de esta propuesta de la Reforma a la Educación, esta Ley proponía hacerle un examen a los maestros para saber si calificaban o no.
¿Y qué creen que pasó?: A este sindicato le dio un infarto porque los iban a ¡examinar!
Y como muchos de ellos eran unos burros, pues no debían permitir que pasara la Ley.
¿Y cómo le hicieron? Pues muy fácil… protestaron, bloquearos el aeropuerto aquí en la ciudad de México, bloquearo el Zócalo, Reforma y las dos Cámaras; usaron toda su fuerza para que no pase esa Ley.
Ya sé, ustedes me preguntarán, ¿y por qué las autoridades no hicieron nada para desalojarlos?
Pues muy fácil, son tan poca cosa además de cobardes que en esas marchas llevaban como escudos a niños inocentes y a sus madres.
Independientemente, que lo que ellos buscaban era un solo muertito para escalar la violencia. Como verán, no era un problema fácil.
Hasta ahora, el Gobierno Federal y el del DF van perdiendo por un gol a cero. Todavía hay tiempo para que el Gobierno Federal remonte el marcador. No puede ser que en pleno Siglo 21, estemos viendo a organizaciones del Siglo 19 y del siglo 20 que estén haciendo lo que les dé su gana para desestabilizar a nuestro país.
Ellos quieren hacerlo, no por mejorar la educación, sino para darle en la madre al país, Eso es lo único que les importa.
Ya para finalizar esta carta, les dejaré un pensamiento:
Al final de la película los buenos ganan, y como ustedes son los buenos… a corto y mediano plazo, saldrán mejor preparados, porque estos bueyes no sabrán cómo salir de la barranca.
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