El Guer (converso de otras creencias hacia el judaísmo) tiene la fea costumbre de querer hacer creer a los judíos de nacimiento que él ya es un judío al 100 %. Lo es, sí, pero no por una Teudá, sino que antes debe serlo por realidad. Y cuando quieren hacer creer y demostrar es porque realmente no lo son, más que por la Teudá.
Para esto utilizan recursos como hablar constantemente de temas que ellos creen que al judío de nacimiento le causará asombro, nombrando todo el tiempo al alma, pero no dicen la palabra alma, sino Neshamá. Así creen apantallar y ganarse el asombro del judío de nacimiento al cual desean asombrar, lógicamente sin resultados.
Asimismo, utilizan el recurso de nombrar a Dios de manera constante. Lo que ellos no saben es que los judíos de nacimiento no hablamos de la misma manera que ellos. No lo llamamos dios a Dios, ni tampoco Nuestro Padre ni El Eterno. Esos modos no son judíos. Es decir que, mientras más veces el Guer utilice esos términos, más demostrará su apego más a lo anterior que al judaísmo. Su efecto de apantallar al judío termina siendo totalmente contrario. Esto provoca el rechazo del judío, no por ser Guer (tampoco sería un rechazo por pertenecer a otra creencia), sino por demostrar hipocresía y falsedad. Explico: el judío de nacimiento, al escuchar esas terminologías, vislumbra a las claras que detrás de esa persona hay alguien queriendo demostrar lo que no es, presumiendo mucho por quedar bien, pero más que nada alguien que se está burlando de años de historia. El judío entrega su vida de manera literal por la causa de HaShem (no de El Eterno).
Mira, te lo explicaré con un ejemplo: haz de cuenta que para obtener el título de mecánico automotriz alcanza con que ames la mecánica automotriz, a los autos y a los mecánicos. Entonces vas a demostrar tu amor y te conceden el título de mecánico automotriz. Pero resulta que vas a una convención donde se juntan muchos mecánicos y tú estás en medio de ellos. Es lógico que, por más amor que tengas a todo eso, no sabes nada del asunto. A mi me encantan las flores, pero no sé nada de la ciencia de la floricultura. Lo que debes hacer es callarte, aprender, dejar de presumir, no usar palabras para apantallar porque surge el efecto contrario, incluso de rechazo. Es más, cuanto más uses esos términos, más demuestras que eres menos de lo que dices demostrar. Si realmente quieres apantallar a los judíos, la mejor manera es callarte, aprender, agachar cabeza y no estar corrigiendo todo el tiempo a expertos mecánicos automotrices. Ya que mientras más intentes hacerlo, más se notará que no eres un leñador, sino un cavernícola disfrazado de leñador (sugiero leer mi artículo llamado Las sombras del asombro).
Déjame ayudarte, no tomes a mal este texto. Estas palabras te servirán a ti y a mucha gente como tú que desean saber y ser parte de la única verdad.
Antes de hablar, escucha. Escucha mucho y vuelve a escuchar. Aprende, empápate del tema, no opines, sólo escucha y aprende. No demuestres nada que no sea necesario. Aprende a aprender. Aprende a que pertenecer no es vestirse de tal ni hablar como tal. Pertenecer es ser. Ser es una consecuencia de aprender, no de querer ser. Querer ser es estar atento, prestar (del verbo estar presto, estar listo a cada instante) atención y preguntar. Pregunta mucho, eso no hará que te veas inferior, sino todo lo contrario. No quieras corregirle a un mecánico automotriz de alcurnia y abolengo si tú estás entre ellos sólo por amor a la mecánica. Amar no te convierte en sabio de lo que amas. Tampoco convierte al ser amado en amador del que ama. Si yo amo a una persona, esa persona no se convierte en alguien que me ama. Es más, tal vez, esa persona ni siquiera sabe amar. Y si lo supiera, tal vez ni me conoce. Es más, ¿y quien asegura que lo que yo siento es amor? Tal vez ni siquiera sé lo que es el amor y ya estoy convencido de saber amar.
Hasta presumo mi amor y estoy convencido en señalar a quien amo creyendo, sin la menor duda, que al que amo me ama porque lo amo.
Ok, parece un juego de palabras, pero vuélvelo a leer y lo comprenderás a detalle.
Entonces déjame ayudarte, porque sé que tus intenciones son maravillosas. Lamentablemente muchos ya han pasado por este rechazo a lo largo de la historia, y es por estos errores que estoy señalando. Dejen de presumir. Presuman demostrando interés en aprender, no en hablar para demostrar lo que aún no saben. Porque hablando demuestran justamente que no saben y que quieren imponerse y burlarse. Ok, tal vez no sea esa vuestra intención, pero así se siente y por eso son rechazados. Y así se siente porque usan palabras que no usamos nosotros y sí sabemos que usan otras creencias. Esas palabras y esos estilos no van, son rechazados. No apantallan, te hacen ver peor.
Si tienes la oportunidad, tú, Guer tzedek, de hablar con alguien judío de abolengo, aprende, escucha, no corrijas y no seas reiterativo. Aprende que cada cabeza es un mundo y no trates de llevar la plática a tus modos porque en el judaísmo hay más modos que personas en toda la historia universal. Mucho menos demuestres que el judío no sabe pidiéndole pruebas y preguntándole de donde sacó lo que dijo. No todo se sabe por textos. A veces se aprende más en clases de sabios. Y al haberlo escuchado varias veces por grandes sabios, puedes no conocer la fuente y saberlo igual con toda seguridad. Y eso hace que el judío no sepa responder la fuente y lo haces quedar mal.
Hay cosas que se saben porque se saben de nacimiento, porque se hacen hace siglos y milenios. Porque se tiene la total confianza en las generaciones anteriores y en los grandes sabios. No todo se sabe porque se estudió y se vio escrito. Porque los judíos somos un pueblo de fe en HaShem y confianza total y a ciegas en nuestros sabios. Así que no hagas preguntas que no están en su lugar, como “en donde viste eso escrito”, como si de lo contrario no le crees.
No todo se puede saber dónde está escrito. No quieras presumir con esos estilos tan alejados de lo que debe ser. No te vistas de leñador si eres cavernícola.
Y cuando haya algo que se debe hacer de una manera, no pretendas ni demostrar que lo haces y mucho menos modificarla.
Sé que todo esto te está molestando, duele y no se siente bien y cómodo leerlo, pero creeme que lo hago con mi mejor intención porque sé también que tus intenciones son buenas, o eso es lo que por ahora percibo. Y hago esta aclaración porque ya he visto miles de casos que al final, después de mucha demostración, terminaron siendo falsos.
Con todo y Teudá, engañando a todos, al mismo rabino que les hizo la conversión. Por algo existe una Takaná.
¿Realmente amas todo esto?
¡Demuéstralo con humildad, queriendo aprender, no presumiendo, y en silencio, sin usar palabras que no debes!
Ven, dame la mano, quiero realmente ayudarte, falta que tú te dejes ayudar con humildad.
¡Buenísima columna! En la vida que he conocido a muchas personas que quieren convertirse al judaísmo toman mucho de las condiciones comentadas por Gabriel. Es más, no falta que pueden llegar a tener más juicios y prejuicios de circunstancias humanas dentro de los miembros de la comunidad judía, de la religión y de aspectos de la vida diaria que no penden de un hilo de una supuesta redención o estrato religioso.
Saludos,
Muchas gracias.
Ante todo la sinceridad que es acompañada de tu bondad. Interesante, gracias.