Señor Jorge Mario Bergoglio
Actual Papa Francisco (yo no le puse nombre ni título)
De mi consideración:
Hace casi un año (1/12/23) le escribí una carta en forma más amistosa, tuteándolo considerándolo amigo, algo que hoy es impensable tildarlo de amigo; donde como par suyo en edad y alguna otra cosa le echaba en cara ciertas declaraciones con respecto al problema palestino, o mejor dicho el problema del terrorismo palestino.
Evidentemente ante el hecho de que usted reincide en su forma de ver el grave conflicto que tenemos hoy con los terroristas asesinos que nos atacan a diario, me veo obligado a destinarle algunos conceptos con la intención de que usted como autoridad de una iglesia, con millones de adeptos, deje de equivocarse, o dicho más en el criollo que usted entiende muy bien por ser su lengua materna, deje de meter la pata.
Le decía en mi carta anterior que sus antepasados romanos le pusieron el nombre de “filisten” que hoy se transformó en “palestinos” al pueblo judío de la época en que ellos (los romanos) eran conquistadores de un imperio por la espada y la sangre de los pueblos de Judea (los judíos) entre otros.
Acabo de leer su declaración fuera de lugar, injustificada, equivocada, donde usted pide que se investigue eventual genocidio en Gaza por parte del ejército israelí.
Usted debería preocuparse más de sus propios problemas. Para que no los olvide le ofrezco un ayuda-memoria:
Pederastia ejercida por miles de sus curas, con quién sabe cuántos miles o millones de niños víctimas inocentes en el mundo;
Tejes y manejes del Banco Ambrosiano y otros mecanismos del Vaticano con enormes capitales que hasta son sospechosos de fomentar delitos como la droga, blanqueo, y otros, y que sería mejor que los usaran en bien de los pobres que pasan hambre, que en el mundo los hay y muchos;
Defender a los cristianos que son masacrados en países musulmanes, en vez de defender a los islamistas que da la casualidad que son los que los asesinan a diario, tanto en Asia como en Africa; En Israel viven tranquilos, respetados y felices.
Usted Bergoglio está defendiendo a Hamás, la Jihad Islámica y el Hizbollá, y da la casualidad que son los que le hacen la vida imposible a los cristianos del Medio Oriente, y asesinaron al cristiano que era presidente de Líbano y masacraron a gran parte de la población cristiana libanesa que gran parte tuvo que huir y los que quedan viven aterrorizados. Esos cristianos hoy aplauden (a escondidas) la limpieza que está haciendo el ejército israelí en el que hoy no pueden llamar “mi país” Líbano.
Usted tiene muchos problemas más en su Vaticano, Bergoglio. Tiene miedo de que lo maten cuando está durmiendo o que lo envenenen cuando come, por eso nunca comió ni durmió donde los anteriores papas.
Y fuera de Roma, tiene miles de curas que predican lo contrario a lo que determinaron en el Concilio Vaticano II, por lo que siguen desparramando odio contra los judíos desafiando al documento “Nostra Aetate” que firmaron el 28 de octubre de 1965.
Y ya que lo mencionamos, vamos a hablar de ese famoso documento. Dice textualmente: “Aunque las autoridades de los judíos con sus seguidores reclamaron la muerte de Cristo, sin embargo, lo que en su Pasión se hizo no puede ser imputado ni indistintamente a todos los judíos que entonces vivían, ni a los judíos de hoy”. Ustedes no tienen vergüenza, o son simples cobardes. No son capaces de decir con pocas palabras “LOS JUDIOS NO MATARON A CRISTO, FUERON LOS ROMANOS POR MIEDO A QUE ESE REBELDE HAGA UNA REVOLUCION.
Otro concepto escrito en “Nostra Aetate” dice: “… procuren todos no enseñar nada que no esté conforme con la verdad evangélica y con el espíritu de Cristo ni en la catequesis ni en la predicación de la Palabra de Dios”. Pero miles de curas siguen maldiciendo a los judíos y asegurando que mataron a Jesús, y hasta se olvidan de decir que Jesús era judío, así como sus padres María y José, sus doce apóstoles también.
Bergoglio, usted olvida que todos los días llueven sobre los civiles israelíes cantidad de misiles y drones, que matan, hieren, causan incendios, destrozan viviendas. Usted olvida que lo que hicieron los gazatíes el 7 de octubre del 2023 fue un verdadero genocidio. Usted no quiere aceptar que Israel está defendiendo su existencia.
Pero además de su existencia está defendiendo la existencia de la civilización occidental, llámese judeo-cristiana. Y que si cae Israel al día siguiente desaparece Europa, que ya casi no queda nada de la que fue cuna de civilización.
Usted pide investigar un genocidio, culpando al ejército más civilizado y respetuoso de las leyes de guerra, y no dice una palabra de los secuestrados que están en Gaza por el delito de estar cerca de la frontera de Gaza en la madrugada del fatídico día. Hoy se dice que quedarían vivos solamente unos cincuenta.
Usted nada dice de quienes metieron bebés en hornos microondas, de quienes violaron y luego descuartizaron mujeres, de quienes abrieron a cuchillo el vientre de embarazadas y tiraron la criatura matando a ambos. Evidentemente su boca (o su moral) se toma vacaciones flechadas.
Todos nos equivocamos alguna vez, Bergoglio. Yo me equivoqué cuando hace un tiempo creí que usted era una buena persona. Pero usted tiene que cuidarse muy bien y no equivocarse porque según sus feligreses usted representa a Dios, y es Dios que habla por su boca.
Además le recuerdo un pequeño trozo de la Biblia, esa que usted debe respetar por ser la palabra del Creador:
GENESIS 12:3 – BENDECIRE A LOS QUE TE BENDIJEREN, Y A LOS QUE TE MALDIJEREN MALDECIRÉ; Y SERÁN BENDITAS EN TI TODAS LAS FAMILIAS DE LA TIERRA.
No maldiga al pueblo judío, Bergoglio, no es buen negocio. Si no, puede preguntarle a Adolf Hitler, a Benito Mussolini, a Iosif Dzhugashvili Stalin, qué ganaron con perseguir -o maldecir- a los judíos.
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