“Prefiero la ausencia de Dios a la presencia de los hombres” (Simone Weil)
Sin conocer quien escribe estas reflexiones la trayectoria vital-profesional de S. Weil, al contrario de lo que otros puedan sustentar y/o conocer, la aserción arriba citada no implica una posición atea, sino un profundo pesimismo y cierta desesperación ante la realidad existencial. Pues si tomamos ausencia como antinómico de presencia, lo que Weill apostaría sería por una elección donde Dios está ausente, pero no inexistente. Tal preferencia por la falta divina, a nuestro juicio, tendría que ver con una posible postura solipsista en Weil, quien, desesperanzada del con-vivir con otros, prefiere permanecer sola, aislada, a merced de una entidad supraterrenal inexistente, que no ausente. Parece así Weil acercarse a toda esa pléyade de filósofos que, desencantados con los hombres, una forma genérica de enunciar a todos los seres humanos, hombres y mujeres, alcanza solaz refugio en algún lugar, no sé cual, de ahí el solipsismo al que antes aludía.
De ser acertadas mis reflexiones arriba esbozadas, Weil no renunciaría a Dios, sino que lo abrazaría en su ausencia, en su espiritualidad, como un gas vaporoso, etéreo, que está pero no está, algo mejor que la certera presencia corporal de los hombres. Esta visión de Weil difiere de la de Dostoievski, para quien si Dios no existe, todo está permitido. Y si todo está permitido, con hombres o sin hombres, el final apocalíptico está cerca.
Buena y reflexiva carta al filósofo don Antonio Escudero Ríos, Maestro de los Caballeros Andantes.
Es bueno siempre combatir por las buenas causa como hacen los caballeros andantes.Luchasr contra el comunismo es su mision
Contra el infame gobiernos socialcomunista que tenemos en Sefarad ,viva Israel.¡Al ataque¡