Estimado Don Alfredo:
Fíjese que Don Miguel Mansur —un maestro mío muy querido en mi facultad de Filosofía— nos decía que la historia se escribe hasta el último día del evento o el último día de vida del ser humano.
Y usted, mi admirado amigo, ha dejado escritas con letras de oro una de las más grandes historias en el fútbol mundial.
Independientemente, de su fortuna —bien merecida— de morir sano y con ochenta y ocho años de edad muy bien vividos.
Morirse en un Mundial y morirse al lado de su adorado Estadio Bernabeu.
—Sin duda— ha sido un gran privilegio.
Privilegio que nada más los grandes, los honestos y los éticos como usted tienen ese privilegio al dejarnos.
Alfredo:
Permítame platicarle que yo adoré al Real Madrid desde que usted jugaba.
Sus parejas con Puskas y Gento hacían de la delantera del Madrid la más temible de Europa.
Sus campeonatos fueron innumerables y sus hazañas ahí están.
Hazañas escritas también con letras de oro.
Al no ser yo un comentarista deportivo, quisiera mejor platicarle cuál fue para mi su legado en este maravilloso deporte.
Un legado —que espero— sea copiado por las figuras de hoy.
Usted dejó un legado del juego limpio.
Un juego limpio adentro y afuera de la cancha.
Nos dio el ejemplo del buen jugar.
Como también, el ejemplo de nunca darse por vencido.
Ese ejemplo que, como decía Don Fernando Marcos ( Q.E.P.D. ), que el minuto también tenía sesenta segundos y que habría que morirse en la raya.
Nos dio un ejemplo de la honestidad, también, de la ética dentro y fuera del campo.
En fin, nos enseño a ser mejores a nosotros con su ejemplar comportamiento.
Amó a su River, pero adoró a su Madrid.
Tanto lo adoró que se quedó a vivir ahí.
Y tanto lo adoraron los madridistas que hasta Presidente Honorario lo hicieron.
Siempre estuvo al lado de su mujer.
Siempre estuvo al lado de cualquier ser humano que lo necesitaba.
Usted siempre estuvo ahí.
Y déjeme decirle, Don Alfredo:
Usted siempre estará ahí.
Yo creo que en estos sesenta y seis años que he vivido, he visto a tres genios del futbol.
Usted, Pelé y Maradona.
Y al pasar el tiempo, supongo que se agregarán Messi y Cristiano.
Sin embargo, comparando su vida con la de su paisano Diego Armando, no pude evitar ver las grandes diferencias que hay entre los dos:
Diferencias abismales que me enseñan que la grandeza es íntegra.
Y que esa grandeza no se mide solamente en el desempeño en la cancha.
Maradona:
Gran jugador dentro de la cancha.
Pero…
Suspendido por la FIFA por coco.
Un ser humano inmoral y con absoluta falta de ética.
Varios hijos fuera del matrimonio que no reconoce aunque el ADN confirmó que sí eran suyos.
Traficante de drogas en Nápoles y mentiroso como él solo.
Sí, Alfredo…
Una basura como ser humano.
Lástima que no te aprendió nada.
Bueno…
Lástima que tampoco le aprendió algo a Pelé.
Mientras tanto, mi estimado Alfredo…
¡Gracias por haber vivido!
Y gracias por lo feliz que nos hiciste.
¡Que Dios te bendiga siempre!
Y sobre todo…
Sé que descansarás en paz.
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