Estimada Ana María:
No tienes idea del gusto que me dio cuando me enteré de que tu martirio de un año en el reclusorio había terminado. Un año en el que estuviste injustamente presa. Un año en el que no pudiste cuidar a tus dos pequeños.
Y que, según los comentarios de la prensa, el patán de tu ex pareja tampoco los atendió.
Yo no puedo aún creer en la mezquindad de tu ex pareja. Meterte a la cárcel porque no pusiste el departamento donde vives a ¡¡¡nombre de tus dos hijos!!!
Meterte a la cárcel porque teniendo dos pequeños hijos autistas lo pusiste a tu nombre justamente para proteger ese patrimonio.
Meterte a la cárcel por un problema de dinero cuando todos sabemos que lo que le sobra a él es justamente eso.
Y meterte a la cárcel precisamente por estas razones es no tener vergüenza (para no decir otra cosa), además de ser cobarde, prepotente y corrupto.
O como decía mi amigo el Sr. Jacobo Romano (Q.E.P.D.): “Había un señor tan pobre, tan pobre, tan pobre, que lo único que tenía era… dinero”.
Es inverosímil que él —que fue el ex presidente de la Suprema Corte de Justicia— haya cometido esta injusticia.
Como inverosímil haya sido su venganza, sin importarle, en lo más mínimo, las consecuencias que le pudieran traer a sus hijos durante ese año.
Es increíble que se haya comportado como un animal y haya usado la excusa de maltrato familiar para meterte a la cárcel.
Y, peor todavía, que haya sobornado, ordenado o chantajeado a otro juez, que se llama Juan Luis González Alcántara, para que primero reduzca su pensión alimenticia a 50 mil pesos cuando él gana 375 mil al mes y sin contar con sus “ahorritos”, y que además te hagan un estudio psicológico por maltrato a tus hijos.
¿Puedes creer en esa cobardía? ¿Y sabes qué es lo peor?
Que el otro juez, González Alcántara, le haya obedecido al pie de la letra. Y es aquí donde yo me pregunto:
¿Cómo es posible que no hayan corrido a patadas a ese Juez González Alcántara? ¿Cómo es posible que lo sigan protegiendo como si no hubiera hecho nada? Y ¿cómo es posible que este tipejo se considere juez?
Para mí, este González Alcántara debería estar en la cárcel por injusto, corrupto, mala leche y todo lo que se les ocurra.
Este juez es… Es una deshonra para los jueces justos y honestos. Es un corrupto, que no hace cumplir la ley sino que la trunca para quedar bien con sus posibles ex patrones o amigos.
En fin, Ana María, este tipo es una vergüenza como ser humano. Este juez… obviamente no es juez. Es más bien el clásico burócrata de torta.
En fin, Ana María, tu caso es muy triste. Me dio mucha pena por lo que te pasó. Fuiste víctima del poder y del abuso.
Fuiste víctima de un ex juez enfermo del cerebro y de un juez esquizofrénico… (También enfermo del cerebro).
Lo siento mucho por ti y por tus hijos. Qué pena que nosotros los ciudadanos no podamos hacer nada para acabar con tanta injusticia. Qué lástima que nadie pueda correr a patadas a este juez que te quitó injustamente la libertad un año. Qué tristeza que todavía haya gente como ellos. Y, sobre todo, en el tema de la justicia.
A mi edad todavía me cuesta mucho trabajo entenderlo…
Y ya para terminar mi carta semanal, te deseo que tu recuperación psicológica sea rápida.
Que tus hijos vivan lo mejor posible y que tengan acceso a los mejores tratamientos. Que el sátrapa de tu ex pareja se convierta en un mejor padre (aunque lo dudo).
Que corran a patadas a ese susodicho juez que te castigó injustamente. Y que en este México nuestro los ciudadanos como nosotros tengamos —algún día pronto— más garantías individuales. Es lo mínimo que nos merecemos.
¡Ah!, y una pregunta para López Obrador:
¿Por qué no has opinado nada sobre este cobarde asunto de tu amiguito Góngora Pimentel, al que le ibas a dar una secretaría en caso de que hubieras ganado?
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