Estimados próximos asambleístas:
Les escribo a todos ustedes esta carta con la esperanza que nos hagan caso a partir del 1 de diciembre.
Ya que la Asamblea actual no me fumó en ninguna de mis quejas y/o recomendaciones. La razón de mi carta tiene un objetivo muy sencillo:
Lograr —con su ayuda— una convivencia más civilizada entre todos nosotros.
Tratar de vivir en una sociedad primer mundista en lugar de una sociedad de cuarta como en la que actualmente vivimos.
Los temas son muy sencillos.
Ahí les van:
1. Las marchas:
Entendiéndose que nuestra Constitución permite expresarnos libremente, creo que se deberían prohibir las marchas por Reforma y lugares altamente transitados.
Se debería escoger un lugar en donde no nos jodan como por ejemplo El Monumento a la Revolución.
Inclusive también podría ser en Tres Marías o en el Estadio Azteca.
El lugar donde ustedes escojan, pero que no sea en un lugar donde genere caos.
Les apuesto lo que quieran, que si regulan las marchas, éstas van a decrecer porque ya no van a tener una gran exposición en los medios.
Háganlo por las mayorías, no por las minorías.
2. Civismo de los automovilistas:
Es impresionante lo naco que somos todos los chilangos cuando manejamos.
¡Impresionante! Pero lo que es más impresionante todavía, es que a nuestras autoridades les vale gorro.
No se mueven ni por equivocación.
¿En cuántas salidas del Periférico los coches bloquean 2 de los 3 carriles?
¿En cuántas entradas al Periférico se duplican los carriles para que los automovilistas se puedan meter?
¿En cuántas glorietas como la glorieta de la Tercera Sección de Chapultepec se congestiona el tráfico porque los automovilistas se meten en sentido contrario y nadie se puede mover?
En pocas palabras futuros asambleístas:
No tenemos el mínimo sentido de civismo para manejar y menos para obedecer la Ley.
Y si a esto le suman que no hay policías suficientes para controlar el tráfico, pues ya se imaginarán el resto de la historia.
Creo que haciendo una ley muy gruesa, esto se podría mejorar.
3. La estética en nuestra ciudad:
Nuestros constructores carecen de imaginación.
¿Se imaginan que bien se verían las calles muy bien iluminadas como por ejemplo en Madrid o en Los Angeles?
¿Se imaginan Reforma con flores en el camellón y con cafés en las banquetas como en Europa?
¿Se imaginan a nuestros parques más bonitos y con iluminación en las noches para pasear?
Y hablando de estética:
¿Se imaginan que nuestros taxis tuvieran una identidad más creativa, como por ejemplo los antiguos cocodrilos y no los colores tan tristes que tienen?
¿Se imaginan un Periférico iluminado en la noche como en Beijing?
Sería increíble.
Estos son algunos temas que a más de uno nos haría felices.
Porque yo, como muchos chilangos, amo esta ciudad.
Sus museos, teatros, restaurantes, bares y todo lo que le rodea me hace feliz.
Yo soy de los que no dejaría el DF para irme a vivir a otra parte.
Sin embargo, todo puede mejorar.
Si pensaran más en nosotros que en sus partidos, verían que tenemos razón.
Traten hasta lo imposible de pensar en nosotros.
Piensen en sus hijos y en sus nietos.
Piensen que tenemos todo para ser una de las 5 ciudades más bellas del mundo.
Piensen en que lo único que se necesita para vivir más en paz y no en un caos, son ganas de hacer las cosas.
Si coinciden con nosotros, en diciembre, se los vamos a agradecer.
Porque al final de la historia lo que cuenta es:
Que los derechos humanos son de la mayoría, no de la minoría.
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