Ayer lunes, cuando me dirigía a mi oficina, volví a sentir lo maravilloso de vivir en una ciudad sin tráfico.
Hice 15 minutos para llegar, en lugar de los 40 que habitualmente hago.
Vi a la gente hacer su gimnasia, su yoga y correr por la tercera sección de Chapultepec con una enorme tranquilidad y seguridad como si estuvieran en Central Park.
En fin, un paraíso.
Y justamente fue en Chapultepec donde se me ocurrió la idea de escribirte mi carta semanal.
Comenzaré por platicarte que la tercera sección de Chapultepec es un verdadero desastre.
No hay señalización en las calles, la gente se mete en sentido contrario y yo he visto, como hace un año, un coche que iba en sentido contrario, por poco se echaba a unos cuatro corredores.
Eso te lo comenté en mi carta semanal de hace unos seis meses y parece que no la leíste o que a tus gentes les valió madres.
Porque esa tercera sección de Chapultepec —que es tan bonita— pudiera verse mil veces mejor.
Después de este breviario cultural, me puse a pensar en el civismo de nosotros los chilangos:
Me pregunté lo siguiente: ¿Por qué cuando nosotros los mexicanos viajamos a Estados Unidos automáticamente nos portamos bien? ¿Por qué respetamos las señales de tránsito?
¿Por qué nos abrochamos el cinturón? ¿Por qué no tiramos la basura en las calles? ¿Por qué respetamos las colas cuando vamos a un cine?
¿Por qué nos transformamos en ciudadanos civilizados?
¿Por qué nos portamos bien? ¿Qué es lo que los gringos tienen que a nosotros nos da pavor? Supongo que tanto tú como yo, conocemos muy bien la respuesta: ¡¡¡Le tenemos pavor a la autoridad!!!
Sí Miguel Ángel… pavor. ¿Y sabes por qué? Porque ahí sabemos que sí funciona la ley.
Ahí sabemos que si infringimos la Ley… ¡Sobres!… Ya nos jodimos… A pagar la multa… o lo que sea…
Además, que también sabemos que los gringos tienen un civismo impresionante.
Ellos sí respetan a sus conciudadanos. Ellos respetan la vida del otro. Y en general, ellos son gente muy civilizada.
Y es aquí donde yo me vuelvo a preguntar: ¿Por qué aquí en el DF no es igual? Y la misma respuesta regresa y regresa…
¡¡¡Porque no hay autoridad que nos haga cumplir con la ley!!!
Porque a esas autoridades no les tememos. Porque esas autoridades son sobornables. Y porque… así somos.
Miguel Ángel:
¿Crees que en estos cuatro años y medio que te quedan como Jefe de Gobierno sería muy difícil convertirnos en gente civilizada?
¿Crees que sería muy difícil poner policías que manejen mejor el tránsito?
¿Crees que sería muy difícil hacer que tus gobernados respetemos la ley?
Igual y sí es muy difícil.
Pero si yo fuera tú, —por lo menos— lo intentaría.
Miguel Ángel:
Hace 4 años le ofrecí a Ebrard hacerle gratis una campaña de civismo.
Por supuesto, la leyó y ya sabes dónde me mandó…
Ahora te la ofrezco a ti.
Aunque no sé si la vas a leer.
Independientemente, pase lo que pase, está muy claro que nuestra conducta tiene que cambiar.
Vivimos en una gran ciudad.
Y lo único que queremos, es vivir más felices.
Y parte de felicidad es comportarnos como gente normal y respetar las leyes de tránsito.
Miguel Ángel:
¿Crees que es mucho pedir?
Nosotros los chilangos creemos que no.
P.D. Por vacaciones, regresaremos el martes 29 de abril. ¡Felices vacaciones!
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