Estimado Ricardo:
Tengo 66 años y tú 62.
Por lo tanto, somos de la misma generación y podemos hablar el mismo idioma. Un idioma sin tapujos y una plática aquí entre amigos, sin que nadie nos oiga.
Una conversación secreta entre tú y yo. Ya sabes… Aquí entre hombres. Así que… comencemos:
A ti te gustan las mujeres y a mí también. Normal…
Que a tu edad te atraiga sexualmente una chavita de 27 años… ¡Ay buey! Ya no es tan normal.
Y no digo que no se te antoje, pero… ¡masaje completo con esta chavita que tiene la edad de tus hijos! ¡Y en las oficinas del Club! ¡No mames!
Ahí ya te la volaste.
Y no me malinterpretes, mi estimado amigo.
¡Claro que es antojable!
Pero… ¿Con la podóloga del Club?
¿Cuando todo mundo sabe que nunca te debes involucrar con la nómina?
Y te involucraste cañón…
Sigamos con el siguiente capítulo…
La Seducción…
Ir a que te corten las uñas del pie, solamente cubierto por una toalla… ¡Es genial!
Ya imagino tu pensamiento:
“Me desnudo, me medio cubro con una toalla, me va a ver mis encantos y ¡sobres! Masaje completo.
“Y si todo funciona como yo lo espero, la chavita tendrá su coche, viajes y a lo mejor hasta un departamento”.
Sin duda, Ricardo… una manera muy creativa de pensar.
Pero… ¿Qué es lo que sucedió en el siguiente capítulo llamado El Desengaño, y que no lo tenías contemplado?
Le pegaste un pinche susto a la chavita, ¡qué salió corriendo! Nada más te vio desnudo y ¡se murió de risa!
Y lo que era lógico, rajó. Le rajó a sus amigos y le rajó a Herrero.
Y lógicamente, las Chivas te dieron por “Detroit” y te corrieron a patadas.
Hasta ahí todo normal.
Ricardo:
¿Sabes qué es lo que me tiene muy molesto contigo? Tus mentiras.
Eres un pinche mentiroso y un cobarde. Mira que defenderte atacando a los demás, es lo más vil y poco hombre que un ser humano pudiera ser.
Primero dijiste que si la fuiste a ver, por lo del uso del árnica. Luego, la difamaste. Después, que están denigrando tu nombre ante tu mujer, tus hijos y tus nietos. Después, que Vergara y el club, no te pagaron lo acordado. Y luego que no existía una demanda, porque no te llegó.
Y que por último, vas a demandar a todo mundo por tanta difamación.
En fin, Ricardo…
Puras excusas…
Excusas que tus abogados te recomendaron para alterar la realidad. Sin embargo Ricardo, este es el Epílogo:
- Sí te la quisiste tirar.
- Sí fuiste a la podóloga en pelotas cubierto por una toalla.
- Sí hay cuatro testigos que vieron lo que pretendiste.
- Sí te pagaron las Chivas lo acordado y lo aceptaste.
- Sí creo que fue un error de Chivas tener a una podóloga en lugar de un…
- Y sí, Ricardo, eres muy poco hombre y una vergüenza para el futbol. Ahorra para tu vejez…
Lo vas a necesitar.
Artículos Relacionados: