El éxito lo alcanzan los osados, aquellos que se atreven a innovar e ir más allá de lo establecido, plasmando su propia huella y estilo. Eso es lo que se hace tan única a Casa Malca, una preciosa casa con una historia tan especial como su diseño, pues antes de ser un precioso hotel de lujo fue la casa de Pablo Escobar.
Apartada del diseño de los grandes resorts, este hermoso hotel basa su belleza en la íntima fusión de la arquitectura con la exuberante naturaleza de la Riviera maya, a la que se integra suavemente como si fuese parte de la misma. El viento se cuela entre las copas de los árboles en sonidos que se fusionan con el romper de las olas del mar, y junto al canto de cientos de aves, crean una sinfonía única, en armonía con la idea que tenemos de los sonidos del cielo.
El deleite de la visita a Casa Malca inicia con la vista imponente del hotel, como si fuese un tesoro escondido entre palmeras, tallado por la arena y la brisa del mar. El diseño logra integrar al mismo tiempo la privacidad con el manejo de los espacios abiertos, creando una sensación de estar solos en contacto con la naturaleza, pero al mismo tiempo sin desprenderse de los placeres de la vida moderna. En su diseño, Lio Malca, coleccionista de arte y el propietario de este magnífico hotel al que podemos llamar nuestra segunda casa, logró fusionar de forma enigmática las texturas de materiales como madera y piedra, junto con una paleta de colores que nos recuerdan los elementos naturales de la Riviera.
Enormes paredes que se elevan al cielo, a la par de las palmeras, crean una sensación de magnificencia, acentuada por las diversas piezas de arte y elementos decorativos que desafían los convencionalismos, como los mullidos sillones de corte clásico que cuelgan a forma de columpios y enmarcados por enormes cortinas blancas, invitándonos irremediablemente a ser las estrellas de cada momento que vivimos durante la estancia en el hotel. La blanca arena de la playa toma su propio protagonismo, al abrirse paso en diferentes áreas, dándole un aspecto surreal al ambiente.
Para alcanzar el éxtasis total, en CALMA SPA, ubicado en el rooftop con vistas al mar, el cuerpo y los sentidos son mimados con una serie de tratamientos deliciosos y funcionales, pensados en devolvernos el bienestar y el equilibrio, usando productos que respetan el medio ambiente. Al igual que el resto del hotel, en el spa se juega con las texturas y aromas para llevarnos a un nivel de relajación entre el cuerpo y la mente.
Casa Malca nos invita a vernos reflejados en la naturaleza, a descubrir a nuestro artista interno, a entrar en contacto con nuestro ser y dejarlo fluir en libertad, en fin, a convertirnos en parte de esencia única que nos catapulta más allá de los sueños.
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