Quienes fuimos al Museo Nómada, diseñado por el Arq. Simón Vélez, vimos que es una estructura armada totalmente de bambú y madera, que encierra la belleza de las imágenes que muestran a animales y humanos (en especial niños) conviviendo sin prejuicios o ataduras, en libertad.
Ashes and snow, fue algo más que esto. Nos dejó la elocuencia de las palabras vertidas por Gregory Colbert, y sobre todo su sensibilidad.
Un poco de historia: el Museo Nómada se originó en 2002, su primer lugar sede fue en Venecia y surgió como el espacio para que el fotógrafo Colbert, pudiera compartir su trabajo de más de 40 años y para que los visitantes pudieran conocer los lugares más recónditos del planeta Tierra.
La exposición muestra un largometraje y dos cortos relatados en poesía haiku y 50 fotografías a gran escala. El público se detenía principalmente en el largometraje que tenía la mayor inspiración. Se asegura que una asistencia mayor a un millón de personas vio la exposición.
En lo personal, pienso que estar en el espacio, con los claros de agua y los bambúes instalados de manera inversa, o sea viendo al cielo, ofrecen al espectador un espectáculo único. Da la sensación de estar en un lugar de selva y al entrar al recinto la sorpresa del conjunto interior, que da una paz espiritual al visitante.
La exposición seguirá otro punto en su itinerancia. Quienes la vimos tenemos la sensación única de paz y de espiritualidad que nos acompañará por mucho tiempo.
Nota: Color de las fotografías: sepia
Tamaño: tres metros y medio.
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