Esta decisión se tomó en respuesta a la solicitud presentada por las familias Kotzer y Rozental, que salvaron sus vidas en la Shoá gracias a la actuación de Samuel del Campo, y en base a la investigación realizada por el Rab. Dr. Efraim Zadoff
La ceremonia de reconocimiento se realizará en
el recinto de recordación Ohel Izkor en Jerusalem,
el domingo 22 de octubre 2017, a las 11:00 hs.
Están invitados a honrar la memoria de Samuel del Campo con vuestra presencia.
Samuel del Campo llegó a Bucarest como encargado de negocios y único representante de Chile ante Rumania el 9 de mayo de 1941. Chile representaba entonces ante Rumania los intereses del gobierno polaco en el exilio. Cumpliendo estas funciones Del Campo conoció la dura discriminación y las persecuciones de las que sufrían los judíos, y se dipuso a ayudarlos.
Comenzó renovando los pasaportes polacos que tenían refugiados de Polonia – judíos y no judíos, y extendiendo su protección sobre ellos, en nombre de Chile, para evitar su deportación a Transnistria (que implicaba una muerte casi segura) y la expropiación de sus bienes. Más adelante, al advertir que la documentación polaca no era suficientemente efectiva, emitió pasaportes y documentos de protección chilenos a más de 700 judíos, residentes en Chernowitz, Bukowina, y también en Bucarest y otras localidades de Rumania.
La renovación de los pasaportes polacos se basó en su posición como representante de los intereses del gobierno polaco en el exilio. Pero la emisión de documentos de protección y pasaportes de Chile era ilegal. No cabe duda de que él sabía que la política discriminatoria hacia los judíos por parte del gobierno chileno no aprobaría esta actuación.
En abril de 1943 Samuel del Campo recibe instrucciones desde Santiago de abandonar Rumania debido al rompimiento de relaciones por parte de Chile, y su Cancillería decide trasladarlo como cónsul general a Ginebra – Suiza.
Basándose en la denuncia del cónsul suizo en Bucarest René de Weck respecto a la emisión por parte de Del Campo de pasaportes chilenos a judíos, la Cancillería suiza no aprueba esta designación y comunica la razón al gobierno chileno.
Al enterarse la Cancillería en Santiago de Chile de la actuación de Samuel del Campo de utilizar documentación chilena para salvar judíos, le ordenó en mayo de 1943 retornar de inmediato a Chile. En junio de 1944 el Ministerio del Exterior de Chile declara que su puesto quedó “vacante”, es decir que fue despedido.
Este fue el precio que tuvo que pagar Samuel del Campo por tratar de salvar, por razones humanitarias, la vida de cientos de judíos durante la Shoá en Rumania.
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