La idea partió de la invitación de Armonía, a su casa en el campo. Vivía en un pueblecito cerca de San Fernando (Chile). El viaje fue en un riguroso pullman, medio de trasporto de élite y de simples terrícolas como nosotras. La casa de campo era una típica colonial, el corredor alrededor, y un patio central. Tejas de ladrillo rojo, uniformadas perfectamente, lo que hacia el reflejo de un hermoso rojo intenso. La cocina, sala central del hogar, servia de sala de reuniones y de relaciones familiares. No se puede decir que el ambiente hogareño, no se advertía, todo lo contrario, era el edén de toda familia tradicional.
La belleza y el calor intuía la tranquilidad de una hermosa y esplendida familia. Nos sentamos, después del viaje, y charlamos. La madre de Armonía, que de nombre era Rocío. Así, era fresca como el Rocío, trasparente y amable como su bello nombre. Mientras Doña Rocío cocinaba, sus ollas humeaban. Ese día ella había dejado remojando en agua fría, el cochayuyo, alga típica de las costas chilenas. Lo había tallado en pequeños trozos, su color violáceo, oscuro, casi café con tintes rojos, un color especial para tan magnifico alimento de nuestra flora marina. La cocina a leña, propia de cualquier país escandinavo, Italia o Sudamérica, negra con un fogón siempre encendido, que a la vez servia de chimenea, o “camino” como se dice en Italia. La olla era grande de cobre “chilenisimo“, dentro de esta joya, se deslizaban los trozos del magnifico cochayuyo, y posteriormente los porotos burros, mas las esencias de orégano, y hierbas varias, para que decir de la cebolla picada fina en pequeños cubos. Todo esto era revuelto con una artística cuchara de madera. Rocío, disfrutaba de este trabajo de cocinera. Yo desde lejos veía, esta cacerola, humeante, y ese humo que se desintegraba en la atmósfera, me daba la idea de una imagen surrealista.
Había una relación entre atmósfera, conversación, y un vinculo y nexo entre porotos, cochayuyo, y cucharon. ¡Que Belleza! ¡Que aroma! Cerca en el otro fogón se cocinaba en una pequeña paila, una afinidad de cebolla, manteca y ají de color, humeante, y salpicante, porque las pequeñas burbujas llegaban a caer en el fogón, como pequeñas estrellas de fuego… Los porotos para que decir se deslizaban, era un oleaje, una ondulación en esa olla de cobre, se sentía la energía, la fuerza el vigor del cochayuyo, crujiente y a la vez mórbido. Este ya con el cocimiento había perdido lo liso y sus trozos eran rugosos, con pequeñas texturas, y suaves al tacto y al placer del paladar. No se pude hablar del caldo originado por el jugoso cochayuyo, violeta, y denso como el mejor nutrimiento del alma y del espíritu. Los “porotos burros“, eran mantecosos, delicados y perfumados, hacían hileras unos contra otros para ser los primeros en ser tocados y saboreados por la graciosa Doña Rocío. Con este nombre exprimía verdaderamente esta magia a los condimentos la pequeña paila termino su cocimiento y su color fue decididamente rojo, sangre, rojo bandera chilena. La cocinera tomó esta y la volcó en la olla de cobre, así cayeron como gotas de néctar, cebolla, manteca y ají de color dentro de los porotos con cochayuyo. Yo no puedo olvidar esta escena, era atónita, asombrada de ver este baile de elementos que eran destinados a nuestros estómagos. Ellos eran deseosos de que llegara el momento crucial de ser servidos en nuestra mesa. Como es de rigor en un grande mantel a cuadros, quizás azul o rojo, pienso que se decidió por este último, hacia gracia a la cocinera y estaba bien con el ají de color. ¡Que maravilla! Poder recordar este deleite. Las evocación de este momento han quedado sellado en mi mente y en mi estómago. La conversación, los porotos con cochayuyo, le espera de mi hija y la amistad hizo de este un momento inolvidable, que después de tantos años, yo deseo una invitación como esa de almorzar un delicioso plato de porotos con cochayuyo.
¿Esperamos tu invitación?…
“Porotos con Cochayuyo” es un relato en un período difícil de Chile. Son los últimos años de la dictadura de Pinochet, describiendo un plato típico con una alga marina de las costas chilenas.
Ingredientes:
-
Porotos Burros
-
Cochayuyo (Alga Marina Del Pacifico, Chile)
-
Manteca
-
Pimentón Verde
-
Cebolla
-
Diente de Ajo
-
Orégano, Cilantro.
-
Sal
-
Ají de Color
Artículos Relacionados: