Cada 7 de junio, como periodista, lo siento de una manera especial. A una semana del desenlace fatal que se trenzó entre el ejército israelí y la flotilla turca, me obligan a sentarme y a escribir. Hace mucho que no sentía tanta impotencia por hechos “mediáticos”. Pero la gota rebalsa el vaso y es hora de decir ¡Basta! ¡Señores, colegas es hora de decir Basta! El juego del terror juega con nuestra profesión, con la dignidad y el idealismo que luchamos internamente para mantener a flote. En la estrategia contra Israel todo es posible. Todo lo vale: desde hombres bomba, a secuestros de soldados –y posterior negociación-, venta de drogas, adoctrinamiento de niños, muerte a opositores… Hamás como gobierno de la Franja de Gaza ha hecho esto y mucho más para mantener viva la llama del odio y rencor hacia Israel… en vez de traer salud, educación y trabajo a su pueblo, siembra terror, miedo y sangre a su propia gente. ¿Qué valor tiene la vida en estos lugares? El tráfico de armas es vital para Hamás y han estado buscando desde meses la mejor manera de quebrar la barrera que les impone Israel.
Esta “flotilla” –como dice Netanyahu, primer ministro israelí- no era una flotilla de “paz y amor”… estaban listos para pelear y morir. A nadie le importaran estas muertes. Ya son mártires, tanto los muertos como los que regresaron con vida.
Vendrán las acusaciones de un lado y el del otro… Pero, ¿a quién le importa el resultado cuando el objetivo esta cumplido? El desprestigio a Israel ha sido logrado. Medios de prensa, instituciones, organismos y gobiernos no tardaron en apuntar a Israel como la “culpable” de esta agresión sin omitir nada del mensaje de organizadores de la flotilla: ayuda humanitaria a Gaza.
Colegas y amigos, Gaza necesita ayuda…. Para reconstruir su identidad –palestina o árabe- y liberarse del terror que les impone el movimiento Hamás. ¿Cómo se puede solidario con un movimiento terrorista que asesina a sus compatriotas, no hace nada por la paz y promueve el terrorismo sin cuestionamientos?
¿Por qué se permite a Hamás “legalmente” a luchar con terrorismo a Israel? ¿ONU o Casa del terror, cómo permites todo esto? ¿Hasta cuando?
En el juego de la vida y la muerte, la “flotilla turca” del terror ha movido sus cartas a costa de la “lucha por la solidaridad del pueblo palestino”.
El ser humano no tiene límites para conseguir sus objetivos. Terco, obstinado, no puede frenar sus deseos. Ese instinto natural que lo insta a buscar el mal… es una inclinación que no puede doblegarse. ¿Qué es el mal y qué es el bien? ¿Quién puede juzgar al otro cuando es víctima de atropellos? ¿Cómo ponerse en el lugar del otro? Es imposible –desde mi lugar- ponerme en el lugar tanto de la víctima como del victimario, del agresor y del ofendido… Pero los hechos demuestran –y muestran- una conducta y un patrón en común: desprestigiar a Israel.
Así con los medios de prensa y los organismos internacionales, ya sea la ONU o de derechos humanos, emiten “condenas y enérgicos reclamos” contra estas acciones, se observan como la ira se justifica en pos de un enemigo en común: Israel.
El ser humano no importa. La muerte –o la vida- no importa. El uso y abuso de la dignidad humana de los organizadores –encabezado por el IHH, grupo turco- de la flotilla no tiene límites. Cientos de entusiastas “activistas humanitarios” –con una mezcla de intelectuales y terroristas se unían para demostrar su solidaridad con Gaza, buscaban el pasado lunes 31 de mayo mostrarle al Mundo su solidaridad con el pueblo de Gaza, donde seis barcos provenientes de Turquía intentarían llegar a la costa de Gaza.
Lo más triste, es que Gaza no tendrá futuro si sigue siendo controlada por Hamás. Y aún así los reclamos a Israel crecen y crecen… ¿A quién le importa Gaza de verdad? Todo se justifica con un enemigo en común, se desvía la atención, como una mujer golpeada que le dice a sus amigas que “tuvo la culpa” de los golpes de su marido… Así Israel debe asumir que su error es simplemente el existir en una Tierra de la que “fluye que la Leche y Miel” como dicen las Sagradas Escrituras, en un lugar donde la presencia del Creador del Universo se manifiesta en cada centímetro.
¿Solo el Pueblo Judío puede ver esa realidad? O la envidia ha cegado tanto a los enemigos de Israel, que el fanatismo religioso continuará haciendo estragos con más muertes y sufrimientos…
¿Quién soy –somos- para contradecir la Voluntad de Di-os, como el Padre del Universo con un Plan Divino para toda la Humanidad?
Mientras tanto, seguirá habiendo “piratas de la paz (humanitarios)”, tanto por mar como por aire y tierra, esta batalla se renueva y se reinventa desde el nacimiento del Pueblo Judío… Como dice la canción popular, sólo el hombre es el único animal en la tierra capaz de golpearse en la misma piedra, varias veces… desde el comienzo hasta hoy.
Artículos Relacionados: