A pocos días de la conmemoración de Yom Hashoa o Día del Recuerdo del Holocausto, nuestra comunidad y nuestras familias valoramos infinitamente el tener cerca a nuestros seres queridos, el cargar a nuestros hijos y nietos, salir a caminar con nuestro esposo o simplemente el poder convivir con nuestros amigos y vecinos.
Y es que ese calor de hogar que nos reúne en nuestras casas es simplemente lo que a muchos nos mantiene vivos y felices, porque sabemos que no hace muchos años, nuestros hermanos simplemente no pudieron tener la dicha que nosotros ahora tenemos.
Pero el calor de hogar no es algo que sea exclusivo de esta fecha, ni de nuestra comunidad; somos muchos los que tenemos en nuestras memorias muchos momentos en familia que normalmente eran acompañados por las comidas hechas en casa de las abuelas y madres, la convivencia con los primos y hermanos, o simplemente las reuniones de amigos alrededor de platillos caseros que plagan nuestros recuerdos de aromas y sabores.
En las modernas corrientes gastronómicas que se viven día a día en las grandes cocinas del mundo y en manos de afamados chefs, la comida casera tiene un lugar importante y hasta ha sido bautizada por muchos como Comfort Food.
Pero aunque el nombre no nos suene tan cercano a muchos, la realidad es que su definición podría ser simplemente la comida que nos calienta el alma, que nos hace sentir apapachados y en casa.
Son muchas las conclusiones que se han hecho alrededor de este concepto que básicamente hace referencia a recetas tradicionales y que han sido compartidas de generación en generación y que generan sentimientos en quienes los disfrutan. Y aunque muchos califican este tipo de comidas con grandes contenedores llenos de calorías, ahora sabemos que la comida de casa no tiene que ser calificada de esa manera.
Dentro del concepto de Comfort Food puede entrar una buena sopa minestrone, una crema de vegetales, guisados de pollo, res o pescado, una buena mezcla de leguminosas con alguna carne o simplemente la comida que en tus recuerdos está presente y que era servida en casa.
Muchos amigos del norte refieren que al llegar a sus casas de las escuelas, durante su niñez, la calle iba impregnándose de olor a tortillas de harina; así mismo recuerdo a un gran amigo chef que me mencionaba que el puchero de res era un platillo obligado en su infancia y que aún ahora recuerda.
Creo que el Comfort Food o comida casera es simplemente aquella preparación que a todos nos haga felices en casa, por las razones que sea; por su sabor, sus recuerdos, sus referencias o simplemente porque a todos nos encanta comerla.
Pero lo importante es que se siga cocinando en casa, y sigamos impregnando la mente de nuestras familias de memorias cargadas de aromas especiados y de sabores de hogar que en su vida futura los acompañe, tal como lo hicieron con nosotros.
Hoy te comparto mi versión del Cholent, platillo muy tradicional dentro de nuestra comunidad y que seguramente traerá a muchos gratos recuerdos sazonados en casa.
Becky´s Cholent
- 1 kilo de pecho de res o de ternera
- ¼ taza de aceite vegetal
- 2 cebollas picadas
- ½ kilo de flanken con hueso (costilla corta)
PARA LA HARINA PREPARADA
- 1 taza de harina
- 3 cucharadas de paprika
- 1 cucharada de consomé en polvo
- 1 cucharada de ajo en polvo
- 1 cucharada de pimienta negra quebrada
CHOLENT
- 2 papas peladas y cortada en cubos
- 1 camote pelado y cortado en cubos
- 10 tazas de agua hirviendo
- 1 taza de aderezo francés Light
- 4 cucharadas de consomé en polvo
- 1 cucharadita de ajo granulado
- 1 cucharadita de pimienta negra quebrada
- 2 chiles de árbol (opcional)
- 1 taza de alubia chica
- 1 taza de cebada perla
- 1 kishke ya preparada (carnicería kosher)
Preparación:
En una sartén bien caliente sellar la carne en el aceite y reservar, en el mismo recipiente acitronar la cebolla picada y reservar. Preparar la harina incorporando todos los ingredientes en una bolsa de cierre.
Poner la papa y el camote en la bolsa de la harina preparada, sacudir para que se incorpore y reservar.
Encender la olla de cocimiento lento a temperatura alta.
Preparar las tazas de agua hirviendo con el aderezo francés, el consomé, el ajo granulado, la pimienta y revolver muy bien.
Poner en la olla la carne con la cebolla, la alubia, la cebada perla, y al final la papa, el camote sin la harina restante, luego añadir el chile de árbol y al final el agua. Poner encima la kishke, tapar y dejar cocer a temperatura alta por dos horas.
Disminuir la temperatura a baja hasta la hora de servirse al día siguiente para la comida. El total de cocimiento a temperatura baja será de 12 a 14 horas.
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