Empezaré este artículo entonando un “mea culpa” y un “lo siento, no se volverá a repetir. Desde mi infancia al oír a mis abuelos y bisabuela hablar su idioma natal, éste siempre fue definido como Ladino, y yo he usado esta nomenclatura desde entonces…. y desde entonces he estado, al igual que la gran mayoría de los Sefardíes, equivocado y haciendo un flaco favor a mi cultura y mi idioma.
Durante la reciente Cumbre Erensya, tuve el gusto y honor de conocer al gran Abraham Bengio, el cual desde mi primera correspondencia con él saltó por los cielos al oírme utilizar esa referencia y tuvo a bien explicarme la nomenclatura correcta.
Durante los años que precedieron a la expulsión de 1492, los judíos en Sefarad hablaban el Castellano de la época, árabe e idiomas locales, recordando que en ese entonces el hebreo era una lengua casi exclusivamente reservada para la liturgia, por lo que se incorporaban ciertas palabras hebreas al vocabulario de uso regular. Ejemplos de esto es la palabra “mazal” (suerte) la cual se utiliza de manera interesante. Por ejemplo la palabra “mazalbajo” literalmente quiere decir “desgraciado”.
Sin embargo, fuera de aquellos que estudiaban en la yeshivá, la gran mayoría de los sefardíes no sabía leer hebreo. A raíz de esto y para facilitar el aprendizaje de rezos y ceremonias se decidió latinizar el idioma hebreo para que pudiese leerse de manera literal. A esto se le llamó Ladino. O sea que el ladino es la forma de leer el hebreo directamente traducido de las escrituras al castellano. Nada más.
El idioma que los Sefardíes conservan durante 500 años después de la expulsión se llama sea “Djudezmo” o “Djudeo-Espanyol” y adquiere las particularidades del lugar donde se habla, por lo que tenemos el Djudeo-Espanyol de influencias, turcas, griegas, azeris, balcanicos, etc. Es de particular importancia resaltar el nombre del idioma, ya que este lo define perfectamente por lo que es, el Español que guardaron los judíos a su salida de España. El termino “Ladino” llega ser hasta despectivo y arrasador, por lo que de ahora en adelante me comprometo a no utilizarlo más, a menos que sea en el contexto correcto de este.
Para resumir
Hebreo תודה רבה
Ladino Grasya Muncha
Djudeo-Espanyol Munchas Grasyas
Gracias a Daniel Ajzen por su amable colaboración y preciosa información y a Abraham Bengio por sus correcciones y sabiduría.
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Empieza a contagiarse el buen uso del nombre.
Djudeo-espanyol es lo correcto…
Interesante comentario: Mi madre viene de los Benei Anusim, en su casa hablaban un “espanol antiguo” y la plalabra ladino queria decir (en su lengua) una persona que quiere ser mas de lo quien es, mas o menos. ie, si una persona se invita a una casa, se le llama “mira que ladino”.
En mis tiempos se decian sefaradi, pero ahora sefardi. Cual es la diferencia y por que ahora el cambio?
Hag Sameach