¿Cómo se imagina el mundo dentro de 50 años? Más aún, ¿cómo se imagina al humano dentro de 50 años? Primero pensamos en autos voladores al estilo de los supersónicos. Luego cuesta trabajo imaginar algo nuevo. Pensemos en cómo cambiará la vida humana, cómo cambiará el humano, qué tan longeva será la vida, qué nuevas enfermedades surgirán, cuáles otras seremos capaces de erradicar o controlar, o cómo revolucionará la electrónica y computacional el mundo como lo conocemos. No conocemos el, pero si miramos al pasado, observaremos que el cambio tecnológico ha tenido una velocidad sin precedentes. ¿Qué sigue? ¿Qué nos depara la tecnología en el futuro?
Para varios investigadores/inventores/futurólogos como Peter Diamandis y Ray el futuro es información, es tecnología y es vida. Tuve la fortuna de entrevistar a Ray Kurzweil el año pasado. Platiqué con él por más de hora y media acerca del crecimiento de la tecnología computacional, del futuro inmediato y del futuro más lejano. Para Kurzweil el hombre estará prácticamente fusionado con las computadoras. La nanotecnología estará en su máxima expresión. Tendremos, por ejemplo, nanobots que repararán nuestras células, combatiendo enfermedades. Tendremos computadoras en nuestros cerebros que facilitarán nuestro aprendizaje. El punto no es competir con la tecnología, dice Kurzweil, sino que la tecnología sea de ayuda para el hombre.
A vista parecería charlatanería, parece que estos futurólogos lanzan predicciones al azar sin más fundamento que la imaginación. Haga un ejercicio: imagine que vive hace años ¿qué pensaría de viajes al espacio, de celulares, de computadoras portátiles, de vacunas diseñadas químicamente, de un robot que transmite imágenes y video desde Marte? Parecería charlatanería también, ¿no? Como dije, nadie conoce el futuro, pero podemos tener una idea de su y quiénes mejores para hacerlo que aquellos que el día de hoy lo inventan.
Este es justo el caso de Diamandis y Kurzweil. Juntos fundaron la Singularity University, una dedicada a la innovación. Allí se promueve la expansión exponencial de la tecnología y del conocimiento. Se trata de juntar diferentes tecnologías, imaginar lo nuevo y emprender proyectos para moldear el futuro. Ellos están convencidos de que la tecnología avanza de acuerdo a la Ley de Moore. Ésta menciona que la innovación tecnológica crece exponencialmente. Muchas veces tendemos a pensar el futuro de manera lineal, creemos que mañana habrá dos aparatos electrónicos más, y pasado mañana 4 y el día siguiente 6 y así sucesivamente. Pero, el desarrollo tecnológico parece avanzar diferente, pasado mañana habrá 4, el día siguiente 16, luego 256 y continúa. Es un desarrollo mucho más rápido que el lineal. Un ejemplo sencillo que me mencionó Kurzweil: los teléfonos celulares. Hace 15 años los celulares eran unos ladrillos que me sorprende que no hayan llevado una mochila especial para cargarlos; además, eran muy caros y, por lo tanto, muy exclusivos. Hace 14 años, había quizá uno o dos modelo más. Hoy, existen sin duda más de 28 modelos y son mucho más accesibles que hace 15 años. Entonces, ¿fue lineal el desarrollo de los celulares? No. Así como tampoco lo fue el desarrollo del Internet, la carrera espacial, la ingeniería automotriz, los experimentos de la física moderna, la biotecnología e infinitos ejemplos más.
Hace un mes asistí a algunas conferencias de la Semana de la Ciencia y la Innovación donde se presentaron ideas que hoy están en boga y que posibilitan gran parte del desarrollo tecnológico actual. Estuvo el premio Nobel de Física, Albert Fert, quien sigue ayudando a crear la tecnología que permitirá reducir radicalmente el tamaño de las unidades almacenadoras de información. Aún con una tecnología un poco más vieja, pero utilizando el mismo principio, se puede almacenar hasta 1 terabyte (1000 gigabytes) por pulgada cuadrada (véase spintronics). Otro ejemplo, es el de Manuel Patarrollo, premio Príncipe de Asturias 1994, quien diseñó químicamente una vacuna contra la malaria como no se había hecho nunca antes. O bien, como el mexicano Arturo Álvarez-Buylla quien descubrió y sigue descubriendo los procesos de regeneración de neuronas en el humano (que creíamos que no existían en absoluto). Todos estos son ejemplos de innovadores que están a la vanguardia y que investigan temas que hace 100 años serían impensables o imposibles.
A veces no nos gusta pensar en el futuro, puede sonar deprimente, a veces desalentador e incluso apocalíptico. Otras veces nos emociona saber qué nuevos aparatos se inventarán o qué fenómenos se descubrirán. Por lo pronto, la realidad es que hace 10 años no había Facebook o celulares y, al día de hoy, parece hasta imposible vivir sin ellos. La tecnología se integra a la vida humana sin preguntar. Nos guste o no, sucede; es por eso que vale la pena preguntarnos cómo será nuestra vida dentro de 50 años. Eche a andar su imaginación. Allí no hay límite; después de todo, así es como se inventa, se innova y se rompen paradigmas; así se hace el futuro, y para usted ¿cómo se ve el futuro?
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