Esa sonoridad singular, que diferencian a los ciudadanos hispanohablantes por dondequiera que se encuentren, así sea dispersos en el mundo, o ya sea en su propia nación, es así que en el momento cuando se abre el diálogo, se advierte enseguida la nación de proveniencia.
Es el acento, ese encantador modo de hablar, con su peculiar ritmo, con su entonación que hace al individuo de un territorio a descargar en su voz esa intensidad clave en el lenguaje marcando, ansié por un matiz único. Estos plácidos perfumes que se materializan en la lengua española de las Américas. Son énfasis en el estilo de pronunciar, en su afinamiento, que no ha relación con la semántica, sino que es, la composición musical que realiza el habitante de cada región, como si las palabras cobrasen esa dimensión viva. Recogiendo ese sabor genuino, como si se materializará en un plato típico, porque pasa a ser la flor del idioma de una nación. Como, no percibir o rememorar esa musicalidad del platicar, en ese cariñoso y suave énfasis mexicano, el veloz realce argentino, o el angelical acentuar del cantadito y dulce afecto chileno, o el nasal hincapié venezolano, el austero formal del peruano, el usted vivaz de honduras, el señorial protocolar de el salvador, el serio ceremonioso colombiano, son como el sabor de un exquisito churrasco argentino, una empanada de carne, un plato de sabrosos porotos chilenos, un delicioso taco mexicano, su materia prima es única, y su representación maravillosa. Los acentos son la alegría y el honor de los ciudadanos latinoamericanos en el mundo, siendo su carta de presentación. Es la melodía originaria de la vieja Castilla, como expresa el refrán A Castilla y a León nuevo mundo dio Colón. Castilla, Reino de Oviedo, pequeña región de la antigua Cantabria, del Gran condado, lenguaje de habitantes rústico tosco y de extrañas innovaciones. De Oviedo y de León los cuales heredaron las costumbres culta de la corte visigótica. Llegando a ser el hablar disidente y tosco con anterioridad usado por los montañeses y rudos, es ahora la lengua propia del estado más poderoso de toda la península con particulares inflexiones de la voz en una región, modulación e intensidad de la palabra. Un interés lingüístico especial por el idioma castellano con las riadas de nuevas aportaciones indias en la América española.
En el mundo web, el acento español de los hispanoparlantes entra por las bocanas, como si fuese un viento suave, mas arrasador que se desplaza adentrándose como una embarcación por el tormentoso Cabo de Hornos, deslizándose desde el Océano Atlántico al Pacifico, serán muchos los oponentes de esta identidad llamada acento puro del país, así deseando mandar esta barca por los ventisqueros, con los negros presagios de hacerla hundir. Mas, esas ondas, olas, oleajes fuertes no poseen esa exorbitante fuerza para abatir lo que es de amar y preservar.
Hablar castellano, es adentrarse en armonías excepcionales, como el placer de narrar cuentos a los pequeños, previamente a las ¡Buenas noches!, o como un instante de relax al evocar épocas de amor y fantasías, no se pueden alejar los acentos porque estos penetran y jamás se alejan, quedarán incrustados como sólidas raíces en la tierra. Mas todavía, ellos deben ser valorizados y por sobretodo deben ser enseñados a apreciar como se hace a un amigo, no se puede hacer la guerra a tanta hermosa característica.
Viajar por Sudamérica, Mesoamérica, Centroamérica, es hacerlo por un paisaje variado entre montañas imponentes con el extenso enlace de la Cordillera de los Andes, dónde un delicioso, travieso Mar Pacifico y el Atlántico, son ligados a culturas indígenas, además que en gran medida a las migraciones europeas. Españolas, italianas, hebreas, inglesas, alemanas, chinas y de tantas tierras de lejanas lenguas, así nació un individuo con origen e identidad que formó patrias y naciones como México, Chile, Argentina Perú, Venezuela, Honduras etc, países que han adherido como lengua oficial el Español o Castellano. Cada pueblo evolucionó y creó sus variadas entonaciones. El turista se encontrará al pisar estos suelos con esa gama de inflexiones que lo llevarán a vislumbrar como una misma lengua, es pronunciada con melosidad musical dando a la vez la marcada identidad de los diferentes territorios nacionales.
Es la vitalidad de los habitantes, sus expectativas, sus aspiraciones, su devoción a la patria, a la tierra de ellos mismos que se anexa en este ritmo sin igual, que los viste como si fuera una alegoría innata de un país, el acento latinoamericano es de preservar y porsupuesto de platicar…
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