José Arturo Castellanos Contreras nació el 23 de diciembre de 1893 en San Vicente, El Salvador.
Estudió en la Escuela Politécnica Militar (El Salvador) y en Italia.
Fue militar por 26 años, llegando a ser segundo jefe del Estado Mayor General del Ejército de la República de El Salvador y un reconocido revolucionario que luchaba por sus ideales.
En junio de 1937, fue mandado a Checoslovaquia como jefe de la Misión Militar Salvadoreña para la adquisición de armas.
En este mismo año fue nombrado como cónsul general en Liverpool, Inglaterra. Un año después fue mandado al consulado de El Salvador en Alemania y entre 1941 y 1945 fue cónsul de El Salvador en Ginebra, Suiza.
Tiempo antes, en los años 30’s, Castellanos conoció en Bucarest a Gyorgy Mandel (empresario judío), de quien se volvió amigo.
Mandel escapó a Suiza y Arturo Castellanos le dio un puesto inventado en el consulado al que llamó Primer secretario.
A pesar de recibir órdenes de su gobierno a no otorgar visas salvadoreñas, Castellanos logró hacer algo para ayudar a su amigo Mandel primeramente y luego a miles de personas más. Primero otorgó a Mandel (a quien le cambiaron el nombre por Mantello) un pasaporte para salvar a su familia cercana.
Y después, ambos comenzaron una labor inmensa al expedir certificados de nacionalidad salvadoreña a miles de judíos de Rumania, Polonia, Checoslovaquia, Bulgaria, Hungría, entre otros. Se estima que entre todos los judíos salvados con sus familias fueron al rededor de 40000.Muchos de estos certificados fueron mandados a guetos y trenes dirigidos a campos de concentración o exterminio y esta fue la salvación de cientos de familias.
Para hacer esto Arturo Castellanos arriesgaba su puesto, familia y su vida al ir en contra de las órdenes de su país, así como en contra al régimen Nazi. Aun así, él nunca vio esta labor como algo extraordinario, sino como algo que fue su deber.
El 1 de octubre de 1945, Castellanos renunció a su cargo y regresó a El Salvador. Hasta 1976, el Radio El Nacional lo entrevistó sobre su labor en la Segunda Guerra Mundial, pero aun así su historia siguió en el olvido.
El 18 de junio de 1977 falleció en El Salvador.
Décadas después, sus descendientes, así como sobrevivientes del Holocausto dieron testimonio de lo realizado por Castellanos. Varios de estos sobrevivientes presentaron los certificados de nacionalidad que salvaron su vida. Y gracias a una exhaustiva investigación presentada ante el Yad Vashem en 2010, Arturo Castellanos fue reconocido como Justo entre las Naciones por su labor humanitaria de salvar a miles de judíos.Antes de recibir este título ya había recibido en vida diversos reconocimientos internacionales por su labor, esto lo comenta su hija Frieda Castellanos. Sin embargo él no presumía de ellos al grado de haberlos dejado guardados por años.
Aunque él no buscó ser reconocido por su labor, hoy con toda certeza podemos decir que siempre será un orgullo para El Salvador, Latinoamérica y el mundo. Siempre será un héroe en medio del Holocausto.
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