Empezaba mi caminata mañanera…
Me sentía mal.
Imaginaba el mar.
Extenso, majestuoso, siempre vivo en sus olas, incansable…
Me sentía mal.
Sentía el deseo de salir de mi vida…
Al momento advierto que eso no es posible aunque yo lo así lo quiera.
Me doy cuenta en ese momento, que soy una criatura…
Al ser creado, no tengo la decisión de ser o no ser.
Me incomoda pensarlo, pensar que esos momentos el nacer y morir no están dentro de mi voluntad, pero si dentro de mi ser.
Por momentos me siento prisionero en contra de mi voluntad.
Finalmente reconozco mi condición de criatura con mis limitaciones…
Pero pienso que así esta bien, y que es para mi bien.
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