Crítica de la razón sin razón

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Las siguientes palabras son una crítica que ya he hecho en repetidas ocasiones, tanto por escrito como oralmente.
Son una verdadera crítica al hermoso idioma español escrito.
Si bien es cierto que hace muchos años se pronunciaba de manera diferente a lo que hoy en día lo hacemos, también es cierto que las reglamentaciones gramaticales no se han modernizado con el idioma. Entendamos que todo lo que se escribe es debido a que se ha dicho o puede ser dicho oralmente. Es por eso que me aferro a la idea que modernizando el habla, o modificándolo, ya sea por influencias sociales o dadas las condiciones de la globalización mundial que han acelerado y facilitado las migraciones de personas, provocando así la influencia en los idiomas hablados, entonces debería también modificarse la escritura ya que proviene de los sonidos emanados de los que lo hablan.
En este caso, me voy a referir al idioma que me compete, que es el español. En primera, por ser mi lengua natal. En segunda, porque no podría hablar de otra la cual carezco de conocimientos. En tercera, porque ningún idioma me interesa criticar,  más que el que yo hablo con las personas que me rodean.
Diré mi crítica en orden alfabético, pero antes aclaro que este es mi punto de vista y no una afirmación en nombre de alguien más. Es posible que muchos estén de acuerdo y otros no. Bueno, eso es sumamente válido. Lo que no aceptaré es a aquellos que, por pensar distinto, critiquen con faltas de respeto.
Comienzo.
No entiendo para qué existen dos tipos de letras que suenan igual. Nadie dice ventana siendo el sonido de la “v”,  labiodental. Todos decimos bentana.
A mi parecer, debería existir una sola “b”.
Cuando decimos la palabra “decimos”, da lo mismo si la escribimos con “c” o con “s”. Siempre sonará decimos. La “c” debería ser aplicada como una k siempre. Y cuando tengamos que escribir “decir”, al ser que es ci, o cuando escribamos “nacer”, al ser que es ce, siempre debería ser con “s”, ya que así suena. Según esto, la “c” no debería existir, ya que para eso tenemos la k.
No entiendo por qué existe la “gu”. Si cada vez que escribimos una palabra que lleve “gui” o “gue” tenemos que escribir la “u” en medio para que no suene como “je” o “ji”, entonces debería existir la letra “gu” como una sola. Además, ¿de qué sirve la “g” si a veces va a sonar como “j”? Siempre debería sonar como “g”, tal como lo vemos en el hebreo. La letra ג (Guimal) siempre suena como “g”, sin importar si después viene una letra u otra, siempre sonará como “g”. Ga, ge (suena gue), gi (suena gui), go y gu. Siempre sonará como “g”.
La “h” no tiene razón de ser. Nadie va a leer “ola, ¿cómo estás?” creyendo que se está refiriendo a una ola de mar.
La “h” intermedia es aún peor. No le veo el sentido. No suena, no nada. No debería existir para nada.
La “i” es una letra que debería ser siempre así. La “y” no pertenece al idioma español, es griega. Es verdad que el idioma español tiene mucho del griego, pero también tiene mucho de otras lenguas, entonces vamos a poner también la ג. No, de ninguna manera. Nuestro idioma es español y nada más. Que provenga mucho de otras lenguas no quiere decir que no es español. Desde que se decidió que es español, debería utilizarse ese respeto a nuestra lengua tan rica en palabras.
La “j” ya la dije.
La “k” ya la dije.
La doble ele, ¿para qué? ¿Acaso yendo y llendo no suena igual?  Pero si no me gusta la “y”, entonces que sea shendo. Acá surgen dos problemas: el primero es que tampoco me gusta la “h”, y el segundo es que yendo y shendo suena distinto. Está bien, entonces que se asigne una letra para ese sonido pero no dos letras juntas que nada tienen que ver con el sonido que se emite. La ele suena l. Dos eles deben sonar a dos eles y no a “ll” de lluvia. Ni siquiera se parece el sonido de la doble ele a como suena una sola ele. Debería ser una letra distinta para ese sonido. Ni siquiera la j con apóstrofe. ¿De dónde sacan eso que la “j” con apóstrofe suena como la doble ele o como la “y”?
La “ñ” es otra aberración a mi parecer, aunque sea exclusiva del idioma español. Da completamente lo mismo si dices niño o ninio, se escucha igual. Deberían quitarla del abecedario.
La “q”, qué fea letra. Además no existe. Nunca se escribe sola. Siempre va acompañada de la “u”. Esa letra, la “q”, que deberían quitar del abecedario, si ya la quieren dejar, entonces debe ser compuesta por dos letras. Siempre debe ser “qu”, aunque estando la “k”, entonces la “q” no tiene razón de existir.
La “r”, siempre debería ser simple y nunca doble. ¿Acaso alguien va a entender baro si se le escribe que el niño estaba jugando en el baro?  Todas las dobles se deben quitar. Debería ser un error escribir con letras dobles. Hay que saber usar la lógica cuando se lee. Ahí radica la inteligencia real.
La “s” ya la dije.
La “v” ya la dije.
Respecto a la “w”, al igual que la “y”, no es una letra de origen español ¿Qué está haciendo entre nosotros?  Además no existe ninguna palabra en español con “w”. Busquen.
Viva la “x”. Me encanta esa letra. Ya dije que deberían quitar las dobles. ¿La doble “c” para qué si suena igual a la “x” y la “x” es una sola letra y la doble “c” son dos?  Fuera las dobles.
La “y” ya la dije, pero quiero agregar algo más: también debería quitarse como intersección. Juan y Pedro. Mejor Juan i Pedro. Fuera las letras extranjeras que solamente nos complican.
La “z”. ¿Alguien tiene una explicación para la existencia de esta letra que está en mi apellido y hace que a todos los que le diga que soy Zaed les deba aclarar que es con Z?
¿Alguien dice zapato?  Nadie. Todos dicen sapato. Tanto es así que el que diga zapato, hasta se lo escucha raro.
Las mayúsculas y los acentos, fuera.
Que si después de un punto va mayúscula, que si los nombres propios… ¡Ya! , no tiene sentido.
Que si es aguda terminada en vocal, n o s. Que si es grave no terminada en vocal, n o s. Que si es esdrújula o sobre esdrújula.
¿Acaso alguien que lee árbol va a decir arbol, acentuando en la o?
asta aki por aora. no creo ke aga falta mas

Acerca de Rob Dagán

Mi nombre es Gabriel Zaed y escribo bajo el seudónimo de Rob Dagán. Mi pasión por la escritura es una consecuencia del ensordecedor barullo existente en mis pensamientos. Ellos se amainan un poco cuando son expresados en tinta, en un escrito. Más importante es expresarse que ser escuchado o leído, ya que la libertad no radica en hablar, sino en ser libre para pensar, analizar.

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