Este es el mes de Adar, mes de la alegría y de mi cumpleaños. Soy pisciana de nacimiento, así que mi mes por el calendario judío es alegre. Aclaro a mis queridos lectores que recibo felicitaciones durante todo el mes.
Daniela me invitó a una fiesta de Rosh jodesh (principio de mes). Más que fiesta (mesivá) era un stand up comedy y me animó a ir, diciéndome que de pronto no entendíamos mucho (arbé), pero que iba a ser divertido y lo fue. No entendimos todo, pero sí el contexto general y viendo las caras que hacía la mujer y su actuación, daban ganas de reírse. Como sabemos, el cuerpo habla y aunque no se entienda palabra por palabra, el mensaje se puede captar. Daniela entendió un poco más que yo, pues ella trabaja en hebreo y le toca esforzarse más.
Ese es el premio al esfuerzo. Yo me esfuerzo más en español (sfaradit) y en inglés (anglit) y he aprendido muchas palabras en argentino che y en uruguayyyo. Hace unos años cuando viví en México, había tomado un curso intensivo que me sirvió lo suficiente para decir chamarra y que no me abran mucho los ojos entre sorprendidos y avergonzados.
Unas horas antes de la fiesta, cuando nos disponíamos a elegir la pinta que usaríamos, nos dimos cuenta que era de disfraces (tajposot). Yo me puse un antifaz decorado y Daniela lució un atuendo típico de Nueva Orleans con su respectivo sombrero (coba) compañero y todas las mujeres de la fiesta tuvieron que ver con ella. Mi antifaz estaba bonito (iafé), pero ante esa elegancia pasé a un segundo plano. Comimos delicioso, les contamos a las que nos preguntaron y se interesaron por estas dos latinas que contrastaban con esas mujeres israelíes, en su mayoría religiosas, que somos olot jadashot; creo que se nos notaba en la cara y en el acento, pero bailamos a la par de las marroquíes con nuestro ritmo latino. Fue una manera divertida y alegre de comenzar este gran mes de alegría para el pueblo judío, después de estar pasando una época tan triste y difícil.
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