Cuando incluso la BBC, un medio sistemáticamente acusado de inclinarse hacia el lado palestino, se negó a emitir “Gaza: médicos bajo ataque” por motivos de evidente parcialidad, se esperaría que otros editores actuaran con cautela.
En cambio, Channel 4 publicó rápidamente las imágenes en horario de máxima audiencia y Zeteo, la nueva plataforma de suscripción lanzada por Mehdi Hasan, las difundió en línea como “la película que el establishment intentó silenciar”, con todo y muro de pago y campaña de recaudación de fondos. Los espectadores disfrutaron de noventa minutos de imágenes desgarradoras, niños sangrando, cirujanos frenéticos, oscuros pasillos de hospital, pero ni un segundo de la evidencia de que Hamás construyó túneles fortificados bajo las salas, escondió armas junto a las incubadoras y desfiló con rehenes israelíes por las salas de urgencias.
Si se eliminan esos hechos, lo que queda no es un documental; es una sutil propaganda que tanto Channel 4 como Zeteo decidieron promocionar y aprovechar. El análisis que sigue restaura la mitad faltante de la historia y muestra por qué la bandera roja de la BBC fue la única decisión editorial responsable.
1. La letra escarlata de la parcialidad de la BBC
El 20 de junio de 2025, la BBC anunció discretamente que las negociaciones sobre cómo emitir Gaza: Médicos Bajo Ataque habían llegado a su fin. La empresa canceló su propia comisión porque emitirla crearía una percepción de parcialidad que no cumpliría con los altos estándares que el público espera con razón.
No hablaba un portavoz sionista; la BBC ha pasado toda la guerra siendo acusada, en voz alta, de parcialidad pro-palestina. Incluso Karishma Patel, de The Guardian, quien considera que la BBC ya es demasiado cautelosa en su cobertura de Gaza, tachó la decisión de “cobardía cobarde”. Si una emisora habitualmente criticada por favorecer a Hamás decide que esta película en particular es demasiado parcial para emitirla, eso es el equivalente periodístico a un incendio de cinco alarmas.
Channel 4 se hizo con el documental de todos modos, estrenándolo ayer (lunes) con mucha autocomplacencia por su “periodismo valiente”. Los espectadores merecían una verdad valiente, y la película no se la proporcionó.
2. Juego de manos: Testimonios que entran, verificación que sale
El documental se basa casi en su totalidad en testimonios anónimos o no verificables de médicos de Gaza que acusan a soldados israelíes de tortura, ejecuciones y bombardeos deliberados de hospitales. En ningún momento se muestran a los espectadores análisis médicos forenses, marcas de tiempo ni investigadores neutrales que corroboren estas acusaciones de crímenes capitales. En ningún momento aparece un oficial israelí, un asesor legal de las FDI o incluso un representante de la Cruz Roja para comprobar las acusaciones. Eso no es una “investigación forense”; es una letanía. Los abogados editoriales de la BBC vieron el agujero y frenaron.
3. Las pruebas que oculta la película
A continuación, se presentan cuatro hechos críticos que el documental omite, junto con las fuentes documentadas y su importancia:
Hamás construyó un túnel reforzado de cincuenta y cinco metros y un depósito de armas justo debajo del Hospital Al-Shifa.
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