El breve salto de Benjamín Netanyahu a la ciudad de Neom localizada en Arabia Saudita con el propósito de reunirse con el ministro Mohammed Ibn Laden y con el secretario del estado norteamericano Mike Pompeu endureció la crisis en el gabinete israelí. Ni el ministro de defensa Gantz ni el canciller Eshkenazi fueron informados al respecto, circunstancia que afiló las distancias entre ellos y Bibi. En estas circunstancias la marcha hacia nuevas elecciones se torna imparable.
Netanyahu habría preferido que se llevaran a cabo en junio después de la relativa recuperación de las actividades económicas por efecto de una masiva vacunación contra el covid. Sin embargo, los partidos de la oposición – en particular Derecha jefaturado por Bennet- incluyendo a Azul y Blanco de Gantz prefieren el 23 de marzo. Sin un presupuesto aprobado que regirá el 2021, un desempleo que comprende a un tercio de la población activa, y con el inicio de la presentación de Bibi en los tribunales para lidiar con cargos de corrupción- un voto en su contra se perfila probable. Sin embargo, no es claro en este momento en favor de quien se volcará el apoyo mayoritario.
Considerando el declive político y personal de Gantz es probable que será sustituido por otra figura en su partido Azul y Blanco. Por añadidura hay signos de que nuevas agrupaciones habrán de competir en la lid electoral, incluyendo a sobresalientes figuras militares hoy inactivas. A la cabeza de una de ellas estará Ron Juldaí, intendente de la populosa ciudad Tel Aviv.
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