La realidad, superó por lejos la ficción
Al celebrarse este 4 de noviembre el Sigd, la fiesta de la comunidad judía etíope que destaca el vínculo con la tierra de Israel, recordamos una entrevista publicada tiempo atrás con un israelí nacido en Uruguay, que jugó un rol central, como agente del Mossad, en el operativo secreto destinado a traer a los judíos etíopes a Israel.
Vale la pena volver a compartirla.
Daniel Limor, el ex agente del Mossad nacido en Montevideo, cuya figura es interpretada en la película “Operación Hermanos” (en inglés “The Red Sea Diving Resort”) en Netflix, recuerda todo. Cuando relata y describe, tratamos de imaginarlo en el terreno, mucho más joven, comandando aquel osado operativo del Mossad . Él habla y nosotros pensamos: qué locura el solo haber pensado que aquello podría concretarse.
Es que…pensamos un poco: agentes israelíes alquilan al ministerio de Turismo de Sudán un hotel en las costas del país, se presentan como instructores de buceo enamorados de la zona, pero de hecho lo quieren usar como cobertura para trasladar a los judíos etíopes a Israel. Ello requería un enorme esfuerzo de los judíos etíopes y de quienes los sacaban del lugar, sabiendo que a cada paso pueden ser descubiertos. Los judíos etíopes caminaron cientos de kilómetros para llegar a la frontera sudanesa y luego a los campos de refugiados, con todas las dificultades que eso suponía. Desde que el hotel ya había sido alquilado, los agentes del Mossad que llevaban adelante el operativo tenían que trasladar a los judíos 900 kms para llegar a la costa del Mar Rojo.
Daniel Limor fue el comandante precisamente de ese operativo. En la película es interpretado por el actor norteamericano Chris Evans. A él, Limor le contó la verdad de lo que ocurrió en el terreno. “Me dijo claramente que aceptó hacer esa película porque el mensaje le pareció importante, no por el dinero, ya que ganó con este film mucho menos que en otras películas”, comenta.
El resultado en la película estrenada hace ya un mes y medio, reflejó sólo parte de la realidad.
Y aunque es típico de las películas de Hollywood, cabe preguntarse para qué inventar un drama, si hubo tantos verdaderos en la realidad.
De por medio, siempre, estaban no sólo la osadía sino también los valores y la claridad de la meta, que Limor y sus compañeros tenían muy presentes.
La acción de este singular equipo del Mossad encabezado por Limor, comenzó a fines de 1980, con las negociaciones con el Ministerio de Turismo de Sudán para adquirir el hotel. La primera operación fue casi un año después, en noviembre de 1981. Decenas de operativos se llevaron a cabo, casi sin cesar, hasta abril-mayo de 1985.
Hubo un incidente fuerte, que aparece en la película-con algún cambio, pero en general muy fiel a la realidad-que les hizo cambiar de forma de actuar: un choque con el ejército sudanés en la playa.
“Después del encuentro con el ejército sudanés en la playa bajamos el perfil y empezamos a variar”, nos cuenta Daniel Limor. Quedó claro que las operaciones aéreas serían mucho más eficaces, porque en un avión podían evacuar entre 150 y 200 personas de una vez, dependiendo de cuántos niños había y cuántos adultos.
El hotel siguió siendo una buena cobertura también cuando se pasó a operaciones aéreas, porque les permitía desplazarse en el país. “Nos daba la posibilidad de circular por el país, ya que todos sabían que éramos la gente del hotel”, recuerda Limor.
LA CIA NO INTERVINO
Un elemento absolutamente inventado en la película, fue la participación de la CIA. “Es un invento de comienzo al fin, la CIA no tuvo ninguna participación en el operativo mismo”, aclara Limor.
Donde sí participaron fue en una ayuda clave a agentes israelíes a salir de Sudán después del golpe de Estado contra el Presidente Jaafar el-Numeiri, en el que una junta de Generales extremistas, islamistas, tomaron el poder. Los agentes fueron evacuados en cajones de supuesto correo diplomático.
Pero en la salvación misma de los judíos etíopes, la CIA no tuvo intervención.
“Lo que sí pasó”, cuenta Limor,”es que con la autorización de la aviación militar israelí, preparamos pistas en el desierto para poder hacer aterrizar los aviones de transporte de la Fuerza Aérea, en medio de la noche, que llegaban volando a muy baja altura para evitar los radares, habiéndose adentrado ya 700 kms dentro del país”.
Ríe al recordar una escena de la película en la se ve una torre de control y se prenden las luces del aeropuerto. “¿Qué tiene que ver eso con actividad clandestina? Eso es porque a Hollywood les gustan los fuegos de artificio y se olvidan de quedarse en la realidad”. Aclara que no se refiere necesariamente a la realida del operativo mismo sino a lo podría llamarse la lógica interna de la trama. “Si te querés escapar de un país clandestinamente, no prendés las luces, usas algunas linternas para mostrar y nada más”. Y enseguida agrega: “Pero bueno…que eso sea lo peor”.
La película ha despertado, claro está, gran emoción. En determinado momento hasta aparece el verdadero Daniel Limor, en una escena en la playa. Claro que lo puede identificar solamente quien lo conoce. “Mi nieto se dio cuenta”, comenta Dani sonriente. Sea como sea, para él, lo principal no es Netflix sino lo hecho, la llegada de los judíos etíopes a Israel, después de siglos de preservar su identidad judía en un ambiente hostil.
Los problemas, como es de conocimiento público, no son menores. Pero Daniel Limor es optimista, porque se mantiene en contacto con numerosos de aquellos a los que trajo a Israel, hoy ya adultos insertados en la sociedad en una diversidad de áreas, y sabe cuánto han avanzado., aunque tengan aún varios desafíos con los que lidiar.
Y de fondo, aunque la dimensión humana es la central, para Daniel Limor está clarísimo que haber servido en el Mossad, fue aportar a la seguridad de Israel.
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