El pasado lunes 24 de agosto fue el aniversario de un progrom en 1391 en Mallorca, la isla gobernada por los españoles en la que unos 300 judíos fueron asesinados y muchos otros bautizados por la fuerza. En los últimos tiempos, muchos de sus descendientes regresaron al judaísmo.
Los habitantes de Mallorca se movían al vaivén de los caprichos de los gobernantes de la isla, que fueron atrapados por las intrigas de la corona española, pero entre los judíos había comerciantes influyentes, prestamistas y mercaderes de esclavos, que por el valor económico que representaban para la clase dominante de España, a menudo eran protegidos por la misma.
La masacre en Mallorca fue igualada por las persecuciones en la península española, y se reanudaría con mayor violencia en 1413 y 1435. En última instancia, los judíos fueron ya sea expulsados de Mallorca o reintegrados a la vida como “nuevos cristianos” y criptojudíos. En 2011, Francesc Antich, Presidente Regional de las Islas Baleares, emitió una condena oficial y pidió perdón por los asesinatos – los primero de su tipo en España, y el rabino Nissim Karelitz, jefe de la corte rabínica en Bnei Brak, reconoció como judíos a los chuetas (que suman cerca de 15.000), descendientes de estos judíos perseguidos.
Traducida por DiarioJudio.com
Artículos Relacionados: