Con cristalina voz rotunda mi cepa recorre el universo
y más allá del viento se remonta. Obtusa claridad,
misterio escarmenado
con la más diáfana octava del canto de un violín.
De la estirpe de profetas vengo
de la raigambre de los Reyes elegidos,
linaje de David y de Shlomó.
Soy del pueblo que al mundo fundamenta,
que invoca el Nombre de Dios con el idioma sacro
que desde las gozosas emisiones,
desde el recinto del Eterno
reverbera.
A través de mi pluma
mi lenguaje expresa el Divino origen,
y en áureo eslabón convierte legendarias letras,
portavoz de dimensión perpetua,
salmodias épicas
de juglares luminosos de eterna voz.
Soy del Pueblo trashumante
que en la convicción del Dios único se arraiga,
casta sempiterna que corona sus sienes con prístinas plegarias,
alcurnia de arenas venerables
descendencia renovada que en meandros valerosos se distiende.
Mi progenie es cascada consagrada,
gotas carmines de pureza como las rocas más profundas
que yacen en el núcleo de la Tierra
sosteniéndola.
Ascendencia de águilas áureas y leones,
flores de corolas enjoyadas de sabiduría y de expresada diversidad,
almendras con que se construye el espíritu.
Manifiesta cuna, tronco y rama del Hombre
mi familia es de substancia más firme que el acero.
Soy hogar y origen,
raíz y dinastía.
Artículos Relacionados: