Recientemente tuve la oportunidad de alojarme en el St. Regis Ciudad de México, un oasis de lujo en el corazón de la ciudad que, para mi sorpresa, es también un hotel pet friendly. Mi experiencia no solo estuvo marcada por la opulencia y el confort que caracteriza a esta cadena de hoteles, sino también por la calidez con la que recibieron a mi mascota. Desde el momento en que llegamos, el personal hizo todo lo posible para asegurarse de que tanto mi compañero peludo como yo nos sintiéramos como en casa.
El St. Regis Ciudad de México destaca por su atención al detalle y el servicio impecable. Mi habitación, decorada con elegancia y sofisticación, ofrecía todas las comodidades que uno podría esperar en un alojamiento de alta gama, pero lo que realmente hizo la diferencia fue el hecho de que mi perro fue recibido con una acogida especial: un pequeño kit de bienvenida que incluía golosinas y un cómodo colchón para que descansara.
La Suite Caroline Astor es una joya de diseño y confort. Este espacio impresionante no solo es amplio y lujoso, sino que también cuenta con una terraza privada que redefine el concepto de exclusividad. La terraza, un verdadero oasis en el corazón de la ciudad, está equipada con una alberca al aire libre privada. Nadar en esta alberca, mientras disfrutaba de las vistas panorámicas de la ciudad, fue una experiencia revitalizante y única. La privacidad y el ambiente relajante de la terraza hicieron que cada momento allí fuera un placer.
Decidí comenzar mi experiencia en el restaurante Diana con unas ostras frescas que, sin lugar a dudas, estaban entre las mejores que he probado. Cada bocado era una explosión de frescura del mar, perfectamente acompañada por un toque de limón y una salsa ligera que realzaba su sabor sin opacarlo.
El plato estrella de la noche fue la mozarella. La textura cremosa y el sabor delicado del queso bufallo eran simplemente irresistibles, complementado con una salsa que añadía un contraste perfecto. Cada bocado era una celebración de ingredientes de alta calidad y creatividad culinaria.
Otro manjar fueron los espectaculares tacos de jaiba, los cuales están acompañados de una mayonesa hecha en casa y col morada. Con el Castillo de Chapultepec como Telón de fondo, Diana es una experiencia culinaria sin igual.
Mi experiencia en el St. Regis Ciudad de México quedó marcada por una fusión perfecta de lujo y comodidad, y una oferta gastronómica que desafía las expectativas. Este elegante refugio en la vibrante Ciudad de México es el escenario ideal para quienes buscan un trato exquisito y una experiencia memorable. La promesa de regresar a este rincón de sofisticación es inminente.
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