Se ha dicho por años que no es lo mismo ver los toros desde la barrera, esta aseveración no exagera.
Su servidor lleva años en la crítica así como en otros medios, que me formó una mirada que si bien, es unánime en cierta manera incompleta, no es lo mismo que te dejen ver un ensayo a estar en el proceso en el cual lleva a la puesta.
Desde el año pasado me asocié con una actriz aparte de una gran amistad que nos une, creamos “Encanto Colectivo” con la necesidad de crear y generar empleo.
Esto llevó a crear un grupo de personas, en su mayoría actores, cada uno con su propia experiencia.
Este proceso me ha introducido en un mundo donde el trabajo físico, el estudio de los textos, ensayos así como aspectos relacionados con la producción, gestión, creación de carpetas, aspectos legales, es el camino que les iré contando en esta columna.
Se entiende que por necesidades internas del grupo omitiré información interna, lo cual no me impide hablar de aspectos generales que ya desde hace meses he vivido y que han traído algunos cambios tanto en mi actividad cotidiana como en mi forma de actuar.
Las experiencias rumbo a un montaje que no solo conllevan la parte de voz, sino que se complementan con trabajo de expresión corporal y física, reconociendo que la primera es desafiante y primordial, también es importante lo que ocurre dentro del cuerpo con tintes alternativos, mismos que se basan en técnicas creadas hace unos 50 años en promedio, siguiendo vigentes.
Los invito a este viaje que no habla del resultado final sino, del camino que incluye: vestuario, escenografía, ensayos, preparación, paciencia, golpes, pasión y sudor.
Realmente la forma de ver las puestas cambia totalmente, dándole otro sentido al trabajo del actor que se atreve a subirse y estar expuesto a los espectadores, y uso el término espectadores porque están esperando algo.
Quizás con el tiempo al transmitirles todo este proceso, puedan compartir conmigo el trabajo desde el principio y le den otro valor al mismo.
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