Hace unos meses murió mi abuela, por un rato en lo que estaba en su casa, seguro ahí, hace un tiempo se comenzó a repartir los objetos muchos de los cuales no de gran valor económico, en su mayoría cuando ví las cosas me di cuenta que no fueron de gran valor, pero comencé a recordar esos momentos de años atrás.
No ha llegado todo, me detendré en uno, no hablo de los cubiertos que use tantas veces, recuerdo en lo particular una tetera que al salir el vapor por un orificio, venía el té o el café, unas galletas de un conocido lugar en el centro.
Francamente no me acordaba del color, cuando la vi. ésta es blanca tal vez era la misma o no, el recuerdo me lleva a años atrás, esas comidas de domingo puntuales a las una o la cena de las7 p.m., somos extraños y me siento del todo ajeno, muchos piensan en joyas, relojes, dinero o monedas, en lo personal me viene a la mente recuerdos, alegrías, tristezas, sueños; la ópera o el juego que mi madre veía con mi abuelo o 24 horas con Jacobo Zabludovsky, hablar de cuando sea grande, el acontecer del día, las crónicas de viajes o hablar del despacho en el centro o recordar la jarra plateada decorada o la azucarera cuando tomaba, el plato para comenzar: jitomate, aguacate, pepino, cebolla, el caballito de vodka o vino, cuando en el tocadiscos que salía de un mueble, esos y más recuerdos.
De tiempo no se si mejores o peores, el ver los cuadros, aquella vitrina llena de figuras de marfil, un closet lleno de llaveros y postales de Europa de mi tía.
En resumen, estos objetos mas que materiales me recordaron mi vida, los sueños, ahora con los años se hablaba de teatro y ahora lo hago, mi tía que viaja por el mundo, pienso es curioso como el pasado regresa y el olor a las sardinas entomadas, la paella, las carnitas, los nopales o los chiles en vinagre, pollo rostisado, el arenque o los pepinillos me recuerdan a mis abuelos, ella de padre ruso y alemana y él de Polonia, mi hermano ahora religioso, me quedo con mis recuerdos, me voy y cómo decía mi abuelo “las visitas tienen sueño”.
Si tienes abuelos vivos de verdad tienes un tesoro que debes agradecer, quiérelos, aprende de ellos y demuéstrales tu cariño, porque cuando se van como dice aquí solo te quedan los aromas, los olores, los momentos pero ya no estarán para que les puedas decir que los amas, que entiendes su mundo, por eso cada palabra y momento gózalo como dice el dicho ” como si fuera el último día de tu vida” o aún más el último momento, porque al final las cosas materiales son eso, pero los recuerdos dejados en nosotros nos llenan en el momento cuando los requerimos.
Si se dejan grábenlos, quizás la voz no sea suficiente pero sí un recuerdo cuando quieran volverlos a escuchar, o tómenles película para poderla ver.
Donde estén tengan por seguro que los tengo en mi corazón.
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