Desperté al amanecer, me quede dormido o el
despertador no sonó… Mi esposa me dijo:
-Mañana no trabajas.
Me alegre por lo mismo… A través de las
ventanas se veía llegar el amanecer.
Salí al balcón a ver el amanecer: La luz vencía
poco a poco al último destello de obscuridad
para finalmente imponerse. Y se hizo la luz.
El sol emergía lentamente en el horizonte para
después imponerse con su luz imponente.
De pronto veo un gran pájaro de acero
avanzando por el horizonte sostenido
únicamente por el viento…
Me acordé en esos momentos de los barcos en
que he navegado… Ese mar azul infinito,
inquieto, de olas incansables.
Vino a mi mente la imagen de la tierra; La
madre tierra que de sus entrañas nos alimenta,
pródigamente y siempre.
Sus fluidos que brotan de sus profundidades
que por ellos se logra movilizar a las maquinas
y motores de todo tipo.
Desde mi balcón pensé: para un simple como
yo sin más explicación, son hechos que
afirman la existencia de un Ser Superior.
Nissim Mansur T. [email protected].
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