En las presentes circunstancias son altas las probabilidades de una nueva coalición gubernamental en Israel jefaturada por Neftalí Bennet y Yair Lapid. Ambos representan a una nueva generación que frisa los 50 años y revela flexible capacidad para sortear disparidades en materia ideológica.
Un escenario que obliga a preguntar qué puede ocurrir si y cuando Bibi resolverá abandonar la Knesset y la actividad política.
Perspectiva en este momento relativamente lejana pues, considerando el juicio público de que es hoy objeto por delitos que habría cometido no le conviene la postura de un sencillo ciudadano.
Sin embargo, tarde o temprano encuentros y desencuentros ocurrirán en el marco del Likud. Y en este escenario tres personajes tendrán, a mi juicio, dilatada participación: Israel Katz, Nir Barkat, y Yuri Edelstein.
El primero cuenta con algunas ventajas. Dirigió varias carteras ministeriales en los gabinetes encabezados por Bibi y goza del apoyo de amplios sectores de su partido. Carece, sin embargo, de una convincente aparición en los medios y no cuenta con la simpatía de altos estratos de la burocracia gubernamental.
Es diferente el caso de Nir Barkat. Durante diez años fue intendente de Jerusalem y posee- según fuentes confiables- una fortuna personal superior a los 500 millones de dólares. Obviamente, la experiencia administrativa y los recursos que posee actúan en su favor.
En los próximos días, y más allá del tejido o no de un nuevo gobierno, Barkat llevará a cabo un amplio encuentro partidario con el fin de presentar su catecismo político ajustado a las presentes circunstancias.
La tercera figura es Yuri Edelstein. Presenta rasgos singulares que lo distinguen respecto a los anteriores. Conoció la cárcel en Rusia por su origen judío e ideas adversas al régimen de Putin, presidió durante varios años la Knesset, adhiere a mesuradas prácticas religiosas, y como ministro de salud emprendió acertadas iniciativas en los tiempos del covid. Sin embargo, en relación a los señalados carece de un amplio grupo de simpatizantes dispuestos a jugarse por él.
Más allá de los presuntos herederos, cabe reiterar que de momento la carrera y las opciones de Bibi no se han agotado. Tal vez hacia el fin de esta semana el escenario político israelí presentará personajes y un guion más claramente identificables. Entonces habrá necesidad de actualizar estas consideraciones.
La izquierda laborista no parece la opcion mas indicada para formar un gobierno de unidad en Israel, y mucho me témo que de hacérlo finalmente, será en detrimento de los intereses del pais, y de su seguridad …
Su conocida falta de realismo politico, y sus continuas cesiones ante los árabes, son málos precedentes, y dejan escáso margen para el optimísmo …Israel se debe fuerte y unido frente a sus enemigos, y no debilitado y fragmentado como amenaza de estárlo de confirmarse la alianza Bennet Lapid al mando de la jefatura de un gobierno de coalicion …cierto es que será preciso concederles, un margen de maniobra, antes de entrar a juzgar su gestion, pero insisto en dudar de su capacidad real para tomar las riendas del pais, en las actuales circunstancias …ni que decir tiene, que espero equivocarme por el bien de Israel …