Antes de entregarle la Medalla Presidencial de la Libertad (foto), el máximo galardón civil de Estados Unidos, el presidente Barack Obama afirmó que su par israelí, Shimon Peres, es “la esencia de Israel, un indomable espíritu que no puede ser negado”.
Señor Presidente:
Me conmovió profundamente su decisión de premiarme con la Medalla Presidencial de la Libertad. Recibirla es un honor. Y recibirla de usted, señor Presidente, es un privilegio que apreciaré por siempre. Es un testimonio de la amistad histórica entre nuestras dos naciones.
Cuando era muy joven, el fundador del Estado de Israel, David ben Gurión, me llamó para trabajar con él. Durante 65 años, inspirado por su liderazgo, junté fuerzas por mi país. Perseguí la paz para mi pueblo. Aprendí que el servicio público es un privilegio que debe basarse en la moralidad.
Recibo hoy este honor en nombre del pueblo de Israel. Ellos son los verdaderos destinatarios de este honor. Con este gesto conmovedor le está rindiendo tributo a generaciones y generaciones de judíos que soñaron y lucharon por un Estado propio. Un Estado que los refugiara. Un Estado que pudieran defender.
Señor Presidente:
Usted está honrando a los pioneros que construyeron hogares en áridas montañas, en arenas movedizas. Combatientes que sacrificaron sus vidas por su país. En su nombre les agradezco a los Estados Unidos por los días de preocupación y las noches sin dormir velando por nuestra seguridad y nuestro futuro.
Esta noche, señor Presidente, usted invitó cordialmente a destacadas personalidades cuyo compromiso con Israel es poco menos que heroico. Les ofrezco la eterna gratitud de mi pueblo. Aquí está presente Dalia Rabin, la hija de mi socio, el inolvidable Itzjak Rabin, quien dio su vida por la paz.
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