Discurso en la Cámara de Diputados (II de III)

Por:
- - Visto 570 veces

Antes de la imprenta los guardianes del saber y sus únicos usufructuarios eran los religiosos. Los dueños de la información, de la palabra culta y sus significados eran los monjes copistas que reproducían en el claustro los manuscritos sabios. Los dueños de la palabra vulgar eran los juglares placeros y los heraldos reales. Los religiosos devinieron poderosos del medioevo, y los poderosos del medioevo controlaban estrictamente la palabra del bufón o la proclama del heraldo.

Pero he aquí que Gutenberg saca de los claustros el conocimiento a golpes de imprenta. La posibilidad de la reproducción mecánica de las palabras modifica la perspectiva cultural y cambia fundamentalmente las estructuras del poder. El libro, primero, el periódico después y, últimamente, los medios electrónicos, pulverizan el poder tradicional al diseminar la voz. Cuando los significados de las palabras son fijados por quienes usan de ellas; cuando las masas y los pueblos aceden a una mayor información, se empieza a dar cuerpo al bello sueño que llamamos democracia. En efecto, se mantiene relación entre poder y palabra, pero cambia un poco el sentido de su movimiento. Quien ejerce la palabra y le da significados, el pueblo, tiene derecho a ejercer el poder.


Video: Entrega de Medalla Eduardo Neri y Legisladores de 1913 a Jacobo Zabludovsky

Vista así, la fórmula de la democracia se antoja sencilla: a un ejercicio más intenso de la palabra por parte de los más, corresponde una legitimación de las instituciones populares.

Un vez que los pueblos satisfacen sus necesidades primarias de alimento, vestido, casa y escuela y muchas veces aún sin satisfacer éstas, aspiran a cumplir esa sencilla fórmula de la democracia. La historia de la democracia es la historia del desarrollo de los medios de comunicación, de la masificación de los significados de las palabras. Un pueblo bien informado es un pueblo bien gobernado. Buen Gobierno es el que bien comunica. El que nada teme nada tiene qué ocultar.

Sistemas como Twiter y Facebook abren al acceso gratuito y libre a millones que al usarlos sin límite establecen un contrapeso benéfico, a pesar de los excesos, frente a medios tradicionales de información.

Quiero darles las gracias como practicante de un oficio.

Quien diga que México no ha cambiado no conoce nuestra historia, ni siquiera la más reciente. El cambio va de la mano del tiempo, es innegable y esta ceremonia solemne es prueba fehaciente: se premia a un periodista sin otro mérito que haber ejercido el oficio durante siete décadas en que hemos transitado de los controles absolutos a la libertad irrestricta, de la que incluso se puede abusar cuando el derecho a la libre expresión se interpreta como patente de impunidad para difamar. Aun así, a pesar de los excesos, es preferible la multiplicación de las opiniones que la más leve restricción al derecho de publicarlas. No hay duda: en este México nuevo se vive mejor la libertad.

Alexis de Tocqueville escribió en su célebre tratado de ciencia política “La Democracia en América” que el único medio de neutralizar los efectos de los periódicos es el de multiplicar su número”. Esta admonición del siglo 19, resulta actual cuando hemos presenciado, en México y en el mundo, una concentración de la propiedad de los medios en unas cuantas manos, así como una conexión de intereses económicos que puede resultar legítima desde un punto de vista jurídico-formal pero que podría vulnerar la obligación de informar con veracidad, sin predilección o parcialidad. Este efecto de la concentración mediática ejerce una influencia política que puede alterar la majestad del Estado, o la neutralidad que exige y merece el público lector, radio escucha, televidente o cibernauta y evidentemente atenta contra un principio que es sustento de la democracia social y fortaleza de nuestro sistema político. Ese principio es el de la libre competencia que garantiza nuestra Constitución. Por ello me parece que esta Legislatura cumple una misión histórica al abordar las reformas en materia de competitividad que el país reclama.

Gracias a nuestra tierra. La labor personal y profesional que en esta ceremonia solemne se premia, hubiera sido imposible sin el abrigo de un México que abrió sus puertas a una familia deseosa sólo de vivir sin miedo. Sin dinero, con idioma distinto, con otra religión y sin oficio, mi padre fue vendedor de retazos de tela por kilo. Un año antes de la edad mínima me inscribió en la escuela que reunía tres cualidades: gratuita, popular y laica y una ventaja: era la más cercana: la Escuela Primaria República del Perú que, en la misma manzana de nuestra vecindad, colindaba con la Secundaria Uno. Recuerdo esos nueve años con alegría por el empeño de los maestros a lograr que fuéramos felices en las aulas. Lo lograron y aprendimos contentos. De ahí pasé, hace 70 años, a la Universidad Nacional Autónoma de México por las puertas de la Escuela Nacional Preparatoria, frente a Facultad de Derecho en San Ildefonso. Desde entonces la universidad fue mi casa y nunca he salido de ella. Ahí la fortuna me presentó a mi esposa. Ahí hallé la riqueza de las disciplinas humanísticas y supe el valor del tiempo entregado a la educación y la lectura.

Deja tu Comentario

A fin de garantizar un intercambio de opiniones respetuoso e interesante, DiarioJudio.com se reserva el derecho a eliminar todos aquellos comentarios que puedan ser considerados difamatorios, vejatorios, insultantes, injuriantes o contrarios a las leyes a estas condiciones. Los comentarios no reflejan la opinión de DiarioJudio.com, sino la de los internautas, y son ellos los únicos responsables de las opiniones vertidas. No se admitirán comentarios con contenido racista, sexista, homófobo, discriminatorio por identidad de género o que insulten a las personas por su nacionalidad, sexo, religión, edad o cualquier tipo de discapacidad física o mental.


El tamaño máximo de subida de archivos: 300 MB. Puedes subir: imagen, audio, vídeo, documento, hoja de cálculo, interactivo, texto, archivo, código, otra. Los enlaces a YouTube, Facebook, Twitter y otros servicios insertados en el texto del comentario se incrustarán automáticamente. Suelta el archivo aquí

Artículos Relacionados: