Hay una hermosa frase de Rab Jaim Solovetchik, que dice así:
“La Emuná comienza donde termina la razón de la persona”.
Cuando la razón y la lógica de la naturaleza, —o más bien, de lo que estamos acostumbrados—, llega a su fin, donde ya la lógica dice que no es capaz de seguir; ahí comienza la fe.
La fe es confiar en un Ser supremo, Ilimitado y Todopoderoso. Cuando confiamos en Él, no existen los límites, ya que Él es Ilimitado.
En muchas ocasiones escuchamos que la gente dice: “Yo creo en Dios, pero hay cosas que no entiendo”. Sin embargo, el Rab Yejezkel Levinshtein, nos enseña que este es un razonamiento equivocado, ya que lo que la persona entiende, no se puede llamar fe o creencia, pues es palpable para él.
La fe comienza a partir del momento en que la mente humana no puede entender lo que está viendo. Es debido a eso que estamos obligados a creer que todo lo que Dios hace es para bien.
Más bien yo Creo que La Emuna. ( Fe ), comienza en los propósitos Eterno del Todo Poderoso . Y por su Divina Gracias lo otorga a quién le place, en su Soberanía. En definitiva, la fé no nos pertenece., Las gloriosas Palabras de Eterno nos enseñan que sin fé es imposible Agradar a Dios.
En lo personal considero que es acá donde toma suma importancia lo escrito en la palabra en Mateo 26:41
41 Velad y orad, para que no entréis en tentación; el espíritu a la verdad está dispuesto, pero la carne es débil.
Puesto habrá un momento en el cual debemos de aprender a no apartar de nosotros nuestro corazón, y darle cabida a nuestro cerebro, puesto el cerebro desea probar, con tantas ideas, pero el corazón cree, y espera recibir lo que es imposible de la mano de Dios, debemos de avanzar creyendo, y esto solo lo lograremos si apartamos cualquier tipo de raciocinio solo debemos de activar nuestro mejor sentimiento que es nuestra Fe. Dios bendiga