En esta semana fui a recoger una computadora a lo que era el Cine de las Américas; sentada en un café con una vista hacia el largo corredor con locales comerciales y gimnasios, no pude evitar la nostalgia de recordar cuando era cine y pasaba ratos muy agradables, tanto en la niñez y juventud de mis hijos como en la mía propia, donde se contaba con una cartelera muy diversa.
¿Qué pasó con este cine como con otros como: El Chapultepec, Metropólitan, Bella Época o el Hipódromo y el Palacio Chino?
El Bella Época antes Lido se ha convertido en la Librería Rosario Castellanos del Fondo de Cultura Económica, con material apto para todas las edades, una cafetería muy bien servida y en precio y el área para niños.
Sin embargo se luchó mucho para conservar el edificio, incluyendo la fachada exterior y la cabina para comprar los boletos.
Hace años quisieron desaparecerlo, inclusive hubo rumores de la construcción de un edificio de lujo, sin embargo gente comunicorriente, vecinos que crecimos con él, gente del medio intelectual, actores entre otros defendimos este edificio.
Quiénes gozamos este cine recordamos con mucho cariño esa entrada al lobby con grandes retratos de actores del ciclo de oro en México, así como unos cómodos sillones semicirculares, que de hecho muchos nos preguntamos dónde quedaron.
Su gran dulcería y el cine donde cabían muchas más personas comparando con las actuales.
El Cine Chapultepec, un cine muy grande y muy bello por su estilo tanto por fuera como por dentro, nos consta que fue defendido por la gente del a Colonia Cuauhtémoc, sin embargo se construyó este gran edificio de oficinas y centro comercial autosustentable.
El Hipódromo solo cambió de giro convirtiéndose en teatro y conservando sus grandes salas.
El Metropólitan hasta hace algún tiempo estaba totalmente abandonado y descuidado, abajo del mismo había una cafetería muy grande donde la comida era muy buena y económica, siempre llena de gente que trabajaba por ahí como de aquellos que iban al cine, a la fecha desconozco el status, pero no ha vuelto a ser cine.
El Palacio Chino, de cine pasó a un gran teatro, quedando solo el nombre porque toda su decoración de estatuas chinas y otros adornos quedaron solo en la memoria de aquellos que lo conocimos y gozamos, quedando solo las escalinatas originales.
Muchos otros han desaparecido, otros se han convertido parte de grandes cadenas cuyos nombres sabemos, con pequeñas salas, nada que ver con los cines de antes.
Terminé mi café, pagué, tiré mi vaso desechable y me dirigí al local donde estaba mi computadora, al salir no pude evitar una lágrima rodando de mis ojos, recordando no solo el Cine Las Américas, sino todos aquellos cuyo recuerdo solo está en fotografías, o en la mente de muchos de nosotros que gracias a nuestras pláticas ayudan a mantener vivo este recuerdo tanto para las personas que los conocimos y para los que no tuvieron esa dicha.
Actualmente contamos con videos con diferentes formatos que han ido apareciendo y desapareciendo a través del tiempo, la misma computadora que permite bajar material y los centros que se dedican a rentar películas, o locales dónde se pueden comprar así como en la calle.
Sin embargo el placer de ver una película con unas palomitas, algo de tomar en una pantalla enorme, asientos cómodos sigue siendo una experiencia única aún si consideramos el tamaño de las salas actuales.
Estos cines han sobrevivido porque hay gente que todavía asiste, sin embargo nadie nos quitará nuestros recuerdos, nuestros buenos momentos; el mundo cambia y nosotros con él, no en vano dice la frase “que recordar es vivir.”
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