Los antiguos griegos se referían a Italia como Enotria, que significa la tierra del vino. Se sabe que el país fue el primer productor de vino del mundo, y a lo largo de los siglos su pasión por el cultivo de la vid se refleja en la gran variedad y excelencia de los de vinos que produce, muchas veces siguiendo las tradiciones locales heredadas de una generación a otra.
Por su gran cantidad de microclimas, hay tres grandes zonas de producción, que son el Norte, Centro y Sur, cada una refleja la perfección adquirida con el tiempo y el carácter de cada tipo de uva. El vino en la cultura italiana no se limita a una cuestión de gustos, se trata de una forma de vida.
Es en Sicilia, a los pies del fabuloso Etna, el volcán activo más alto de Europa y con más de 3.300 m de altura, que se encuentra Donnafugata winery in Randazzo, donde se producen vinos que capturan las cualidades de la montaña, las características de suelo volcánico y el sabor tan característico del mediterráneo.
Las 21 hectáreas de viñedo de Donnafugata se ubican justo en el lado norte del Etna, a una altitud entre 730 y 750 metros, y todas cuentan con DOC de seis zonas: Montelaguardia, Statella, Camporè y Calderara en el municipio de Randazzo, Marchesa y Verzella en el municipio de Castiglione di Sicilia.
En Donnafugata conviven la producción de vinos maravillosos con la fuerza de la naturaleza. Es sorprendente que un lugar donde la actividad de un volcán activo sea el lugar perfecto para el cultivo de viñedos, y que por sus cualidades tan únicas se consideren entre las mejores cosechas de Italia. Esto se debe a que los suelos son los más fértiles, y por ello Donnafugata cultiva las variedades autóctonas más representativas y ricas de la zona, que son Carricante, Nerello Mascalese y en pequeñas cantidades Nerello Cappuccio. Para añadir un toque aún más espectacular a sus vinos, la edad de las vides puede superar los 70 años, por lo que las cosechas obtenidas son irrepetibles en todo sentido.
Desde la comodidad de sus instalaciones, Donnafugata nos regala vistas encantadoras a los paisajes vitivinícolas del Etna, y se caracteriza por sus terrazas y muros formados por la lava seca. Esta es otra de las características que hace de estos viñedos uno de los más importantes, pues cada flujo de lava que tuvo lugar en diferentes períodos históricos, determina una composición de suelo específica, lo que hace que las uvas se desarrollen como en ninguna otra parte del mundo Por su ubicación en el lado norte del volcán, sus viñedos gozan de la cantidad de agua necesaria para su crecimiento, a lo que se suman los veranos frescos y días, junto con fuertes fluctuaciones de temperatura entre el día y la noche.
Al igual que Italia, los vinos de Donnafugata tienen un encanto mágico que nos maravilla y nos llenan el alma con alegría. Sus etiquetas, llenas de movimientos y colorido, son parte de la alegría y energía que se vive en esta acogedora bodega, tan única como las vistas irrepetibles al volcán.
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