Dos libros, un tema, un autor honesto y uno que necesita justificar su ignorancia

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Lashon Hakodesh analiza, a lo largo de sus páginas y a través de una increíblemente extensa bibliografía, las muchas hipótesis existentes sobre el(los) idioma(s) utilizado(s) para escribir la Biblia y los idiomas de los judíos.

La segunda obra: “Languages of the Jews” escrita por Bernard Spolsky, sociolingüista americano-israeli un judío anglo parlante americano emigrado a Israel exhibe en cambio una ignorancia, o más bien, falta de objetividad extraordinaria tratando de justificar a como lugar su ideología sionista a costo de cualquier verdad que pudiera cuestionarla.

Mientras el primero no tiene empacho en demostrar hasta qué grado el Griego fue en su momento un idioma mucho más importante que el hebreo -aun entre las clases litúrgicas en Israel-, el segundo trata de demostrar a cada paso que el trasfondo de toda la historia judía es el sionismo y el retorno a las “raíces” del cercano oriente que –a diferencia de el- Klein, que si está bien documentado, establece son en realidad raíces cananitas, (no hebreas) y más tarde araméicas y griegas.


Mientras Spolsky se pasa el libro tratando de demostrar la verdad única de su sionismo lingüístico y su afán de reescribir la historia desde su muy particular perspectiva, Klein, con una humildad y claridad intelectual muy superior, se la pasa “talmudeando” o sea, cuestionando todo y documentándolo con las conclusiones, correctas e incorrectas, de generaciones de estudiosos del tema que, al abordarlo desde un aspecto religioso evitan caer en la trampa nacionalista que el filtro del sionismo impone a todo lo que toca.

El libro de Spolsky parece ser en resumen un intento de “israelizar” la experiencia y riqueza lingüística a partir de la ignorancia del autor que, convencido de su verdad, evita documentarse y toma el camino fácil del análisis propagandístico de su hipótesis la cual por lo menos tiene la honestidad de declarar al principio y verificar al final para que nadie se sienta engañado: “como judío educado en inglés” afirma “decidí establecerme en Israel” todo lo cual está muy bien excepto que, para estudiar la lingüística judía y afirmar que “siempre” el hebreo israelí ha predominado en la cultura judía es tan extremadamente ignorante como tantas otras afirmaciones surgidas de la ignorancia de sus autores y la fuerza de una demagogia que intenta hacernos creer que nada existió antes o después de ella misma.

languages-jewsLanguages of the Jews
Por Bernard Spolsky
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Comprender el origen de los judíos –y más importante aun- el origen de lo judío requiere, conocer sus idiomas y el contexto en el que cada uno se desarrolló y floreció, por lo que recomendamos, a Spolsky y a todos Ustedes, leer el libro Lashon Hakodesh de Klein que, además de llevarlos a extraños mundos de la lingüística y la religión, les ilustrará ampliamente sobre la importancia de los idiomas que hemos hablado y como ellos a su vez, nos han transformado personal, religiosa y culturalmente.

Al principio, comencé a leer este libro “Lashon Hakodesh” con escepticismo preguntándome a quien más podría interesarle saber en qué idioma se escribió la Biblia cuando hay tantos a los que ni siquiera les importa lo que dice.

Lashon-Hakodesh

Lashon Hakodesh, History, Holiness and Hebrew
Por Rabbi Reuven Chaim Klein
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La respuesta, gracias a este libro es que si, si importa saber en qué idioma se escribió la Biblia y que idioma hablaban los judíos en talo cual época porque el idioma, más que una serie de palabras más o menos inteligibles, es la ventana al alma de los pueblos y mientras más fui avanzando en la lectura de Lashon Hakodesh de Rabbi Reuven Chaim Klein (escrito en Inglés) más me fui emocionando por el tema.

Debo también subrayar mi enorme sorpresa al descubrir cuantos personajes, estudiosos e individuos han dedicado tantas horas y tanta energía a este tema (¡el autor menciona como referencia “únicamente” 185 fuentes diferentes!)

Personalmente me resultó especialmente interesante el capítulo sobre la profunda influencia e importancia que tuvo la lengua griega –y por su intermedio sus ideas- en el judaísmo y como es que llegó a reemplazar al hebreo -incluso en las áreas litúrgicas- como hoy lo hace el inglés.

Más interesante, para mí, es la relación que yo concluyo de este fenómeno lingüístico y la guerra de los Macabeos que para mí siempre fue un misterio: ¿Cómo es que hubo una revuelta de los Macabeos contra los Griegos cuando en el Cercano oriente NO HABIA griegos.?

Ahora, gracias a Lashon Kadosh se que durante los años de la revuelta macabea el idioma principal en Israel era el griego y que solo las poblaciones más conservadoras y alejadas de la ‘civilización’ conservaban el Ivri (que es una versión ‘callejera’ de lo que era el Loshn Koidesh) como su lengua corriente.

En ese contexto, los “griegos” eran en realidad los judíos modernizados que junto con la lengua habían aceptado si no la visión si una conjunción de la cosmovisión científica griega y la judía, asi como hoy los judíos conservadores o seculares conviven sin ningún problema con la ciencia y la tecnología circundante.

Esta historia lingüística explica la rebelión contra los griegos donde no había griegos pero si judíos modernos “grecodizados” o sea, los judíos menos ilustrados (otros les llamarían mas ignorantes) más alejados de la civilización (otros les llamarían mas “puros”) hicieron un levantamiento contra el status quo, los judíos “conservadores” modernizados destruyendo su fuente de poder para tomarlo ellos y girar hacia la extrema derecha en la que pronto cada hijo peleaba con el poder y la verdad con el otro hasta lograr la destrucción del país y el sembrado de una ideología judía-ortodoxa que exigia el retorno a las fuentes y la salida de los “fariseos” (griegos, asimilados, judíos modernizados) de jerusalem lo que en pocos años se convertiría en el cristianismo y así, “salvándonos” de los “griegos” (o como hoy los llamarían ‘los judíos “asimilados”) los Macabeos sembraron el camino para el surgimiento de otras corrientes litúrgicas extremistas que terminaron destruyendo el país que pretendian defender desde la ortodoxia.

Pero en realidad estoy divagando en áreas que no tienen nada que ver con estos libros excepto por la plataforma socio-lingüística que ambos ofrecen para comprender al judaísmo y su historia a partir de su experiencia lingüística.

En resumen, no podemos recomendar el libro de Spolsky porque a pesar de su rimbombancia peca de una absoluta ausencia de honestidad académica y en cambio, si podemos ampliamente recomendar el libro de Klein el que, a pesar de que nosotros no compartimos su interés religioso, si nos beneficiamos de su honestidad académica y lo estricto de su lectura

Y qué decir de su documentación de la lengua y el término “cananita” que significa “esclavo” y que en 1130, Benjamín de Tudela aplica a los grupos “eslavos” de Europa central que ya entonces y hasta muy recientes fechas, eran considerados, precisamente como el nombre lo denota, esclavos de las aristocracias europeo-cristianas

Y qué decir de su documentación de “las guerras idiomáticas de los sionistas que con piedras y armas atacaron a las mayorías que hablaban Yiddish en el Israel pre-sionista (Spolsky logra en cambio encontrar la historia de un afgano que logro comunicarse con un Ashkenazí cuando ambos hablaron en Loshn Koidesh).

Queda igualmente documentada la insistencia de unos grupos de hablar Loshn Koidesh con pronunciación Ashkenazí para diferenciarlo del “ivri” común y callejero que con pronunciación sefaradí está perdiendo así su halo religioso arabizado la lengua y a sus parlantes

En fin, como dije antes recomiendo ampliamente la lectura de Lashon Kadosh de Klein y sugiero que quien quiera leer a Spolsky lo haga más por la bibliografía que menciona que por el tratamiento que le da al idioma.

Leer la historia del judaísmo en la pluma de Spolsky es como leer la historia de áfrica en la versión de Livingston donde además cada paso trata de demostrar que con la llegada del hombre blanco los indígenas lograron salir de una vida de ignorancia y desesperanza.

Tan falsa como resulta la versión euro céntrica de la historia africana es la versión “sionisticentrica” de la lingüística de Spolsky.

Lashon-Hakodesh

Lashon Hakodesh, History, Holiness and Hebrew
Por Rabbi Reuven Chaim Klein
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Acerca de Daniel Ajzen

Como reportero ha escrito para los principales diarios de México, incluyendo Excelsior, Novedades, UnoMasUno y las principales revistas mexicanas. Sus reportajes internacionales han sido reproducidos por O Globo en Brasil y La Nación en Argentina. En televisión, fué reportero para 60 Minutos y Hoy Domingo, condujo su propio programa y ha producido incontables programas de radio y televisión con gran éxito. Fué Director de Noticias Internacionales para Telesistema Mexicano hoy Televisa. Como reportero y productor de radio, ha recibido numerosos premios, incluyendo el reconocimiento al "Mejor Programa Cultural de Radio en México" en dos ocasiones. Ha sido catedrático para la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) y la Universidad Iberoamericana. Sus libros han sido usados como libros de texto. Para Internet, ha creado importantes sitios web como SaveTheMusic.com Jewishwebsite.com eastlandofficesupply.us etc. y con su experiencia en comunicaciones, noticias y producción, creo Wordmedianetworks.com e Hispanopolis.com; el primer centro hispano de contenido multimedia y chaptersync.com la primera plataforma para administracion y sincronizacion de contenidos en medios sociales para organizaciones no lucrativas y franquicias.

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