En la reciente reunión Obama- Netanyahu (o Bibi- Barack como la describen otros), cuyo video reproducimos en la sección adjunta de vídeos, un periodista israelí hizo una pregunta que pareció incomodar a Obama: trataba de los recientes roces entre los EE.UU. e Israel.
Tras ver el video de esta reunión, y la entrevista de Netanyahu por Larry King, es obvio que todo es miel sobre hojuelas, y que la percepción general sobre un alejamiento entre Obama e Israel ha sido, simplemente, producto de nuestra imaginación, como de la imaginación de John Voight, de Larry King, del congresista estadounidense Mike Pence (ver video), entre otros. Incluso del periodista israelí que osó plantear la pregunta:
” Señor Presidente, en el último año, usted se distanció de Israel y le dio la espalda a su Primer Ministro. ¿Cree usted que esta política fue un error? ¿Cree que contribuyó a la paliza que el mundo dio a Israel? Y debido a los cambios (de política) realizados por Israel, ¿confía ahora en el Primer Ministro Netanyahu?”
Respuesta de Obama: ” La premisa de su pregunta está mal, y estoy totalmente en desacuerdo con ella. Cada declaración pública (queremos enfatizar la palabra pública, nota del editor) que he hecho en el último año y medio, ha sido una constante reafirmación de la relación especial entre Estados Unidos e Israel; nuestro compromiso con la seguridad de Israel ha sido inquebrantable. Confío en el Primer Ministro Netanyahu …Mi interés está en trabajar con él, no con propósitos cruzados, sino para lograr el tipo de paz que garantice la seguridad de Israel en las próximas décadas. Eso significa tomar decisiones difíciles…”.
Nuestra pregunta es:
¿Cuáles son estas decisiones difíciles?
Lo que nos lleva a la segunda pregunta incómoda: la que Malcolm Hoenlein, vicepresidente ejecutivo de la Conferencia de Presidentes de las Principales Organizaciones Judías Americanas, le hizo ayer al Primer Ministro israelí: “¿Y qué hay acerca de la unidad de Jerusalem?”
“Todo el mundo sabe que hay barrios judíos en Jerusalén que, bajo cualquier plan de paz, permanecerán donde están“, dijo Netanyahu en respuesta a la pregunta. Esta respuesta alarmó a los judíos norteamericanos, pues implica que otros barrios de Jerusalén pueden no permanecer “donde están”, pasando a formar parte de un eventual Estado palestino. Éste ha sido el primer indicio de que el líder israelí podría ser flexible en la cuestión de Jerusalén; hasta ahora, Netanyahu había insistido en que Jerusalén no se negocia.
¿Quién dice que las entrevistas no revelan nada?
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