El adulto mayor y su familia

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La esperanza de vida se alarga cada vez más,  encontramos algunos  padres que esperaban ser cuidados por los hijos no lo son;  los hijos tienen a quien cuidar y están muy ocupados;  esto muestra  egoísmo como parte de la cultura y una forma de supervivencia.  Hemos perdido la capacidad de comprender y darnos cuenta de lo que nuestros mayores necesitan.

Cualquier interacción humana consta de dos partes. Los padres tienen que saber en que lugar están de la constelación familiar cuando el tiempo ha pasado. Esto no va en contra de que los hijos también tienen obligaciones con quienes les dieron la vida y la posibilidad de ser lo que son. La semana pasada expliqué algunos aspectos que los mayores  tienen que conocer para comprender su momento de vida. Esto no disculpa a los hijos de ser amables,   corteses, responsables y cariñosos con sus progenitores.

Algunas personas me preguntaron si lo que había explicado les autorizaba a los hijos o hijas a no cumplir sus deberes hacia quienes le dieron la vida y los educaron.  Una cosa no va en contra de la otra, los adultos mayores deben darse cuenta del lugar que ocupan y los hijos no pueden ser irresponsables.


La clasificación por edades es reciente, y el grupo de ancianos,  en forma paulatina y silenciosa, en algunos casos, ha quedado  fuera de los espacios  nucleares  creados por sus descendientes. Se ha creado la “cultura de la vejez”,  dentro del complejo mosaico social.  Este abandono y su economía industrial de subsistencia, constituyen los dos principales factores internos que provocaron esa forma de organización social: “adultos mayores”.

Las preguntas que se hacen ante una jubilación forzosa y un nido vacío es la de si quieres quedarse así… sólo descansando.  Los poderosos medios de comunicación y publicidad luchan para imponer pautas de consumo beneficiosas para las corporaciones y lentamente este grupo marginado va marcando su propia identidad que varía según diferentes contextos y países, aunque hay generalidades.  Este grupo sigue   modelos de consumo de ocio y felicidad originados en los grupos de jóvenes y van avanzando  para organizar su propio mundo más allá del espacio doméstico.

Para algunos viejos, la importancia de la familia es superior a la que dan al grupo de edad al que pertenecen.  En ella buscan auxilio, ayuda, compañía, relaciones sociales íntimas, cooperación,  esto contrasta con otros grupos, que organizan su realidad social a partir de los grupos de edad. (peer groups). Este movimiento,  promueve en los ancianos una vivencia de desarraigo y de marginalidad. Ha surgido una nueva forma de relación llamada intimidad a distancia,  en la que el teléfono juega un papel central.

Los miembros más jóvenes de la familia no suelen compartir las mismas expectativas de disponibilidad que los ancianos. Esto los obliga a buscar relaciones horizontales, para ayudarse en las tareas cotidianas y les da un gusto y sentido de vida.

Nos encontramos con mujeres y hombres que viven solos  y carecen de obligaciones familiares, laborales y sociales.  Pueden destinar su tiempo y dinero a actividades de ocio, como propone la actual cultura de la ancianidad.  También encontramos numerosas instituciones que con bajos costos o ninguno, se han preocupado por los mayores. Este es un modelo que despierta anhelos en aquellos  que no lo pueden llevar a cabo, por obligaciones. El prado del vecino es siempre más verde que el propio.

Somos seres inteligentes y eso  nos permite movernos dentro de un marco ético y moral para compartir con nuestros amigos y familiares. La interacción entre hijos y padres nos obliga a ver las dos partes para mejorar esa relación cuando esto es necesario.

Hay momentos en la vida de todo ser humano, en que se siente conmovido por las acciones de sus contemporáneos. Cuando explico la forma en que cambia la familia del adulto mayor, lo hago para que estos viejos y viejas comprendan a sus hijos. No lo hago para justificar los malos tratos que algunos hijos tienen hacia sus padres ancianos. ¡De ninguna manera!

La vejez ha llegado y hay que aprender a vivirla de la mejor manera posible,  tanto en familia como en soledad.   Es un tema tan amplio que puede abarcarse desde distintos enfoques. Los abuelos tienen expectativas y los hijos y nietos no siempre las pueden compartir. Puede haber cariño, pero las distancias y las ocupaciones complican la relación.

En ocasiones exigimos a los otros sin darnos cuenta de que no siempre es factible que nos atiendan, al no recibir esa atención nos sentimos mal, de ahí que lo importante es poder ponerse en los zapatos del otro para no sentirse rechazados.  Es importante disfrutar aquello que la vida no da sin estar atorados en lo que nos hace falta; disfrutar lo que tenemos nos da alegría de vivir.  Hay que agregarle vida a los años y no años a la vida.

Acerca de Esther Friedman

Esther Friedman es Psicoterapeuta individual, pareja, familiar y de grupo con especialidad en "adultos mayores". Cursó la Licenciatura y maestría en Sociología en la UNAM donde fue docente en las cátedras de Psicología Social, Pedagogía y Psicoanálisis y Sociedad.Ha sido Terapeuta Familiar y Docente en el ILEF, donde también funge como docente y Supervisora desde 1993.En 1997 fundó y coordina hasta la fecha El Centro de Adultos Mayores (CAM), en ILEF. Terapia individual, familiar y de pareja donde se llevan a cabo constantes "grupos de reflexión" y talleres acerca de "Sensibilización acerca de la vejez", "Pareja y Familia", "El individuo en su contexto", entre otros.Obtuvo "Mención Honorífica" en su Tesis de Licenciatura en Sociologia sobre "El Divorcio". En Abril del 2001, presentó como tesis de maestría de Sociología en la UNAM, la tesis "MODERNIDAD Y VEJEZ" 1960-1999. Estudios de Caso en la Ciudad de México (Mención Honorífica).Ha participado en congresos nacionales e internacionales presentando los siguientes temas: "La resonancia y el sistema terapeutico total en la clínica de la 3ª y 4ª. Edad" en octubre de 2001.En marzo de 2002, en el congreso Vivere e "curare" la vecchiaia nel mondo se presentaron en Italia, (Génova), dos ponencias nuevas sobre el mismo tema: "Abuelita dime tu" y "Concierto de voces en el Sistema Terapeútico".En el Congreso Nacional de Terapia Familiar 2003, presentó " La resonancia en el sistema terapéutico total" ante ciertos casos especiales en la vejez.En Junio de 2005, se presentó ponencia en el congreso del CIESAS en Cuernavaca, Morelos sobre los prejuicios que se tiene sobre la vejez.en: The mexican internacional family Strenghs Conference in June 2005.Ponencia family and old age prejudices organizado por el centro de investigaciones y estudios superiores en antropología social ciesas y la universidad de nebraska en junio en Cuernavaca, MorelosEn 2005 se participó en el Congreso de Tlaxcala con dos carteles: El arte de envejecer y Prejuicios que condicionan la vejez en el Primer encuentro regional "la familia y su contexto: Perserspectivas de analisis y niveles de intervencion en el marco del XXVI aniversario departamento de educacion especializada Tlaxcala de Xicontencatl.En noviembre del 2006, en el Congreso Internacional de Terapia Familiar, en Acapulco Guerrero, se presentó la ponencia "Identidad en la Vejez".En febrero 2008, se llevó a cabo el Primer Congreso Internacional de Constelaciones Familiares y en él se llevó a cabo un taller de "Adultos Mayores".Septiembre-Diciembre 2008, en el Instituto de ConstelacionesFamiliares se llevó a cabo un curso de Sensibilización ante la Vejez durante diez sesiones de 3 horas cada una.En agosto 2008, en un evento llevado a cabo por el DIF de Colima, se dio una conferencia magistral sobre la vejez titulada: "Soledad, Aburrimiento y Depresión" y Un taller sobre "La Sabiduría de la Vejez".Visiones personales internas. Testimonios de los Viejos; temas más importantes que les preocupan.Una Nueva cultura de la Ancianidad: opiniones personales de los adultos mayores para una forma de vida más armónica.

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