Rachel veía a las chicas estudiar el Talmud con pereza y desgano, deseaba un mundo de luz, un mundo familiar cuyas emociones estuvieran más allá de las paredes y las páginas de los libros.
Rachel comenzó a odiar el mundo religioso, aquel mundo que separaba a los hombres de la pasión por la vida, del amor libre. La gente se refugiaba en la Ley para evadir el amor, para no expresar sus emociones y pensamientos abiertamente.
Acarreaban a las chicas a las cátedras para que se arrepintieran de sus pecados, pero para ella el pecado no era tal, tras el pecado había una historia de amor. No entendía porque el amor físico era pecado, Adán y Eva no habían sido castigados por estar desnudos o tocarse, sino por el asunto de la serpiente que los había engañado.
Sabía que en el fondo David era un poeta que buscaba la libertad, pero que no se podría sobreponer a la voluntad de su padre.
–La Biblia no especifica la clase de fruto que Eva ofreció a Adán.– Simplemente dice en Génesis 3:6… Y vio la mujer que el árbol era bueno para comer, y árbol codiciable para alcanzar la sabiduría; y tomo de us fruto, y comió, y también dio a su marido, el cual comió así como ella.– El capítulo en cuestión no menciona para nada el nombre del fruto.– La abuela Ada le había contado que el fruto había abierto los ojos de ambos, y conocieron que estaban desnudos; entonces cosieron hojas de higuera, y se hicieron delantales, comenzaron a vivir como plantas, separadas, individuales.
–Mi hija, los hombres siempre están concentrados en los detalles técnicos en vez de en el amor espiritual verdadero.
El Talmud y el Midrash sugerían otros frutos que podrían haber sido comidos por Adán y Eva. Estas hipótesis se basaban generalmente en interpretaciones exegéticas.– Entre los frutos mencionados figuran el Etrog cidra y la algarroba. Algunos iban más allá y sostenían que fue trigo lo que comieron ya que la palabra hebrea para trigo es Jita, similar al vocablo hebreo para pecado Jet. –Ensenaron a los niños a ver a Adán como desobediente, rebelde ante Dios por
haber comido del fruto prohibido del árbol del conocimiento en el Gan Eden.– Este primer pecado del ser humano paso a ser conocido como el pecado original. Pero quien había escrito ese guion sino Dios mismo?– dijo Ada. Según los maestros de la Midrasha el pecado de Adán fue transferido a todas las generaciones venideras, manchando así, hasta los que no han nacido, así la muerte pasó a todos los hombres. Era el amor un pecado? No es más bien esta la historia del amor?
–… Porque así como por la desobediencia de un hombre los muchos fueron constituidos en pecadores, y así pagan justos por pecadores– decía la Raba.
Era la pasión en el amor un pecado hereditario? Rachel creía que el hombre llego a este mundo libre de pecado, con un alma pura, inocente y sin tacha. Siempre prevaleció la tesis de que los pecados del ser humano son consecuencia de su imperfección y no, como predicaba la religión y el Talmud, debido a que es pecador por herencia.
El único pecado era no amar, no amar de verdad con todo el corazón, en cuerpo y alma.
David había abandonado su cuerpo y se estaba perdiendo en un laberinto espiritual.
–El Talmud relata que en el antiguo Israel se acostumbraba a preguntar al recién casado: “¿Hallaste o hallas?” La pregunta se refiere a una aparente contradicción entre dos frases del rey Salomón, el más sabio de los hombres. En el libro de Proverbios dice:
“Quien halló mujer halló el bien”
Pero en el libro de Eclesiastés afirma:
“Y hallo yo más amarga que la muerte a la mujer”
…Aunque estos dos versículos parecen presentar imágenes contradictorias de la mujer, si las examinamos atentamente podemos detectar algunas diferencias gramaticales sutiles que explican la aparente discrepancia.
Ante todo, el verbo en el primer versículo está en tiempo pasado: “quien halló mujer”, mientras que el verbo en el segundo está en presente: “y hallo… a la mujer”.
Las almas de una pareja verdaderamente concertada derivan de una esencia espiritual común. Por esta razón, las dos están destinadas, incluso desde antes de nacer, a unirse en matrimonio. El uso del tiempo pasado al afirmar el bien a encontrarse en el matrimonio, sugiere que tanto en el proceso de búsqueda de
esposa como en la relación con la mujer con quien se ha contraído matrimonio, uno debe intentar descubrir y concentrarse en esta identificación mutua, profunda y compartida. Si ignora esta indicación y se concentra en la gratificación pasajera de sus deseos y predilecciones inmediatos, como lo implica el tiempo presente usado en el segundo versículo, la relación será inevitablemente amarga.
–En el primer versículo, el verbo “quien halló” es inmediatamente seguido por su objeto “mujer” implicando que lo que el marido ha buscado y hallado es efectivamente su esposa. Su mente y corazón se centran en ella y su preocupación consciente es suplir sus necesidades y las necesidades de su familia antes que las propias. Esta es la esencia del amor…el altruismo. En el segundo versículo, por lo contrario que en el original dice literalmente: “y hallo yo más amarga que la muerte a la mujer”, el sujeto “yo” está interpuesto entre el verbo “hallo” y su objeto “mujer”, implicando que el hombre está realmente más ocupado en encontrarse a sí mismo, es decir en su propia gratificación. De aquí que desinterés en sí mismo, la anulación del propio yo es la clave para encontrar y relacionarse con la esposa a nivel de la raíz espiritual común. El esposo egocéntrico será incapaz de lograr una relación genuina y recíproca con su esposa, que el tiempo endulce en lugar de amargar.
Aunque en ese caso el marido probablemente sienta que su mujer se ha vuelto “más amarga que la muerte”, en realidad esto le ha sucedido a su propio “yo”
interpuesto que proyecta en ella. Esto es lo que indica la frase “más amarga que la muerte” que sigue directamente a la palabra “yo” incluso antes de mencionar a “la mujer”.
David sintió que colocaban en su corazón trampas y redes, y en sus labios grilletes.
–El que es bueno ante Dios huirá de ella, más el pecador quedará por ella preso”.
–En otras palabras, así como el rey Salomón califica de “buena” la relación positiva entre marido y esposa, también dice que es “bueno” huir de una relación negativa?– pregunto David.
–El marido que se buscaba a sí mismo comienza su retorno al estado del “bien” reorientando su conciencia de tal manera que se presenta “ante Dios” en lugar de preocuparse únicamente en sí mismo. –Pero al hacerlo “huye de ella”.
–Es decir de la imagen de su propio ego que ha proyectado en su esposa. Sólo entonces podrá salir en busca de su verdadera consorte espiritual.
No es sorprendente que el verbo que funciona como eje de estos versículos “hallar”, figura prominentemente en la creación de Eva, la mujer arquetípica:
“Y dijo Dios: No es bueno que el hombre esté solo, crearé alguien que lo ayude. Dios creó entonces de la tierra todas las bestias del campo y las aves del cielo, y Él se las trajo al hombre para que las nombrara, y así como el hombre las nombró
ese fue su nombre. Y Adán dio un nombre a todos los animales y aves del cielo y a las bestias del campo, pero para sí mismo, Adán no encontró ayuda”.
– En resumen, al referirse al lenguaje contrastante de estos dos versículos, quienes plantean la pregunta arriba mencionada al novio, aluden al resultado de la unión, para bien o para mal, dependiendo de su actitud. Las bendiciones del matrimonio dependen del abandono del egocentrismo y de una orientación positiva hacia la verdad interna y la realidad.
–Y evidentemente no era suficiente para Dios crear simplemente a Eva y presentarla a Adán. Una verdadera esposa debe ser buscada y hallada– añadió David.
–Observando nuevamente los dos versículos en el original, vemos que en el versículo “Y hallo yo más amarga que la muerte a la mujer”, la palabra “mujer” aparece precedida por el artículo “la”. Esto implica que uno se refiere a su propia esposa como miembro de un grupo genérico más que como a un individuo que comparte su raíz espiritual. Esta carencia fundamental de unidad le impide encontrar el bien en su relación con su mujer.
Por el contrario, en el versículo “Quien halló mujer halló el bien”, “mujer” aparece sin el artículo. Esto implica que quien halla su verdadera consorte espiritual la nombra y la reconoce según su origen común, como sucedió en la historia de la Creación. Por lo tanto “Quien halló mujer halló el bien”.
–Entonces qué papel juega el ego?
–En realidad, también aquel que considera a su esposa parte de sí mismo, puede hacerlo como consecuencia de su ego exagerado. En ese caso uno ve a su esposa meramente como un apéndice de sí mismo y no siente necesidad de relacionarse con ella como con un individuo distinto. A esto alude el versículo “Y hallo yo más amarga que la muerte a la mujer”, en el que el marido egocéntrico se ve sólo a sí mismo en su esposa.
La forma correcta de considerar a la esposa como parte de uno mismo es sintiendo la raíz espiritual común, que, como hemos dicho, es posible solamente cultivando un auténtico auto desinterés. Como ya explicaremos, la individualidad verdadera se origina en la raíz espiritual propia. Paradójicamente sólo cuando ambos consortes se relacionan uno a otro conscientes de esta fuente común, son capaces de verse mutuamente como individuos verdaderamente únicos.
–Crees que deberíamos estar separados aun estando casados?
–Nuestros sabios nos enseñan que “es la condición del hombre buscar a la mujer”, porque en realidad está buscando una parte perdida, su “costilla”. Espiritualmente su parte perdida es el nivel inconsciente de su propia alma, por ello tu búsqueda de Rachel es en tu alma.
Rachel pensaba que el ideal del amor romántico – que cada uno tiene en la inclinación hacia su alma gemela si tenía su origen en la historia bíblica de Adán y Eva.
Dios hizo a Eva, la compañera de Adán, de una parte de su cuerpo. Pero, ¿encontrar a nuestra alma gemela es un fin en sí mismo o es un medio hacia algo más? La historia de la creación de Eva, ¿puede arrojar algo de luz sobre el concepto de amor romántico de la Torá?
–Y dijo el Eterno Dios: No es bueno que esté el hombre solo; haré una ayuda idónea para él… E hizo el Eterno Dios caer un sueño profundo sobre el hombre y éste se durmió; y tomó una de sus costillas y cerró con carne el lugar de ella.
–No quiere decir que la mujer ayudo al hombre a transformar el juicio en misericordia, la oscuridad en luz…?– dijo Rachel insolente.
–Tal como mencionamos, su significado es metafórico, no literal, al igual que el de muchos Midrashim. Cuando Dios le trajo los animales a Adán para ver qué nombre les pondría, se implica un tipo de intimidad. Esa intimidad, que pronto describiremos, dejó insatisfecho a Adán. Una vez que apareció Eva, Adán se dio cuenta de que ella era ?hueso de mis huesos?, es decir igual que él, y se calmó. En primer lugar, debemos entender por qué Adán les estaba poniendo nombres a los animales y por qué se interrelacionaban este hecho y encontrar una compañera.
–Entonces por qué El Talmud y el Midrash describen a Adán como que alcanzaba desde la tierra hasta el cielo y desde un extremo del globo hasta el otro… como que ?llenaba todo el mundo?. No es esto un pensamiento egoísta?
–La Torá emplea una frase inusual para presentar la creación de Adán. Dios dice: ?Hagamos al hombre a nuestra imagen y semejanza? El versículo suena como si Dios tuviera un socio para hacer la humanidad, ¿pero quién podría haber sido? El
Midrash enseña que Dios reunió al resto del universo para que participara en la creación de Adán. La forma física fue tomada de la tierra, su espíritu animal era una composición del reino animal, y el alma inmortal, el ?aliento? de Dios. Por lo tanto, Adán era un microcosmos del universo, que era necesario para su propósito en la creación. Su alma le permitía identificarse con Dios por decirlo de alguna manera y, al mismo tiempo, Adán podía identificarse con todos los aspectos de la creación física. Es decir que Adán era un medio de transmisión de la consciencia de Dios por todo el universo. El alma humana iluminaba toda la creación, tal como lo ilustra el versículo ?el alma de Adán es la lámpara de Dios?. Esta función de la humanidad fue el primer mandamiento de Dios a Adán y Eva:
Y les bendijo Dios; y les dijo Dios: Fructificad y multiplicad y henchid la tierra, y sojuzgadla; y dominad a los peces del mar, y a las aves de los cielos, y a todo animal que se mueva sobre la tierra. Génesis 1:28
Rachel pensaba que Adán y Eva vivían en un sueño, el sueño de Adán era Eva, Eva era su parte espiritual… de modo que al despertar del sueño Adán dejo de amar.
–Dios le ordenó a Adán que llenara el mundo tal como lo describió el Midrash y que, al relacionarse con cada criatura viviente de acuerdo con su capacidad, unificara la existencia con una consciencia del Creador. La función de Adán con cada pez, ave y bestia, con cada flor, árbol y parcela de tierra era la de armonizarlos con la soberanía de Dios al relacionarse con cada uno de ellos como
una creación divina, otorgándoles de este modo consciencia de su propia divinidad. Al amar a la divinidad de cada criatura, Adán pondría al mundo en armonía. Y al hacerlo, crecería su propia consciencia del Creador. Esta sigue siendo la tarea básica de la humanidad, capturada de manera sucinta en la mitzvah de Rabi Akiva: ?Ama a tu prójimo como a ti mismo, Yo soy Dios?. En otras palabras, cuanto más capaz es uno de trascender el egoísmo y de amar a su prójimo, más sabrá que Yo soy Dios. Al alma de Adán, sin contaminar por el más mínimo rastro de egoísmo, era perfecta en su consciencia de su yo como Dios. La tarea de Adán era la de imbuir a la creación de esa misma consciencia.
Rachel imaginaba a Adán solitario como un director musical y al resto de la creación como su orquesta. Solo Eva podría darle respuestas, podía devolverle la unidad y alejarlo de su triste soledad.
El nombre de Eva significaba ?madre de toda vida?, por el sufrimiento que deberán experimentar todas las mujeres, consecuencia del pecado, la incapacidad de Adán de amar.
–Eva no era una costilla de Adán, sino ?uno de sus lados?, es decir, una mitad de Adán. De ser así, como podrían estar avergonzados de amar, que se pudieron haber avergonzado de su desnudez. El pecado mismo era la forma de conocer su propio ser, conocer a Dios. Si uno cree que amar es pecado, es como creer que el Dios es malo.– le dijo Rachel a Tikva.
Rachel comenzó a sentirse enferma y a darse cuenta que el mundo era un abandono. Como era posible que David estuviese avergonzado de amarla?
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