El amor de los Jasídicos, 18a. parte

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Sin perder tiempo, pidieron el consejo de médicos expertos en cuestiones del ojo pero, tristemente, nadie les podía ayudar; el bebé nació ciego, y los médicos no conocían curación para su mal.

Los Jasidicos aceptaron la triste situación, y agradecieron a Dios por el bebé incluso si éste no podía ver. Volcaron todo su amor en el niño, y se dedicaron plenamente a él.


Cuando Yejezkiel tenía tres años, tuvo su fiesta de opsherenish –primer corte de pelo–, y su abuelo contrató un maestro para que comenzara a enseñarle lo que cada niño judío debe aprender. Por supuesto, a Yejezkiel había que enseñarle todo de memoria, pues, como sabemos, no podía ver como para leer de un libro.

Yejezkiel era un muchacho brillante, ávido por aprender, y tenía una memoria notable. Todo lo que su maestro le enseñaba lo absorbía de inmediato y quedaba firmemente archivado en su mente.

Con el correr del tiempo, Yejezkiel había memorizado todas las plegarias del Sidur. Entonces pasó al estudio del Jumash y la Mishná.

Cuando llegó a la edad de Bar Mitzvá, era tan hábil como cualquier otro muchacho de su edad, y muchas veces hasta mejor. Y siempre estaba ávido por aprender más.

En su hogar, Yejezkiel podía reconocer cada artículo y dónde estaba. Cualquiera que lo observara no podría sospechar que Yejezkiel fuera ciego. Yejezkiel era muy conocido y todos lo saludaban de manera muy amistosa. El, a su vez, siempre respondía con un saludo alegre y una sonrisa cordial. Recordaba muchas voces y los nombres de aquellos con los que se había encontrado apenas un par de veces, y solía asombrarlos dirigiéndose a ellos por sus nombres.

Yejezkiel sentía un amor especial por los libros. Aunque no podía leer ninguno de ellos, solía acercarse con frecuencia a la biblioteca, ya sea en su hogar o en el Beit HaMidrash, y extraer un libro. Recorrería con sus dedos las tapas y las páginas interiores, alisando con cariño alguna que encontrara arrugada, para finalmente besarlo y devolverlo a su lugar.

Un día, Yejezkiel camino al Beit HaMidrash principal de la ciudad, donde aún nunca había estado. Cuando los muchachos entraron, el Rab estaba en medio de una clase de Midrash. Yejezkiel se sentó cerca y escuchó atentamente. Podía seguir la lección, y ésta le causó un inmenso placer. Después de la clase se unió a la gente en las plegarias. Rezó con especial devoción, sintiéndose particularmente agradecido a Dios por permitirle estudiar Torá y recitar sus oraciones a pesar de su desventaja.

Cuando toda la gente abandonó el Beit HaMidrash, Yejezkiel no tenía prisa alguna por irse y pidió a su hermano que lo condujera hasta la biblioteca. El primer libro que tocó y extrajo era un grande y pesado volumen. Lo sintió polvoriento –– señal de que no se lo había usado ya hacía mucho tiempo. Le sacó el polvo y comenzó a dar vuelta las páginas lenta y suavemente.

Repentinamente, el libro pareció abrirse sólo y Yejezkiel sintió un grueso objeto entre sus páginas. Lo tomó en sus manos y sintió que era una caja para anteojos. Efectivamente, cuando la abrió, encontró en su interior un par de anteojos.

Yejezkiel los montó sobre su nariz, curioso por saber qué sentía la gente cuando usaba anteojos. No bien hubo ajustado los anteojos a su nariz que, ¡oh sorpresa! ¡La oscuridad desapareció milagrosamente, y todo se iluminó con una llamarada de luz!

¡Podía ver!

Vio la caja de los anteojos y el libro que sostenía en sus manos; contempló de una mirada todo el Beit HaMidrash, la bimá –mesa donde se lee la Torá– y el Arca Santa.

“¡Debo estar soñando!”, pensó Yejezkiel. Pero sabía que no era ningún sueño.

Esto era demasiado como para absorberlo de golpe. Se sacó rápidamente los anteojos, e inmediatamente todo volvió a la oscuridad.

Yejezkiel puso los anteojos de vuelta en la caja, y la guardó en su bolsillo. Luego devolvió el pesado libro al estante y pidió a su abuelo que lo llevara de regreso a casa.

Mientras caminaban por la calle, tomados del brazo, su abuelo le preguntó:

–¿Tienes frío, Yejezkiel?

–No. ¿Por qué me lo preguntas?

–Estás temblando.

Yejezkiel no respondió. Estaba muy aturdido, temiendo decir cualquier cosa.

Necesitaba tiempo para pensar.

“Todo está en orden, gracias a Dios”.

Pero cuando se sentaron alrededor de la mesa, y vieron que sus manos temblaban, y que su rostro estaba pálido y serio ––tan diferente de su usual personalidad alegre–– sus maestros se sintieron preocupados. Sin embargo, no volvieron a insistir en el tema, seguros de que Yejezkiel eventualmente les contaría qué lo perturbaba.

Después de que todos se retiraron a dormir y Yejezkiel quedó solo, extrajo cuidadosamente los anteojos y los puso sobre su nariz. ¡Nuevamente se abrió ante él un mundo nítido! Yejezkiel supo que no estaba soñando.

Durante varios días Yejezkiel continuó guardando para sí el secreto de los maravillosos anteojos. Finalmente, decidió que no tenía sentido ocultar a su familia –los Jasidicos– la maravilla del brillante y hermoso mundo que los prodigiosos anteojos habían abierto ante él.

Al principio, ellos no podían creer que semejante milagro hubiera sucedido, y supusieron que quizás la imaginación de Yejezkiel le estaba jugando algún truco. Pero cuando Yejezkiel demostró que realmente veía todo muy claramente y con lujo de detalles, como cualquier persona de vista normal, la familia se sintió, por supuesto, alborozada más allá de toda descripción.

Yejezkiel vestía ahora los anteojos todo el tiempo. Temía sacárselos, no fuera que, por algún percance, la cualidad milagrosa de los anteojos se terminara.

Yejezkiel comenzó ahora a aprender a leer letra por letra y palabra por palabra. Como ya sabía todas las plegarias de memoria, aprender a leer le resultó fácil. Del mismo modo también aprendió rápidamente a leer el jumash y el comentario de Rashi, y todos los demás textos sagrados que había estudiado de memoria. No dejaba de sentirse emocionado.

El rumor acerca de la milagrosa recuperación de su vista mediante un par de maravillosos anteojos corrió rápidamente y se convirtió en la conversación de todo el vecindario.

La gente estaba ansiosa por verlo, y a duras penas podía creer lo que veía cuando lo observaba caminando por las calle por sí mismo, o lo encontraba estudiando de los libros santos en el Beit HaMidrash, con esos milagrosos anteojos descansando cómodamente sobre su nariz. Todos concordaban en que Yejezkiel era la persona más digna para merecer semejante milagro.

Yejezkiel, es de comprender, se sintió atraído hacia aquel grueso libro sagrado que había alojado los anteojos milagrosos durante tanto tiempo. Ahora podía leer sus páginas sin dificultad, pero le resultó difícil comprender su contenido. Faltaban la página titular y algunas de las primeras, de modo que nunca supo quién fue su autor. Ni supo tampoco si los anteojos pertenecieron a éste, o a algún otro santo Tzadik que estudió esta obra.

Yejezkiel preguntó a los más ancianos judíos que vio en el Beit HaMidrash si tenían alguna idea acerca de a quién podrían haber pertenecido los anteojos, pero todos se encogieron de hombros y sacudieron la cabeza en negativa.

Pronto, la gente comenzó a llamarlo “Yejezkiel Brilen”, pues con mucha frecuencia se lo había oído preguntar:

“¡Quizás reconoce usted estos brilen?” Brilen, en Idish, significa “anteojos”.

Yejezkiel tomó la firme resolución de que pondría su máximo empeño en ser digno del regalo de Dios, el don de la vista, y se consagró totalmente al estudio de la Torá y a cumplir mitzvot con verdadero regocijo.

Cuando cumplió los dieciocho años, aceptó la propuesta de uno de los más destacados miembros de la comunidad, un adinerado comerciante y erudito de Torá, de convertirse en su yerno. Yejezkiel y su novia muy pronto estaban felizmente casados.

Según se acordó de antemano, la joven pareja fue totalmente mantenida por el suegro de Yejezkiel durante varios años, a fin de permitirle dedicarse al estudio de la Torá sin tener que preocuparse por el sustento.

Más tarde, a medida de que la familia de Yejezkiel comenzó a crecer, se unió a su suegro en los negocios. Yejezkiel tuvo mucho éxito también en este campo, y se sentía feliz de poder dar mucha caridad y ayudar a los necesitados de muchas otras maneras.

Yejezkiel llegó a una muy avanzada vejez y dejó tras de sí un buen nombre, con una considerable fortuna para sus herederos y para instituciones de Torá y Tzedaká.

Después de culminada la semana de shivá –los siete días de duelo–, los herederos se sentaron a repartir la herencia. Todo se arregló rápida y suavemente… hasta que surgió el problema:

¿Quién heredaría los milagrosos anteojos del padre?

Los hermanos comenzaron a ofertar por ellos, y pronto cada uno ofrecía agitadamente una suma mayor al anterior, hasta que uno ofreció toda su parte de la herencia por los anteojos. Pero entonces otro de los hermanos igualó la oferta, y luego un tercero…

Entretanto, los anteojos pasaron de mano en mano, y entonces, en medio de la excitación… ¡alguien dejó caer accidentalmente los anteojos y las lentes se quebraron en numerosos pedazos!

El problema ahora estaba resuelto: cada uno recibió un trozo de los maravillosos anteojos de su padre.

Acerca de Abraham David Nissan

Abraham Nissan Contacto: [email protected] [email protected] '''Abraham Nissan''' (n. 1969, Distrito Federal, México) es un escritor, novelista, guionista de cine ganador del Premio Nacional de Literatura Sefaradí por su "Colección de cuentos de Internet" (2009). Abraham Nissan nació en Distrito Federal, México 1969. Curso sus estudios de literatura universal en la Sogem, Teoría de la Comunicación en la Universidad Nuevo Mundo y Dirección de cine en la Universidad de California en Los Ángeles. Escribió cuentos que le dieron el Premio de Literatura en el Festival de las Artes Monte Sinaí, el Premio de Literatura Cuento Sefaradí, y el Premio del Certamen Literario Cervantes. Así mismo, escribió y dirigió cortometrajes (Espejo de Azúcar,1991) que lo llevaron a ser galardonado como el mejor director de cine universitario de la Ciudad de México en el Festival Interuniversitario de cine de la Ciudad de México. Trabajó como editor y articulista de la revista cultural de universitarios "Todos Nosotros". Fungió como Presidente de la Sociedad de Alumnos de la Universidad. Estudió dirección dramática en el Núcleo de Estudios Teatrales con el director de teatro Ludwik Margolis. Estudio la Tora y la Cábala en las Instituciones Ohr Somayach y Bnei Baruj, así como en el Centro de Kabbalah del Rabino Berg. Fundo la empresa de cine "Holy City Films" que se centra en Jerusalén. Sintetizó su obra en la frase "En el Principio Dios creó el signo" basado en la semiótica de Umberto Eco y la Tora. Estudió la Cábala humanista con el Rab Michael Laitman en el canal 66 de la Cábala de Israel. 1973-1987 Estudió en una escuela hebrea judía en México. 1980-1985 Participó en los movimientos sionista Dor Hadash y Halutz en México. 1988-1992 Estudió comunicaciones, actuación teatral, escritura. 1991 Presidente de la Sociedad de Alumnos de la Universidad en México. 1992-1997 Estudió de la realización de películas y la dirección de la UCLA y NET en Los Ángeles. Trabajó como compositor de música de cine, escritor y guionista. 1992 Presidente de Comunicaciones de la FEMUJ (Federación Mexicana judía de Estudiantes Universitarios). 1988-1997 Escribió varios libros, artículos y columnas en varios periódicos y revistas. 1998 Hizo aliá a Israel. 1999 Estudió de hebreo en el Ulpán Akiva. 2000-2006 Trabajó en Jerusalem Post, Toys R Us, y algunas oficinas de Telemarketing. 2007 Miembro del consejo de administración en Kfar Hayam. 2000-2015 Produjo y escribió casi 40 libros, miles de artículos y columnas, 10 guiones de cine, 100 canciones, producidas pinturas digitales. Escritor de 7 novelas, uno de ellos el best seller "Polanco". Desde 2010 miembro de un movimiento israelí "Hamaagshim" para crear nuevas empresas. 2014- Productor de la película israelí "Anti-Virus" se proyectó en Cinemateq Tel Aviv. 2005-10 Trabajó en ups israelíes de inicio y películas: El nuevo JPost, 24 canales de televisión de música, película "El Secreto". Fue parte activa del movimiento de la cinematografía israelí. Propietario de 10 patentes de inicio. Escribió decenas de cuentos (Mi primera muerte, La calle rota, Furias y nostalgias ahogadas en un café, El director, Mi cocina esta en Jerusalem, La tela digital, El ministro Gold, Internet City, Quien es el asesino?, John Doe); Novelas (La piedra, El viejo, el mar y la mujer, El consejo de sabios de Internet, El amor de los Jasídicos, Polanco); Ensayos filosóficos (La Alef, La arqueología del lenguaje, El neandertal del lenguaje, Ser, hacer y tener, El signo); Guiones de cine (Ópera y Circo, Mashiaj, El balón es redondo, Oculto, Medusa, Crisis, 39 mujeres, El mejor pan del mundo, Camino al amor, Asesinato en la biblioteca, Amor perdido, El camino de la vida, Amor en la Oscuridad, El hombre www). Es bloggerista en Internet y trabaja como columnista en Diario Judío. Ha sido nombrado en el 2011 "Maestro del cuento" por la Comunidad Judía de México. '''Obras''' “Diario de un Viajero en Israel” (Diario escrito) 1987 "Mi primera muerte" (cuento)1988 "El juego de póker" (guión cortometraje) 1988 "La cayada de Abraham" (poesía) 1989 "Los gatos" (guión cortometraje) 1989 "El lago" (cuento) 1989 "Un pueblo llamado Esencia" (Novela poética) 1990 "Un hombre solo" (poema)1990 "La rosa roja" (guión y película cortometraje) 1990 "La calle rota" (cuento) 1991 "Furias y nostalgias ahogadas en un café" (cuento) 1992 "La sombra de una flor" (cuento)1992 "El director" (cuento)1992 "Las cuatro estaciones" (guión para la televisión)1992 “Isotopía de enredos” (guión de cine cortometraje/comedia) 1992 "El espejo de azúcar" (cuento y película cortometraje)1992 "Máscaras" (cuento)1993 "Ser, hacer y tener" (ejercicio psicológico)1993 "Diario de viajero a la India" (poesía) 1994 "Cartas de amor" (colección)1994-95 "Crisis" (guion de cine) 1994 "El camino más seguro del alma" (guión de cine) 1996 "La Alef" (ensayo filosófico)1997 "La piedra" (novela)1999 "La arqueología del lenguaje" (ensayo semiótico) 2000 "Mashiaj" (guion de cine) 2001 "Mi propia plegaria" (poesía) 2002 "Oculto" (guion de cine) 2003 "El balón es redondo" (guión de cine) 2003 "Tierra" (cuento) 2004 "Medusa" (guion de cine) 2004 "El pequeño Mesías" (guión de cine) 2004 "Mi cocina esta en Jerusalem" (cuento) 2005 "La tela digital" (cuento) 2005 "El viejo, el mar y la mujer" (novela) 2006 "El maestro y la luz" (cuento) 2006 "39 mujeres" (guion de cine) 2007 "El mejor pan del mundo" (guión de cine) 2007 "El día 28" (guion de cine) 2008 "Rushes" (guion de cine) 2009 "Camino al amor" (guión de cine) 2009 "El consejo de sabios de Internet" (novela) 2009 "Asesinato en la biblioteca" (guión de cine) 2009 "Quien es el asesino?" 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