Miriam estaba gravemente hospitalizada, había sufrido un ataque respiratorio y la tuvieron que conectar a una bomba de oxígeno. La familia entera pasaba las tardes en el hospital, y el Rab Mijael estaba en especial de mal humor. En el verano se habían vendido pocos libros, y solo había un comprador que constantemente entraba y salía: David.
Al principio fue difícil, Rachel presento a David con su papa, pero no como un novio, sino como un estudiante de poesía. El Rab Mijael inmediatamente empezó a enderezar las cosas, y le comenzó a ensenar sobre el Rebbe y las leyes de los Jasidicos.
–No es un tema fácil hablar en estos momentos sobre mis encuentros con el Rebbe, pero trataré de exponer lo que va llegando a mi mente sin dejar que mi corazón magnifique esas experiencias. Mi corazón sin duda está lleno de agradecimiento por el trabajo incansable de los shlujim, que inspirados por el Rebbe, hacen por el florecimiento del judaísmo, más allá de diferencias o coincidencias que uno pueda tener con las personas. Pero trataré de dejar esos sentimientos a un lado y relatarte mis encuentros con el Rebbe.
David escuchaba a la vez inspirado y temeroso, sentía amor por Rachel y quería hacérselo saber al Rab Mijael, pero siendo un secular, sentía que el Rab Mijael lo veía como un proyecto para regresar en Teshuva y no como el futuro marido de Rachel. El Rab Mijael había prometido a su hijo al más brillante de sus estudiantes, un verdadero Jabadnic de la Dinastía Lubavitch, un escolástico de alto nivel, y un experto en materia de Talmud y Halacha.
–En el 770 no había espacio para grandes formalidades. Un hervor de actividad; jasidim que corrían de un lado a otro; grupos de estudio; minianim que comenzaban en distintas tandas los rezos correspondientes. Cada uno concentrado en lo suyo. Nadie parecía percibir que para acortar distancias, algunos pasaban por encima de los bancos y aún de las mesas. La informalidad reinaba. La energía cargaba las baterías de los más apáticos o asombrados, entre los cuales me encontraba.
David y Rachel trataban de encontrarse con la mirada, pero el Rab Mijael hacia el ambiente pesado y formal. El Rab Mijael declamaba sus encuentros con el Rebbe, y David miraba a Rachel insinuándole que se tomaran de la mano, ella por supuesto lo evitaba a toda costa.
–Papa, que dirías si te digo que he encontrado un joven judío para casarme?
El Rab Mijael rio.
–Tu bien sabes que estas prometida a Zohar, no te preocupes, todo a su tiempo. Porque, has conocido a alguien?
–Es ese chico David, me gusta.
–Es buen chico, pero no tiene un alma Jasidica. Me he enterado incluso que sus padres pertenecían al partido comunista y son ateos.
–Pero tú dijiste que debes acercar almas de Tzadikim al Judaísmo.
–David es joven, es inmaduro, y no cumple con las mitzvot, son como un pez y un pájaro.
–Por favor papa, tú le puedes ensenar, David puede ser tu estudiante.
–Sí, podemos ensenarle poco a poco, pero eso no lo convertirá en un Jasidico, tu futuro está en la Jasidut, no en la Universidad.
–Quien hablo de la universidad? Dijiste que podemos estar en la universidad para ver la vida de otros judíos.
–Me estas ocultando algo? Estas cumpliendo con las leyes de Niddah? Debes cuidarte de la Klipa Noga.
–Pero papa…
–No en este momento, tu abuela está muy enferma, en este momento no quiero hablar de estos asuntos.
–Quiero que le des una oportunidad.
–No sé de qué estás hablando, dijiste que es un joven que acabas de conocer y que está interesado en el Rebbe, nunca dijiste que está interesado en ti.
–Yo soy una parte del Rebbe, está interesado en el Rebbe y está interesado en mí.
–De ninguna manera, si está interesado en el Rebbe primero tiene que demostrarlo, tendría que ser un Bal Teshuva, no sé si va a poder adaptarse a la Jasidut.
–Y si si?
–Prométeme que no tendrás nada con el hasta que lo probemos, caras vemos el alma no sabemos.
–Papa, todas las almas pertenecen al Ein Sof, además hay hoy en día un alma que no esté enferma?
–Sí, la tuya, y así quiero que sea.
Rachel David tuvieron que encontrar nuevos lenguajes, y encontrarse en nuevos sitios ocultos, en cafés en el centro de la ciudad, en el mercado, en jardines ocultos. Allí se abrazaban, entrelazaban sus dedos, y se besaban heridos.
–Tu papa me odia.
–No te odia, así son los padres.
–No podemos estar juntos frente a él.
–Los padres son la Ley, protegen los intereses de los hijos.
–Y qué hay de nuestros intereses?
–No te preocupes, nosotros estaremos juntos para toda la eternidad, podemos esperar un poco, no?
Rachel lo beso y le prometió que estarían juntos.
–Es verdad que tus papas son ateos?
–Por supuesto que no– se defendió David, eso fue en los 60‘s. Simplemente querían un mundo mejor. No era el comunismo parte de un ideal mesiánico?
–Ni se te ocurra decirle tal cosa a mi papa.
–Me estás diciendo que tengo que ocultar mi verdad?
–David y tú me estás diciendo que esa es tu verdad?
–Vamos a reñir?
–Solamente si me dejas ganar, además me encanta cuando te enfadas, pareces un niño chiquito y entonces siento deseos de abrazarte más y más.
–Bien, entonces me enfadare más seguido.
Se abrazaron y suspiraron.
–Nosotros estaremos juntos, te lo prometo.
–Si David, yo lo sé.
–Por qué no puedo ir a visitar a tu abuela al hospital?
–Mi papa está de muy mal humor, él no te considera de la familia aun.
–Pero por qué?
–Porque solo vendimos quince libros en todo el verano, bueno, catorce, uno te lo regale, perderemos toda nuestra inversión, debimos vender cajetillas de cigarros, entonces todos los alumnos de la universidad vendrían.
–Estas arrepentida de vender libros de Jasidut?
–Por supuesto que no tonto, entre menos compradores mejor, más mazal para ti y para mí. Te das cuenta? Si hubiera vendido cigarros jamás te hubiera conocido?
–Ese sí que es un argumento convincente, debería comenzar a fumar.
–Estas diciendo que te arrepientes de haberme conocido?
–No tontuela, estoy diciendo que te hubiera conocido de todas formas. Como dicen ustedes los Jasidicos, nosotros somos zivug, una pareja hecha en el cielo.
–Ey, deja ya de decir =ustedes los Jasidicos‘ y empieza a decir =nosotros los Jasidicos‘.
–Hasta que el Rab no me acepte no podré decirlo.
–No sé si alguna vez llegara a aceptarte.
–Es por tu abuela verdad?
–Escucha, si lo quieres saber, mi abuela no estaba segura si era judía o no. Y si mi abuela no era judía, entonces mi papa tampoco es judío. Entiendes?
–Es una broma?
–El judaísmo puede ser bastante cruel, es como un láser que examina todas tus verdades, una maquina giratoria como las puertas del destino, pero el Judaísmo no te juzga por tus genes, te juzga por tus acciones..
–No te preocupes, a mí no me importa si eres judía o no.
–Lo ves? Como quieres impresionar a mi papa si dices sandeces como esas? Por supuesto que soy judía, mi mama era judía.
–Quieres hablar al respecto?
–Prefiero que me digas que es lo que opinas sobre esa nube– dijo Rachel insegura esquivando el tema.
–Esa nube… esa nube… las nubes son milagrosas… las nubes son mariposas que se han transformado en viento… las nubes nos separan del sol como juguetes.
–Estas diciendo que mi papa es una nube entre nosotros verdad?
–Estoy diciendo que ustedes los Jasidicos viven rodeados de murallas de nubes.
–Y eso te molesta?
–Es hermoso.
–Eres un poeta cursi. Me tengo que ir, mi papa se va a enojar.
–Dame un beso.
–No.
–Dame un beso.
–Solo si tú me das uno primero.
El Rab estaba con un semblante sombrío, pálido, tieso, como un cuerpo sin vida. Cerro los ojos y comenzó a orar.
–Está bien?
–Dice el doctor que le queda poco tiempo de vida.
El Rab Mijael sollozo.
–Por qué no entras a verla, quizás quiera hablar contigo. A mí ya me ha dado su bendición. Anda, entra para que te Bendiga!
Rachel entro triste, cabizbaja, y Miriam abrió los ojos entrecerrados percibiendo, a pesar de que ya no veía desde hace tiempo, sabia distinguir el rostro de Rachel.
Miriam levanto el brazo temblando y acerco su mano a la mesita, allí tomo un papel en un sobre junto a la lámpara y se lo dio a Rachel.
–Cuando me muera léelo.
–Bobe, tú no te vas a morir.
–Pero si ya estoy lista para irme.
–No abuela.
–Estoy ansiosa por conocer las praderas allí arriba y de reencontrarme con tu abuelo.
Rachel se puso a llorar. Abrió el sobre y lo leyó.
–Te dije que cuando me muera, pero sabía que lo abrirías ahora mismo, y esa era mi intención. David… no puedes dejar a David… la historia es acerca de tu y el, nadie más puede intervenir.
–No bobe, el me ama, él no me va a dejar por nada del mundo, no te preocupes– dijo Rachel sollozando.
–No lo vayas a perder por culpa de tu padre, tu padre vive en dos mundos, no en el mundo real. El amor es algo real, no son los Jaguim ni los Shabatot ni las barbas, el amor es algo real. Deberás ser fuerte y concreta. Que no te salgan con tonterías, ama sin temor, ama sin vergüenza, nunca te avergüences de amar a tu ser amado. Si no te lo digo yo quien te lo dirá.
–Sí.
–Tu madre murió cuando eras una bebe, y no me dejaron acercarme a ti sino mucho después, pero yo estoy contigo hija, mi espíritu siempre lo estará.
Rachel estaba llorando a cantaros.
–Acércate a mi hija, déjame colocar mi mano en tu cabecita por última vez.
El Rab Mijael entro repentinamente en el cuarto.
–De que hablaban?
La abuela Miriam dejo de respirar y un sonido electrónico de muerte lleno velozmente el cuarto de enfermeras.
El funeral fue a las 11 de la mañana, los Rabinos hicieron una excepción, y realizaron el entierro en el panteón judío, aun sin estar seguros si Miriam era judía. Era la Ley. Ella se había arrepentido y había regresado a los caminos de la Tora santificando el Nombre de Dios. El Rab Mijael, como hipnotizado no escucho las palabras. Estaba ahogado en el centro de la tierra, petrificado, y solo pensaba en el polvo que era este mundo. Pensaba en su amada Livy.
–Kadish!
Mickey… reacciono autómata.
–Itgadal veitkadash sheme raba…
La pequeña familia y los shilijim contestaron amen. David también contestaba amen en su espíritu, pero veía al Rab Mijael en el fondo con tristeza, el destino
trágico de la raza humana, el destino de la muerte es para todos igual, después de todo quizás el cielo era un lugar comunista, pensó con ironía y coraje. Era su deber acercarse más al Rab Mijael y apoyarlo.
Terminaba el verano y en un par de semanas comenzaría el otoño.
–Te gusta el otoño?– pregunto Rachel con un tono juguetón.
Una voz muy profunda dentro de David le decía que tenía que huir, huir antes de que fuese demasiado tarde.
–Escucha, es el sonido del viento que avisa el fin del verano. Amo el verano en Jerusalem.
–Vamos al mar– dijo David repentinamente.
–Ves alguna playa cercana?
–Vamos a Eilat por unos días.
–No puedo zafarme, no puedo dejar a mi papa solo en estos momentos.
–Bien– dijo David enfadado– Entonces iremos a Tel Aviv aunque sea por unas horas. Necesito que vengas conmigo.
–Por qué?
–Yo también tengo raíces. Me urge ir al mar.
–El mar son tus raíces? Eres una alga?
–Estoy hablando en serio, podríamos aunque sea ir a Ashdod por un par de horas.
–Bien, vayamos a Ashdod, espera que le avise a mi papa, aunque seguro no me va a dar permiso.
–Pensé que creías en Dios. Nadie te va a matar. No es necesario avisarle. Todo estará bien.
–Si mi príncipe del mar.
Por la tarde regreso Rachel asoleada a la tienda en la universidad. Allí estaba su papa leyendo Tehilim.
–A dónde has estado?
–Fui a la micve!
–Me estas ocultando algo verdad?
–Amo a David, papa! El, yo…
–El y tú qué?
–Nos vamos a casar!
El Rab Mijael sintió un dolor en el corazón, en el alma.
Era el fin del verano, y en la universidad se celebraría el Certamen Anual de Poesía de Jerusalem. David le había dado al More Sherman sus escritos que había
taquigrafiado a lo largo del verano. El More Sherman únicamente le dijo secamente.
–Son aun inmaduros!
David entonces lo olvido, olvido todo, lo único que llenaba su corazón era Rachel, Rachel, Rachel, su verdadero y único amor.
Rachel leyó nuevamente la carta de su bobe Miriam:
El amor es una fantasí adulta que simboliza nuestra ascensió por la montañ de la vida, sintiédonos reflejados en el viaje del caballero, que estálleno de esperanzas y desesperanzas, de ilusiones y desilusiones, de risas y lárimas, las enseñnzas requieren ser tocadas con un toque de humor muy sutil siendo esta una experiencia que expande nuestra mente, que nos llega al corazó y nos alimenta el alma de una forma muy amena enseñádonos tambié que debemos liberarnos de las barreras que nos impiden conocernos y amarnos a nosotros mismos y a los demá. Y aunque la muerte diga que no y aunque rompa al corazó en mil pedazos, tu siempre dile que estas dispuesta a todo para poder ser capaces de amar. Como dicen los halcones, un corazó completo solo es un corazó que ha sido roto en pedazos, y solo queda de este, chispas para dar y recibir AMOR. Mazal Tov mi hija, Mazal tov! Siempre,
siempre, atréete a amar, y nunca te avergünces del amor, nunca te avergünces de besar y abrazar a quien amas, aunque no es un acto admitido es el acto religioso má elevado que puede existir. Mazal Tov, mazal tov!?
En el mar, mientras que las olas los salpicaban, David y Rachel hicieron el amor, y sus cuerpos como algas se entremezclaron, cálidos como un cruce de caminos infinitos de agua hacia un único sol. Por primera vez, Rachel y David conocieron la sal de la vida.
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