El blablabá del señor Salah al Zawawi

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El embajador palestino en Teherán, representante-préstese atención-, no de Hamás sino de la Autoridad Nacional Palestina, acaba de decir que la ´´destrucción de Israel no ha hecho más que comenzar, pronto se verá esto y lo otro y las jóvenes generaciones serán testigos de la desaparición de la entidad enemiga´´. El régimen sionista, sostuvo al Zawawi, promovido y creado por los norteamericanos, blablabá y blablabá, todo lo cual pronunciado en un tono triunfalista que parece un calco del lenguaje iraní. Es de esperar que los ilusos israelíes que aún creen que la gente de Abu Mazen es de fiar tomen en cuenta semejante disparate, aunque el blablabá del diplomático no sea más que eso y nos llegue como un viejo deseo que, gracias al cielo, nunca se cumplirá. La retórica árabe, como aquella ´´madre de todas las batallas´´ de Saddam Hussein, no cesa de crecer e hipertrofiarse a medida que se acumulan sus fracasos y se juntan sus desastres y se hunden sus esperanzas. Cuanto peor les va, más se visten de frases triunfalistas, cuanto más horroroso es todo, más parecen solazarse los que gritan ´´¡Dios es Grande!´´, allahu akbar. Dada la condición sadomasoquista de la realidad, dado el infantilismo de casi todos y cada uno de los árabes que ahora luchan en su guerra particular en Siria, Irak, el Yemen e incluso en el Líbano, debería estudiarse con meticulosidad esa tendencia a tergiversar los hechos y convertir desastres en beneficios, desgracias propias en tragedias ajenas. Aunque Occidente y sus gentes de conciencia responsable no lo quieran creer, no han hecho suya la causa de la justicia y el bien común sino que han asumido el genio desmesurado de los idiotas, la magia trivial de los incompetentes y la tara mental de los subdesarrollados psíquicos. De otro modo, ¿cómo y por qué, después de tantas décadas de fabulosos ingresos provenientes del petróleo, los árabes no tienen un solo país digno de ser imitado y/ o admirado?

¿Por qué no han ayudado de verdad a sus ´´hermanos´´ palestinos allí donde la tristeza del exilio los hubiera desplazado? ¿Cómo y por qué no se han movido ni un palmo en el plano de las ideas portadoras de energía positiva y de libertad? La reciente eficacia técnica de Hamás en Gaza, su resistencia durante tantos días, incentivará, cómo no, el talento israelí para desarrollar nuevas armas a la par que restará credibilidad a los palestinos que quieren, de verdad, vivir en paz con su vecino judío. Si toda la diplomacia de la Autoridad Nacional Palestina se remite a lo que dijo Salah al Zawawi ¡otra vez no hay con quién hablar! De nuevo debemos sentarnos a cavilar sobre el doble lenguaje islámico: la mentira para quedar bien y la verdad para quedar aún peor. Paso a paso Occidente tendrá que asumir tanto su fragilidad moral como su mala fe si acaso quiere conservar sus creencias y valores. Debe criticar y limitar la acción de los vociferantes, debe censurar a los nuevos y viejos antisemitas que no buscan otra cosa que socavarla desde dentro, ya que, como bien dijo en su momento León Poliakov, ´´el antisemitismo es el suicidio de Europa.´´

El hecho de que tus enemigos te anuncien lo que harán contigo es, vuelvo a pensar en ello otra vez, una ventaja. No podemos decirnos que es una broma de mal gusto, que sus amenazas no tienen medio de cumplirse. Después de todo el nazismo fue, también en sus comienzos, un venenoso blablablá. El mal comienza por la palabra mal y, como se sabe, ´´el ruido no hace bien y el bien no hace ruido.´´


Acerca de Mario Satz

Poeta, narrador, ensayista y traductor, nació en Coronel Pringles, Buenos Aires, en el seno de una familia de origen hebreo. En 1970 se trasladó a Jerusalén para estudiar Cábala y en 1978 se estableció en Barcelona, donde se licenció en Filología Hispánica. Hoy combina la realización de seminarios sobre Cábala con su profesión de escritor.Incansable viajero, ha recorrido Estados Unidos, buena parte de Sudamérica, Europa e Israel.Publicó su primer libro de poemas, Los cuatro elementos, en la década de los sesenta, obra a la que siguieron Las frutas (1970), Los peces, los pájaros, las flores (1975), Canon de polen (1976) y Sámaras (1981).En 1976 inició la publicación de Planetarium, serie de novelas que por el momento consta de cinco volúmenes: Sol, Luna, Tierra, Marte y Mercurio, intento de obra cosmológica que, a la manera de La divina comedia, capture el espíritu de nuestra época en un vasto friso poético.Sus ensayos más conocidos son El arte de la naturaleza, Umbría lumbre y El ábaco de las especies. Su último libro, Azahar, es una novela-ensayo acerca de la Granada del siglo XIV.Escritor especializado en temas de medio ambiente, ecología y antropología cultural, ofrece artículos en español para revistas y periódicos en España, Sudamérica y América del Norte.Colaborador de DiarioJudio, Integral, Cuerpomente, Más allá y El faro de Vigo, busca ampliar su red de trabajos profesionales. Autor de una veintena de libros e interesado en kábala y religiones comparadas.