El castigo de las “claves”

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El hombre nació para sufrir. Es un hecho indiscutible y cualquier tema que pongamos sobre el tapete es fácil demostrarlo.
El sencillo ladrón que sufre porque le han dado la oportunidad de llevarse algo, hasta el violador que siempre dirá que no pudo con sus instintos o que la violada lo provocó.

¿Soy exagerado? bueno, busquemos algo mas leve, terriblemente molesto, que es universal hoy en día: LAS CLAVES

Todas las mañanas tiemblo cuando veo el auto: ¿me acordaré las cuatro cifras y la estrellita que tengo que tipear antes de meter la llave para encenderlo? Es terrible, son dos-tres segundos inacabables.


En realidad, salvando el tema del auto, solucioné el problema de las claves, tengo una lista que puse en el zapato y ahi figuran todos mis códigos, en caso de emergencia me saco el zapato y listo. ¡ah! tiemblo pensando que lo perderé, que se romperá, que se quiebre, que me lo roben al zapato. No siempre tengo control donde me descalzo. A veces se lo tiro algun politico, como es la costumbre musulmana.

La lista de claves que tengo es increíble y mucho mas increíble la cantidad de lugares que me comunico necesitando poner el código, comenzando por este correo de Google, el correo de Hotmail, el correo de Yahoo. Si, también tengo el correo del servidor de internet, ese no lo uso. Ah!! y el correo del trabajo, por supuesto tiene código. Por suerte para entrar al edificio no necesito ningún código, paso la tarjeta, pero a fin de mes tengo que entrar y autorizar el resumen y claro, ese programa tiene un código. La entrada a mi casa, exige un código.

Para entrar a mi PC en el trabajo tengo un código, para entrar al programa de contabilidad tengo otro, los demás programas suben sin problema, porque yo no utilizo códigos para el excel, el word y otros…. Otro código que necesito en el trabajo es para remitir el informe mensual de facturas (detalle completo de compras y ventas a las autoridades fiscales, un problema grave que afecta la privacidad de la gente, nosotros vendemos computadores, pero digamos el hospital que debe informar de todos aquellos que hicieron abortos, incluso de alguna violada…, eso realmente es para otro tema, mucho mas serio que el actual). Hablando de IVA (Impuesto al Valor Agregado), en este momento tengo tres códigos para otras tres empresas, incluido yo como identidad fiscal, mi empresa privada (sociedad anónima con un dueño, yo) que también es una identidad fiscal y un cliente. Para los demás por el momento no tengo que recordar ninguno. El seguro nacional es mas eficiente, entras al sitio, sin código solo la CI (por ahora recuerdo o la saco del bolsillo) y pago. La impositiva es un poco mas complicada, tiene códigos y ahí tengo que pagar impuestos por retenciones a los empleados e impuestos a cuenta de ganancias. En lugar que hagan un formulario único y se liquide todo junto. Y aparte, cada uno tiene su propio sistema y son distintos. Antes, en la prehistoria, llenaba los formularios, escribía un cheque y mandaba al correo/ banco, luego buscaba la bolsita con las libretas selladas. Ahora tengo que hacer yo, el trabajo ese. En fin, en este caso, a mi me lleva mas tiempo y aparte recordar los códigos y no confundirme entre ellos.

No se para que meto el tema del trabajo. Como todos tengo cuenta bancaria y tarjeta de crédito.. Por suerte no se el de mi esposa.. Y la tarjeta de crédito, una clave para entrar al sitio y ver la situación de deuda y otra clave para poder sacar el efectivo. El precio por no llevar un papelito en la billetera junto a la tarjeta. es que a veces tengo que mendigar dos pesos para pagar el estacionamiento. (¡no voy a sacar la lista en publico!)
Bueno, para no olvidar los puse en el celular,pero no recuerdo el nombre, ¿Quién no roba un celular? Falta que encuentren el código de mi tarjeta. Tampoco yo lo encuentro… Y si pruebo y me equivoco, me la traga la maquina.

Con esto mas o menos cubrí un tercio de mis claves, lo peor es que cada tanto hay que cambiarlos…

Acerca de Julio Ioseph May

Julio Ioseph May (Yossi) nació en Entre Ríos, Argentina. Es Contador Público de la Universidad de Buenos Aires. Desde 1973 viviò  en el Estado de Israel y a partir de febrero 2014 reside en Barranquilla, Colombia. En vistas a la tercera edad comenzó a practicar su sueño de escribir que lo acompañó desde chico.Participa activamente en variados grupos literarios del internet. Comparte publicaciones de cinco antologías: De Paz y De Guerrasy Lazos Umbilicales publicadas en Israel en 2007, "primer antología" de Muestrario de Palabras (2007) y Libro del Haiku, Ediciones Artesanales Santoamor (2008) ambas en Buenos Aires. Pensamiento Antologico Universal, La poesia purifica la vida humana, Congreso Universal de Poesia Hispanoamericana, publicada en Mexico 2010. La revista virtual Palabras al Sol publicaba regularmentecuentos y poemas de su autoría. Su preferencia es la narración.

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