Esa es la frase más común que puedes escuchar entre aquellos que no hablan catalán y que en su argumento dejan fluir ciertos rasgos por los que se destacaba el franquismo. De hecho, hoy día ese argumento es sostenido-directa e indirectamente-por la derecha española y catalana. Esta tendencia, ante el temor que tienen de ver como cada día el nacionalismo cultural y político catalán (con rasgos totalmente opuestos al franquismo y con un deseo insaciable por recuperar la memoria del pasado que les fue arrebatada) se fortalece de la mano de la sociedad que lucha por esto “carrer” por “carrer”, es un peligro para ellos. Para esas derechas que dicen que el robustecimiento de la lengua, la cultura y la identidad catalana es “aislarse”, no existe otro horizonte que la homogeneidad del panorama castellano “de toda la vida”. Sin embargo, obvian la realidad de muchas cosas, como lo es el tema de la particularidad de lengua catalana, para presentar sus ideas monocefálicas que están alejadas de la realidad. Por eso en este artículo presentaremos otra perspectiva, quizás un poco más cercana a la realidad, sobre el catalán.
El catalán es una lengua de origen romance. Según los historiadores, se entiende que comenzó a ser consolidada como lengua ya en el siglo VIII y hay evidencia de que en el siglo IX comenzó a ser escrita. Un ejemplo de esto lo son las Homilies d’Organyà. Estos documentos de carácter literario son los más antiguos que se conocen escritos en lengua catalana, por la antigüedad de su lenguaje entre el latín vulgar y la lengua romance del catalán. Hoy día, el catalán es hablado por aproximadamente 10 millones de personas en Cataluña, la Comunidad Valenciana (excepto en algunas comarcas del interior de esta comunidad autónoma), las Islas Baleares, Andorra, la Franja de Aragón, el Carche (una comarca en Murcia poblada por inmigrantes valencianos), el Rosellón (Francia), Alguer, Cerdeña (Italia) y en pequeñas comunidades de todo el mundo (entre las cuales destaca la de Argentina, con casi 200,000 hablantes). De hecho, de acuerdo a organizaciones como Plataforma per la Llengua, el 72.5% de la población en zonas catalanoparlantes habla esta lengua. En Catalunya, el 94% de las personas entienden el catalán y el 80% de la población lo habla. Por lo que el catalán es una lengua europea ampliamente hablada e incluso ocupa el puesto 14 entre las lenguas más habladas entre personas de 15 a 32 años en la Unión Europea. Tan es así que el 82.1% de la población de origen extranjero en Catalunya, por ejemplo, reconoce entender el catalán.
A pesar de todo, el catalán-lengua materna del 43% de la gente en Cataluña-, esta lengua no tiene estatus oficial en España. Incluso, la Constitución Española solo reconoce al castellano como lengua oficial del estado (y al igual que Bulgaria obliga, literalmente, a que sus ciudadanos conozcan esta lengua). De este modo, el catalán tiene un estatus anómalo en el estado español ya que a diferencia de países como Canadá, Bélgica y Finlandia-donde existen poblaciones que hablan lenguas diferentes a la de la mayoría de los ciudadanos y que superan el 10% del total de la población-no es recogido por la constitución. Además de ser la lengua menos protegida de Europa, como hemos demostrado anteriormente en base al peso demográfico, el catalán al no poseer un estatus oficial en el estado-solo en Catalunya, Valencia y las Islas Baleares-no puede ser utilizado en el Parlamento Español. Curiosamente, en otro estudio realizado por Plataforma Per la Llengua, se descubrió que 340 reglas estatales obligan a las empresas a usar el castellano, mientras que solo 24 reglas establecen el uso obligatorio del catalán en Catalunya. También, más de 161 leyes estatales obligan a etiquetar en castellano y solo 2 lo hacen en catalán. A esto se le suma la regulación No. 1169/2011 de la Unión Europea la cual establece que los estados miembros pueden etiquetar sus productos en cualquier lengua reconocida por la Unión Europea, por lo que el catalán al no ser una lengua oficial por este ente supranacional, queda excluido.
Pero, ¿por qué hay que proteger esta lengua minoritaria, “de pueblo”, que a diferencia del castellano-una lengua hablada por casi 500 millones de personas y que sí nos puede abrir muchas puertas-“no la habla casi nadie alrededor del mundo” (-pensamiento de un acomplejado que vive encerrado en una burbuja impermeable que solo desea aprender sobre lo de “él/ella” y no quiere expandir sus conocimientos)? Primero, me parece menester responder a ese tipo de pensar, un esquema de vida más arcaico que matusalén, que el plurilingüismo es siempre una ventaja. Por lo que el castellano no está solo en esa lucha que todos vivimos en este mundo llamada globalización. Segundo, el catalán es una lengua vibrante que durante la dictadura de Francisco Franco-aunque también con la llegada de los Borbones en 1714 luego de la “Toma de Barcelona” y posterior al “Decreto de Nueva Planta”-sufrió una represión asqueante, repulsiva y con aspiraciones exterminadoras. Por ejemplo, durante el franquismo en España la señalización en catalán fueron prohibidas, se establecieron multas para aquellos que hablaran catalán en público (por lo que el catalán se convirtió en una “lengua del hogar”), se establecieron recompensas para aquellos que informaran sobre gente que hablara catalán en público y los libros en catalán fueron quemados. Algo no muy diferente a lo que vivimos los judíos en 1240 en París, pasando por la gran mayoría de los pogromos a través de la historia, y terminando con Kristallnacht y todas la actitudes de exterminio al legado de un pueblo como lo vivido durante la Segunda Guerra Mundial.
Increíblemente, luego de la muerte del dictador el estado español nunca ha querido reconocer los daños hecho a esta lengua, y por consiguiente a sus hablantes. Peor aún, en el año 2001 el actual Rey Emérito de España, Juan Carlos I, dijo que “la lengua de Cervantes no ha sido una lengua de imposición, sino una de encuentro; nadie nunca ha sido obligado a hablar español”. Curioso que el ex-rey diga algo que va en contra de la propia constitución que defiende, pero bueno, así es la ironía de la vida.
De cualquier modo, hoy el catalán es enseñado en más de 161 universidades alrededor del mundo incluyendo países como: Rusia, Italia, Alemania, Polonia, Austria, Hungría, Croacia, Países Bajos, Suiza, Serbia, Rumania, Suecia, Finlandia, Lituania, Estonia, etc. Incluso, el catalán es enseñado en Israel gracias a un acuerdo que fue firmado por el entonces President de la Generalitat de Catalunya, Jordi Pujol, quien en su primer viaje oficial al estado judío en 1987 logró un acuerdo de colaboración y entendimiento con la Universidad de Tel-Aviv. Ante este panorama, resulta curioso que en España, lugar donde habita el 96% de los catalanoparlantes, esta lengua solo es enseñada en 10 instituciones fuera de las zonas donde se habla esta lengua.
No obstante, en las zonas de habla catalana existen televisoras y emisoras de radio en catalán (de hecho en Catalunya la televisora catalana, TV3, es la más vista del país), existe muchísima música en catalán, 6 de las 10 paginas web mas visitadas en el mundo tienen versiones en catalán, es la vigésimo-cuarta lengua más usada en Twitter, la decimoséptima más usada en Wikipedia, la vigésimo-segunda lengua más traducida en el mundo y la séptima lengua más estudiada en la Unión Europea. No no olvidemos destacar que personajes históricos como Antoni Gaudí-quien llegó a ser arrestado el 11 de Septiembre de 1924 por hablarle en catalán a un policía-, Salvador Dalí, Pau Casals, Ferran Adrià, Rafa Nadal, Gerard Piqué, Pep Guardiola o los hermanos Gasol hablan catalán e incluso casi todos tienen al catalán como lengua materna.
Sin dudas, el catalán más allá de ser una lengua que se ha enriquecido del francés, del italiano y del castellano, puede presumir de que la lengua hablada hoy por el 25% de la población mundial (así como algún día lo fue el latín)-el inglés-le tomó prestadas palabras como “paper”, “barracks” o “aubergine”. El catalán pesar de todas las tempestades por las que pasado, puede presumir de ser la lengua de reyes como Jaume I y de los imparables mercenarios que conquistaron casi todo el Mediterráneo, los Almogàvers. Esta lengua que muchos en España la llaman un “dialecto” pero que al escucharla o leerla probablemente no la entienden, goza de incluso tener dialectos de verdad como el Judeo-Catalán (una mezcla entre catalán medieval y hebreo; en otras palabras, ¡el ladino “catalán” de aquella época!) o incluso el Patuet, el cual se enriqueció del francés y el árabe en Argelia. Dentro de este marco de marco de diversidad el catalán es una lengua en donde conviven varios acentos-¡nada mejor que hablar con un gironí!-y gente que mantiene las “e’s” (como los “lleidatans”) en su extravagante pronunciación. En conclusión, queda obvio que la lucha por mantener vigente y fortalecer la existencia de esta maravillosa lengua continua. Mi lema de vida en cuanto a las lenguas es el siguiente: aprender lenguas es oro. Per tant, hem de lluitar per una llengua que ens uneix i que ajunta els desitjos de tots pel benestar de la convivència en un marc de pluralitat extremadament marcada. Visca el català!
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